Narra Harry.
Carajos, las horas se hacían eternidades. La madre de Amélie, Amanda, hacía rato que estaba allí dentro y aún no salía. Estaba comenzando a desesperar, tenía que ver a mi pequeña y también sabía que John estaba primero, él tenía que verla, era su padre, también si tuviera una hija como Amélie... Mmm eso no pasa por mi mente.
Mis pensamientos fueron despistados por el rugir de la habitación de Amélie, su madre salía de este pero con lágrimas en sus ojos. Bueno es algo usual, entrar a ver a su hija en un hospital y verla en el peor estado, creó que es una situación que no amerita una sonrisa.
John: ¿Qué pasó ahí dentro?- dijo hacia Amanda. Seguía pensando que hacía mal tercio pero no me iría de aquí menos ahora que sé, que mi pequeña está despierta.
Amanda: No quiere verme- dijo entre sollozos y al terminar la frase rompió en llanto nuevamente. Me sorprendió, al decir verdad no se había tardado tanto allí dentro, pero que Amélie no quiera ver a su madre. Era algo raro, o tendrá sus razones. Sinceramente, si mi madre aparece recién ahora después de tantos años, lo menos que querría hacer es verla.
John: ¿Y qué esperabas? ¿Qué te recibiera como tal niña pequeña? No Amanda, tu hija ya no es una niña-
Amanda: John no tengo ánimos de oirte- dijo mientras tomaba asiento de lado mío.
John: ¿Qué te dijo?-
Amanda: Me trató mal, como si realmente me odiara... Sabes, me llamó Amanda, no me dijo mamá- dijo dolida, y por un momento la pena y la lástima se apropiaron de mí pero luego pensé en mi pequeña y nadie nisiquiera la pena y la lastima se apropiaron de ella.
John: Amanda, no vengas con el papel de víctima... ¿En serio esperabas que Amélie te reciba con los brazos abiertos? Esa palabra “mamá” se gana, y algo que tu nunca haz echo. Ganarte a tu propia hija-
Amanda: Pará, ¿Quieres parar? Deja de lastimarme, que ya Amélie se encargó de hacerlo y muy bien- dijo cabizbaja, y ahí estaba mi desacuerdo.
Harry: Aquí la única lastimada es Amélie y puedo asegurar que mucho más que ustedes dos juntos, así que si me disculpan ¿Prefieren seguir peleando? Yo prefiero ver a mi pequeña- dije esquivando sus miradas y sabía perfectamente que a quién le correspondía verla, era a John, pero no aguante. Suponiendo que tuvo el peor encuentro con su madre, Amélie debe de estar destrozada.Me adentre a la habitación sin el consentimiento de nadie y ahí dentro pude ver a mi pequeña con la mirada perdida en un punto fijo, solo miraba por la ventana, miraba como el sol se estaba ocultando lentamente. Mientras yo podía distinguir la tristeza en su mirada, era algo que me rompía por dentro. Ella estaba destrozada, no solo por dentro, estaba rota por fuera y por dentro. Su diminuto cuerpo, estaba pálido y hasta puedo asegurar que sin fuerzas. En sus brazos ver las vendas tapando sus heridas, junto a ellas, las sondas donde le pasaban el suero y las vitaminas que necesita. Su rostro, su bello rostro, estaba triste con ojeras, pálido y sin vida. ¿Qué le pasó a mi princesa? No quiero verla así, quiero verla sonreír. Esto era como un castigo para mí, no podía seguir viéndola así, es como una fuerza sobre natural de querer sacarla, de querer salvarla. Eso quería, salvarla ¿pero quién era yo para hacer eso? ¿Dios? No llego ni a los talones, solo quiero salvar a mi pequeña.
Harry: Hey...- llamé su atención, ella me miró con temor pero luego al reconocerme trató de sonreír. Supongo que el temor de que sea algún doctor o enfermera que la volviera a dormir.
Amélie: Harry... No te fuiste- dijo en un suspiró y pude notar, aunque suene locura, noté un brillo especial en sus ojos. Aún tenia vida.
