Narra Amélie.
Otra vez como de costumbre el despertador sonaba en las 6:30 de la mañana. Otra vez empezar el día, ojala que este sea de mi agrado no como el de ayer. Pero no quiero recordar el de ayer porque mi humor cambiaria y esa no era la idea.
Me di paso a salir de la cama y meterme en el baño a comenzar con mi tan preciada ducha. Salgo luego me visto, esta vez elijo un jean gastado en color rojo bastante al cuerpo, arriba me eh decidido por una remera cualquiera ya que no se vería ya que arriba deposite un suéter gris bastante suelto, debajo en los pies, mis converse blancas.
Una vez lista doy por olvidado verme por el espejo, luego bajo por las escaleras y en eso veo entre abierta la puerta de la habitación de mi padre. Visualizo y lo veo durmiendo. De seguro que ayer habrá acabado muy tarde asi que decidi no molestarlo y seguir con mi trayecto pero de repente la voz de mi padre lo impidió.
John: Amélie... Hija... No olvides desayunar...- decía medio dormido.
Amélie: Lo haré.... Descansa.
Luego de eso. Me dirijo hacia la cocina para hacer lo que mi padre me dijo pero antes de eso me topo con el gran espejo de la sala. No podía creer como me veía, odiaba verme asi, porque no me podía ver bien, odiaba ser asi. Deje de la lado esa horrible imagen, limpie mis pequeñas lágrimas que se me habían escapado.
Miro la mesa de la cocina donde estaba el desayuno que de seguro mi padre me lo había preparado, no entendía como es que estaba tan cansado y se tomo su tiempo de hacerme el desayuno. Tome asiento justo enfrente de la bandeja donde contenía la comida. Mire una y otra vez las cosas que contenía. Había en ella un café, un jugo de manzana mi favorito, y unas pares de tostadas con mantequilla. Creo que después de haberme visto tal cual soy, mi apetito desapareció no tenia ganas de comer, se me había hecho un nudo en mi garganta pero tenia el remordimiento de que mi padre me lo había preparado y el se encontraba cansado. Asi que solo ingeri el jugo de manzana, lo demás, es decir el café lo guarde en la nevera al igual que las tostadas. Mire el reloj y ya era hora de salir sino quería llegar tarde.
Salí y tome camino directo a la prepa todo esto ya era cotidiano, no me gustaba mucho, bueno es decir toda mi vida era cotidiana eso tampoco me gustaba. Iba en camino y rogaba no encontrarme con el par de chicas que hacían esos tipos de comentarios. No quería ni tenia ganas de estar soportando esos tipos de comentarios, ya por hoy mi autoestima había bajado demasiado.
Por suerte ya había dado por terminado el trayecto, y no me había encontrado con nada desagradable.
Joe: Buen día niña... Veo que me has hecho caso- decía recostado sobre el gran portón de entrada.
Amélie: Si Joe, hoy me he levantado mas temprano- dije sonriente.
Joe: Si veo... ¿Han desaparecido los problemas?- si como había dicho, era chismoso pero amable, no me enojaba ya que quería mucho a Joe. Lo conocia desde pequeña ¿como no tomarle cariño?
Amélie: Por el momento si, al menos pude dormir bien en la noche- dije sonriente.
Joe: oh me alegro pequeña. Me he enterado que te has descompuesto... ¿Como te encuentras?- se me hacia raro que justo Joe no se enterara, seguro que la noticia volaría por toda la prepa.
Amélie: Joe se me hacia raro que no te enterarás... Por cierto si me encuentro bien, solo ha sido una recaída, nada mas- dije sonriente y dando por olvidado que hoy tampoco había desayunado como se debe solo esperaba que no ocurra lo mismo.
Joe: Bueno me alegro, hoy se te ve bien pero debes cuidar de tu salud... ahora entra que no llegaras a tus clases- al decir eso me di paso hacia la entrada, temía el saber que toda la prepa se había enterado de lo ocurrido. De seguro se deben estar inventando tales cosas que no son reales, creo que con esto mi plan de escabullirme todo estos años ha dado por acabado.