—¿Quieres que le llame a tu padre o a los chicos?— pregunté. —Tu mamá, tus hermanos...
—Solo quiero llevarla a casa en instalarla— dijo sonriendo. —Mañana veremos a quien decírselo primero.
—¿Le dijiste al enfermero?
—No se lo dije, lo escuchó— suspiró. —Insistió en traerme pero le dije que vendría sola. Ahora veo que era lo mejor, íbamos a abrumarla si traíamos a alguien.
Asentí.
Nos quedamos un momento en silencio y luego ella me tomó de la mano como buscando un lugar para depositar su ansiedad.—¿Qué piensas?— me preguntó.
La tomé de la cintura y la sujeté cerca de mí con cuidado de no aplastar la barriga.
—Pienso en que seremos una familia de puta madre.
Arrugó la frente.
—Tienes que dejar de hablar así. Las niñas pensaran que su padre habla como un camionero.
—Como un biker, casi lo mismo— me reí. —En ese caso también van a pensar que su madre se comió un diccionario.
—Tendran un amplio vocabulario.
—No van a poder entenderte...
Algo más en la habitación llamó nuestra atención tanto que inmediatamente dejamos de discutir.
Se abrió la puerta que llevaba a los dormitorios y Alice salió a nuestro encuentro con los ojos llorosos y una cuidadora detrás de ella que llevaba sus cosas.Le sonreímos y ella corrió a lanzarse a mis brazos.
—¿Lo ves? Te dije que no nos iríamos— dije cuando la cargué.
—Estaba tan ansiosa que olvidó empacar muchas cosas. La ayudé en lo que pude.
—No se preocupe, últimamente mi obsesión es ir de compras— dijo Hope tomando la minúscula maleta que en realidad sólo era una baúl viejo algo más grande que una caja de zapatos.
—Espero que seas muy feliz, pequeña— la cuidadora le acarició el cabello en modo de despedida, pero la niña no le hizo caso. Estaba muy escondida en mi cuello como para siquiera verla.
Los documentos de adopción estarían listos cuando Hope y yo nos casaramos, por ahora solo teníamos el que nos daba permiso de cuidarla temporalmente. Si no entregábamos el acta de matrimonio, Alice tendría que volver al hogar, pero eso no pasaría, teníamos mucho tiempo para hacerlo.
Salimos del establecimiento y vimos la Jeep parqueada detrás de la Yamaha.
—Mier...— Hope me golpeó el brazo, —mi hermana. Mi hermana debería venir a recoger la moto.
Alice escucho "moto" y levantó su cabeza. La vió y quiso bajar inmediatamente.
—Espera...— la puse sobre el césped y me tomó de la mano para llevarme hacia la motocicleta. —No tengo otro casco, linda, no te puedo subir así.
En las veces que habíamos estado aquí con el club dando paseos a los niños, varias veces Alice había subido y por supuesto que lo había disfrutado. Aún con su condición que le impedía el habla no tenía problemas para mostrar la alegría que le daba subir.
—¿Seguro que no es tu hija biológica?
Solté a Alice un segundo.
—No lo creo. Siempre use condón...
—¡Kasaquir!
—¿¡Tampoco puedo decir la palabra "condón"!?
—¿Qué le vas a decir si pregunta qué es?
—¡Ni siquiera habla!
La señalé, pero ya no estaba ahí, estaba arriba de la moto.
La Yamaha era muy pesada como para que la tirara, pero me dio miedo que se hubiera podido caer ella.Me acerqué y la ayudé a ponerse bien sobre el tanque para que no fuera a caerse.
Hope suspiró.
—Tengo mi casco y la chaqueta en la Jeep— dijo. —La casa no queda tan lejos.
Alice puso sus manos sobre el manillar y saltó varias veces queriendo que la moto avanzara.
Ambos nos reímos.
—Si, no creo que quiera bajar.
Entonces le pusimos el casco y la chaqueta. Le quedaba grande pero aún así era lo que había.
Ella se adelantó a casa en la camioneta mientras que yo me llevé a Alice frente a mí en la motocicleta.
Nunca en la vida tuve tanto cuidado al conducirla, ¡nunca!
Comencé a ser consciente de las normas de tránsito al mismo tiempo que comencé a preocuparme por la seguridad de bombón, pero esta vez incluso me detuve a ver el límite de velocidad y revisar que iba dentro de él todavía.
Cedí el paso a los autos y no intenté adelantarme a nadie. No quería poner en peligro la vida de... de mi hija.Mi hija.
En un semáforo estire los brazos y los dedos acalambrados. Alice no soltó el manillar, o lo que pensaba que lo era, solo estaba sosteniendo el tubo.
Esa niña como mi hija era todo lo que siempre había querido y nunca lo supe.
Cuando llegamos a casa ya era de noche y las luces de dentro estaban encendidas.
No había rastros de que estuviera nadie además de Hurley y Hope, pero quizá Candice también estaba ahí.Después de que bajé, le ayudé a quitarse el casco a Alice y me encontré con su enorme sonrisa, se estaba carcajeando.
—Te encantó, ¿no es así?— la puse sobre mi hombro y ella no paro de reír. —Bueno, que no te guste tanto porque no tienes permiso de subir hasta los veintiuno, señorita, a menos que sea con tu padre.
Bromeé con ella hasta que llegamos a la puerta y Hope nos recibió.
—¡Tardaron mucho! Ya casi está la pasta.
—Venía a vuelta de rueda, bombón— la besé rápido y entré.
Hurley estaba en el sofá mientras que Candice observaba la entrada expectante desde la barra de la cocina.
—Estabamos esperándote emocionadas— dijo.
—No sabía que mi suegra me quería tanto— bromeé y dejé a Alice en el suelo.
Me tomó de la mano, pero no dejo de sonreír cuando miró a la demás gente en la casa.
—Alice— le llamó Hurley y ella lo saludo con su pequeña mano.
Candice se acercó a nosotros y se arrodilló para quedar a la altura de la niña.
—Pero qué belleza— dijo. —¿Tu nombre es Alice?
—Tiene mutismo, mamá— le explicó Hope, —generalmente no habla, solo cuando se siente totalmente tranquila y cómoda.
Candice me miró preguntando por eso y yo asentí.
—Oh, cielo— extendió la mano cuidadosamente y le acarició una mejilla a la niña. —Que tan malos debieron de haber sido contigo para conseguir dejarte sin habla.
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¿Soy bueno ahora?
Teen FictionUn niño rebelde que perdió a su madre en una moto, un adolescente descarriados que una hermosa chica metió en cintura, un joven asustado que perdió también a su padre y por pensar que era mejor estar solo, casi pierde al amor de su vida. Fui todos y...