Harry: ¿Pensaste que me fui?- ella asintio, mientras yo tomaba asiento de lado de ella- ¿Cómo crees que haría eso? Te he dicho que no te dejaría y aquí estoy. Jamás te dejaré, princesa- dije y deposité un pequeño beso en su mano.
Amélie: Estoy feliz de que no te hayas ido, pero pienso que tendrás cosas mejores que hacer...- le corté.
Harry: Hey, no hay nada más importante que tu en éste momento- le sonreí.
Amélie: Harry, no quiero que pienses que estoy enferma o ... Loca- dijo cabizbaja mientras intentaba quitar su mano de la mía.
Harry: Yo no pienso nada de eso, jamás pensaré eso-
Amélie: Pero... Tu me dejaste cuando ...- se freno y sabia a que se refería.
Harry: Lo siento, fui un idiota en dejarte pero entiende que contra los médicos no puedo ir, es decir... Tratan de ayudarte.- dije lo mas comprensible posible, esto era una situación muy difícil, siento que a la vez no quería estar con Amélie porque verla así era lo peor y además no encuentro manera de como actuar delante de ella ahora mismo. No quiero que piense que yo le he dejado, tampoco que creo que este loca, solo trato de ayudarla pero ella no pone de su parte y siento que cada dos pasos se retrocede uno. Esto recién era el principio, no quiero imaginar lo que seguirá.
Amélie: Pero Harry ¿Ayudarme en que? No entienden que estoy bien- y aqui vamos de nuevo...
Harry: Amélie mira tu manos- le ordene y ella dudosa lo hizo- ¿Ves?-
Amélie: ¿Qué?-
Harry: Tienes dos vendas, tapando quizás la peor imagen para mis ojos- dije dolido y tratando de quitar esa ilusión de sus cortadas.
Amélie: Ay Harry por favor de nuevo no...- iba a proseguir pero el ruido de la puerta nos interrumpió. Era una de las enfermeras del lugar, quien se aproximaba de a poco hacia nosotros junto con una bandeja. Mire a Amélie de reojo y ella se habia puesto complemente tensa, dejando ir un leve quejido.
-Disculpen, pero es hora de la comida... Amélie debe alimentarse- informó la enfermera.
Harry: ¿Necesita que me vaya?- Amélie me miro rápidamente rogando que no lo hiciera.
-No, no hace falta- respondió la enfermera mientras se posaba de lado de Amélie.
Amélie: No quiero eso...- hablo seca y con asco. Mierda y mas mierda.
-Lo siento tienes que comer algo- le dijo sin importar la enfermera.
Amélie: No me pueden obligar, no voy a comer esa porquería- dijo con asco y puedo asegurar que la chica que ahora mismo habla, no es mi Amélie.
-Digas lo que digas lo tendrás que hacer- dijo segura de si misma la enfermera. Mientras tomaba una cuchara y lo posaba en el plato de comida, tomo una porción del plato y lo dirigió a la boca de Amélie- Come- le exigió.
Amélie: No quiero hacerlo y no lo voy a hacer- negó y trato de sacar la cuchara pero la enfermera la esquivo.
-Son ordenes del doctor, tienes que comer- le repitió nuevamente.
Amélie: ¡Que no quiero comer y no lo voy a hacer!- se exalto mientras aventaba el plato de comida lejos de ella. Mis ojos mostraron sorpresa, jamás espere esa reacción- Harry, veté, y tu también- le apunto a la enfermera- déjenme sola, ¡Déjenme sola!- dijo nuevamente y pude notar como un temblor se apoderaba de su cuerpo y las lágrimas salían de sus pequeños ojos cafés. Se habia acomodado en la cama de hospital, con sus rodillas sobre el pecho y su cabeza entre ellas, como acostumbra hacer para dejar ir las lágrimas. No espere ni segundo mas y la estreche en mis brazos, ella era tan pequeña, que mis brazos parecían elásticos alrededor de su debil cuerpo. El temblor no la dejaba en paz, ella tenia miedo, lo podía sentir.
No se atrevía a verme a los ojos, tenía miedo y vergüenza de que la viera en esta situación. Sabia perfectamente que Amélie era conciente de lo que le estaba pasado, pero no lo quería aceptar por miedo. Tenia tanto miedo en su interior que no le permitía abrir los ojos ante la realidad.