Capítulo 41

1K 86 13
                                    

Mientras Hope se subía a la camilla en el consultorio pensaba en lo que su padre me había dicho.
Hablaba de Candice como si fuera una bruja cruel que vendería a su madre si le ofrecieran unos cuantos dólares.

La desconfianza que sentía hacia ella no alcanzaba a comprender qué pudo ser tan malo como para ganarse el odio tan arraigado de un hombre que en un tiempo la amó con locura.

—¿Están listos? Por pondremos el gel— dijo el doctor.

—No pierdas de vista la pantalla, amor, mírala...

Hope me tomó de la mano y yo le hice caso.
Cuando la veía feliz y tiernamente perdida en su emoción me daba cuenta de la suerte que tuve de encontrarme con ella y de darme cuenta de lo especial de su alma antes de arruinar todo.
El mundo les hace cosas horribles a las personas de buen corazón, y ella tenía el corazón más bueno del mundo. Ni siquiera el desprecio de su padre o el corazón roto le hicieron cambiar su brillo.

Escuché los latidos, no iban sincronizados pero se podían escuchar ambos ritmos. En la pantalla aún no podía distinguir mucho.

Lleve la vista de la pantalla al rostro de bombón y sonreí.
No les pasaría nada, yo los cuidaría de todo.

—Muy bien, probemos si el primer bebé nos deja ver.

Ya podía distinguir la forma de su cuerpo y emoción crecía conforme las figuras cambiaban de posición en la pantalla.

—¿Ya tienen idea de cómo los nombrarán?— preguntó Hugh.

—Charles, Alfred, Jenell o Margareth— respondió Hope en un suspiro.

—Muy hermosos.

El doctor también estaba sonriendo. Le emocionaba saber el sexo de los bebés que revisaba tanto como a nosotros o era que nosotros se lo pasábamos.

—Bueno... Está en una posición perfecta, aquí tienen a su primera niña.

Una niña.
Carajo, ¡una niña!

—Jenell— sonreí ampliamente y apreté más la mano de Hope aun más.

Ahí estaba mi pequeña princesa Jenell esperando a que su diminuto cuerpo creciera lo suficiente como para salir al mundo exterior.

Luego el doctor pasó su máquina al otro lado del vientre y buscó por un rato hasta que lo encontró.

—Si, justo aquí— apuntó a la pantalla. —Esto nos dice que esa de ahí es Magy.

Tuve que soltar a Hope un momento para dar una vuelta por la habitación y contener un grito de emoción.

—¡OH, SI!— exclamó ella sin importarle nada. —Estoy rodeada de varones, carajo. Por fin habrá mujeres cerca.

—Se lo diré a tu padre...

—¡No!— me detuvo. —Así no, quiero que se enteren de forma especial.

Tenía que entender su desición, si ella no quería que supieran aún podríamos esperar a que...

—¡SON DOS NIÑAS!— gritó Hurley en pasillo y de repente muchas otras voces se comenzaron a escuchar.

El pasillo era un escándalo.
Abrí la puerta del consultorio para ver algo que ya sospechaba y efectivamente, todos los muchachos del club estaban ahí con el papá de Hope festejando como hombres toscos que los bebés en camino eran las próximas princesas del club River.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

—Chicos, están exagerando— dijo Hope riendo mientras todo el club y su padre nos reuníamos en la habitación de Hurley.

Por primera vez en mucho tiempo simplemente la ignoramos. No cambiamos de emoción.

—Repisas, es lo primero.

—Lo primero es quitar toda mi basura y sacar mis muebles. Así nos pondremos más creativos— dijo Hurley.

El padre de Hope señaló los focos de luz.

—Se me ocurre poner unas lámparas con proyector para que haya estrellas en el techo.

Me encantaba esa idea.

—Podemos pintar de rosa pastel y el techo negro— señalé. —Poner calcomanías en la pared...

—Una moto, definitivamente— habló Bob.

—Estaba pensando en que las cunas tuvieran...

—¿Cunas? ¡Mis niñas dormirán juntas!— me apresuré a corregir. —Solo una, y la haré yo mismo. Luego cuando crezcan les haré camas separadas, para eso tienen papá.

—Y tío— mi hermano levantó la mano.

—Y más tíos— los demás del club también se incluyeron.

—Y abuelo. Mañana mismo deberíamos comenzar a trabajar en este lugar. Por supuesto que en mi casa también tendrán una habitación.

Joe tenía una lista muy larga en sus manos y le añadía cosas conforme hablábamos. Y vaya que teníamos rato discutiendo esto.

—Okay, okay— llamó nuestra atención pareciendo confundido. —Entonces Hurley saca su basura, Tanner y Bob se encargarán de la iluminación y de la pintura, yo de instalar los monitores y el papá ejemplar junto con el abuelo policía se hacen cargo de los muebles...

—Y el tío con buen gusto se encarga de la ropa— Marcus llegó al espacio y abrazo a Hope después de saludarla con un beso en la mejilla. Dorian venía detrás de él. —¡Dos niñas! Al fin van a domar a estos hombres.

—Les compraremos prendas de buena calidad y con clase, tu tranquila— dijo Dorian abrazándola también.

—Eso lo sé pero, ¿y la madre que hace?— se cruzó de brazos.

—Comer bien, descansar, alejarse de las motos y parir a esas bebés— soltó sin filtros el enfermero.

Mi novia estuvo a punto de protestar, pero su teléfono la interrumpió.

—Disculpen, creo que es la casa hogar...

Inmediatamente pensé en Alice y me acerqué para escuchar.

—Si, soy yo, la presidente de los River's... ¿Cómo? ¿Hoy? ¿A qué hora?... ¿veinte minutos?... Discúlpeme, señorita, pero mi pareja y yo les pedimos que nos mantuvieran notificados sobre el futuro de la pequeña y nunca recibimos ninguna noticia sobre una posible adop...

Le quité el celular de la oreja y lo atendí yo en la sala de estar.

—¿Bueno? Soy Kasaquir River, ¿me puede explicar cómo carajo no nos dijeron nada antes? Veinte minutos no es la antelación que solicitamos.

La mujer que hablaba era nueva, no era ninguna voz de la casa hogar conocida.

—Señor, como le estaba explicando a su pareja, el que les avisaremos es mera cortesía, no un requerimiento.

—El club es el benefactor principal de hogar y lo único que les pedimos es que nos informen sobre Alice, ¿porqué es tan complicado?

—Si ni puede asistir a la entrevista...

—Oh, pero por su madre que estaré ahí. No se van a liberar de mí tan fácil.

¿Soy bueno ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora