Capítulo 26

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—Vamos, Alice, tus amigos están de fiesta. Mira lo que comen todos, princesa...

—Yo la sostengo— le dije a la mujer que la tenía abrazada y ella dudó. —Vamos, sabes que le agrado.

No tardó mucho en convencerse y me entregó a la niña.
Llevaba puesto un vestido rosa con una blusa de mangas largas color blanco. Deduje que había sido una familia rica la que la había devuelto esta ocasión por la marca de sus zapatos lustrosos.

El cambio de brazos no le importó, se escondió en mi hombro y siguió llorando a mares.

—¿Qué tienes, Alice? Dijimos que ya no íbamos a llorar por esas personas— murmuré mientras acariciaba su cabello.

Hope me vió y distrajo a los niños con Bob tratando de meterse una cebolla completa a la boca para ayudarme.
Cuando llegó a mi lado leí en sus labios: ¿Otra vez? Y yo asentí.

Esto pasaba seguido, luego de que la madre y único familiar de la pequeña Alice muriera en un accidente de auto, ella vino aquí y desde entonces varias familias la adoptaron, pero luego de unos meses la regresaron.
La razón era simple y sencillamente que la niña era muy tímida. No solía hablar con nadie, pero a un nivel radical.
Una vez la descubrí hablando con sus muñecas en los dormitorios, de no ser por eso no conocería su bonita voz, ya que Alice nunca hablaba con nadie.

—No es tu culpa, ni algo porque lamentarse. Ellos no saben cómo tratar a una niña como tú— Hope trató de animarla.

Pero su llanto era inconsolable. Así era cuando venían a dejarla, siempre lloraba hasta quedarse dormida por el agotamiento.
Era muy triste y me llenaba de rabia contra las familias que pasaban que había algo malo con ella.

—No creo que quiera estar aquí— dije. —Tu quédate con los niños. Diviertanlos el tiempo que queda mientras yo subo con ella y la acuesto.

Hope asintió y con el corazón roto besó el cabello de Alice para luego dejarme ir.

Mientras subía las escaleras hacia los dormitorios de las niñas no dejé de tratar que se calmara ni un momento.

—Está bien, ya vendrán mejores familias. La pareja perfecta te está esperando seguramente, solo que aún no lo sabe.

Encontré una cama de madera blanca igual a todas las otras pero con la maleta de Alice sobre el colchón y la despejé para sentar a la niña sobre ella.

Su cabello era castaño claro y con rizos marcados muy bonitos. Sus ojos brillosos por el llanto estaban decorados con bellísimas pupilas color café, como el de sus pecas en las mejillas que le habían brotado hace poco.

—Oye, esta es nueva. No la había visto— dije señalando un puntito en su mejilla.

Era una nena hermosa, la primera opción de cualquier pareja que venía a ver a los niños, pero luego de que se daban cuenta de que su timidez no era cosa pasajera, simplemente venían a devolverla como un accesorio que no quedó como se pensaba en un atuendo.

—¿Tienes hambre?— pregunté recogiendo su cabello hacia atrás y sabiendo que no iba a responder. —¿Sueño?

Me ignoró pero tomó su perro de felpa que estaba junto a su maleta anteriormente y se acostó abrazándolo.

Acaricié su pequeño brazo y su cabello mientras sus llantos se iban controlando.

—Te tengo una noticia que te va a encantar— murmuré.

Abrazó con más fuerza su peluche y trató de esconderse en la almohada.

—Hope está embarazada.

La pequeña no dejaba de llorar y me sentía impotente.
Me acosté detrás de ella y la envolví con mi cuerpo.

—Ya no llores. Tengo ganas de ir a buscar a esos infelices y...

—No le enseñes rencor— me interrumpió Hope en la puerta.

—Bombón, ¿qué clase de personas le hacen eso a una niña? Una niña— remarqué que no era un objeto que se podía devolver, era un ser humano.

—Hablé con la cuidadora... Dice que la pareja tenía miedo de no poder cuidarla bien porque ella simplemente no hablaba para nada. No les decía cuando tenía hambre ni cuando necesitaba ir al baño. Ella solo intentaba hacer todo.

—Es una niña genio, ellos no la entienden. Solo debían ponerle atención— dije acariciando su cabello. —Si le dieran amor no necesitaría hablar.

Mi novia sonrió pero no estaba segura de eso.

—Leí la otra noche un artículo sobre autismo..., o podría ser un trauma debido al accidente de su madre biológica.

—Lees Crepúsculo y no quiere decir que Alice sea un vampiro que ve el futuro.

Mientras hablábamos, el llanto de la niña se comenzó a escuchar más y más bajo.
Se dio la vuelta y me abrazó para esconderse en mi pecho. Ese gesto me llenó de esperanza.
No había nada malo con ella, solo no había llegado la familia correcta.

—Tienes razón— dijo Hope. —Veré si pueden avisarnos cuando alguien quiera llevarla de nuevo, así podemos asegurarnos que estará bien, ¿qué te parece?

Asentí.

—Sin duda estaría más tranquilo.

¿Soy bueno ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora