Capítulo 37

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—Les prometo que voy a vengarme de todos ustedes y sufrirán las consecuencias, River's.

No me importaban las amenazas de mi prometida, me tenía en las nubes el hecho de que fuéramos a casarnos.
La forma en la que se lo pedí no fue muy romántica, pero fue algo muy a mi estilo, ya la dejaría a ella organizar la boda como a ella le gusta.

—Te compraré un vestido muy sexy y un montón de flores para tu ramo— le decía mientras le besaba el rostro impidiéndole caminar bien. —Unos zapatos brillantes y una tiara porque parecerás una princesa...

Ya había pasado el desorden del hospital y ahora todos habíamos vuelto al bar.
Tomé entre los brazos a Hope como si se tratara de un bebé y crucé la puerta con ella cargando para entrar al establecimiento.

—¿¡Qué haces!?— se rió.

—Así entraremos a la casa luego de la boda...

—Se ven realmente bien juntos.

Ella ya estaba ahí, sentada en la barra y nos vio entrar. Nos estaba esperando y yo había olvidado por completo que le había dicho que viniera.

—¿Usted?

Hope bajó de mis brazos pero se mantuvo pegada a mi cuerpo.
Froté sus brazos que comenzaban a temblar.
Los muchachos habían estado detrás de nosotros pero ahora se habían dispersado por todo el lugar y nos observaban.
Tanner había puesto el cartel de "abierto" ya.

—Mi nombre es Candice— ella le sonrió nerviosa y ampliamente acercándose de a poco.

—Candice James— Hope dijo el nombre como si fuera muy difícil pronunciarlo. Deduje que nunca o muy pocas veces se decía ese nombre en la casa Julian.

Esperanza Julian James. Su nombre completo sigue resultandome extraño. Más aún cuando por fin conozco a la mujer de la que viene el segundo apellido.

—Esperanza— ella le ofreció su mano derecha para que la estrechara pero tomó ambas.

—Por supuesto, me sé tu nombre y el de tus hermanos...

—Me la encontré anoche y me dijo que quería hablarte— interrumpí. —Pensé que sería bueno que lo hicieran en un lugar donde te sientes cómoda.

Pasaron unos momentos demasiado largos para mi gusto en silencio donde los chicos fingían hacer cualquier cosa Candice solo la miraba rogándole un momento.

Al final ella sola rompió el contacto visual y se dirigió a Bob.

—Pensé que pondrías música, esto se escucha muy triste— y luego a su madre. —De verdad tengo muchas preguntas y... lamento como la sacaron del restaurante. No fue amable.

La mujer negó lentamente y sonrió. Pensé que Hope la apartaría, pero solo se quedó muy quita observando sus manos juntas como si fuera algo completamente extraño.

—Olvidemos eso, tu papá es un simio sin modales que entra en pánico con facilidad y...— se quedó seria. —Creo que no da buena imagen de mi persona hablar mal de tu padre. Lo lamento.

Hope la soltó y se limpió el sudor de las manos por los nervios en el pantalón.

—No se preocupe— dijo y trató de sonreír lo más real posible, algo que no le costó porque todas sus sonrisas eran realmente hermosas. —Hablemos, ¿quiere algo de tomar?

Era increíble. Simplemente increíble.
No podía ser posible que hubiera tanta bondad en una mujer tan pequeña.

—Una cerveza me caería de pu...— se interrumpió a su misma. —Quiero decir: Estaría muy bien.

¿Soy bueno ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora