La música me gustaba.
Después de tanto tiempo escuchando a Hope en la sala de estar cantando música de Jazz había aprendido a disfrutar el ritmo, mucho más si bailaba lentamente con mi chica para bajar la cena con el ruido de la lluvia de fondo.Estaba tan metido en mis pensamientos, en el saxofón del músico en vivo y en el baile que no me di cuenta cuando Hope bajó una mano de mi espalda a mi trasero lentamente.
Abrí los ojos y di un pequeño salto.
—Comportate, mujer. Estamos en público— dije y ella rió inocente.
—No lo pude evitar. Espera, ¿qué es esto...?
Recordé entonces que justo en el bolsillo trasero estaba la pequeña caja con el anillo y me aparté un poco.
—No es nada, bombón. Te veo inquieta, ¿qué pasa?
—Necesito ir al baño.
Dejé de abrazarla para verla a los ojos.
—¿De nuevo?
—No cuestiones mi necesidad de hacer pipí. Son los bebés— me reí. —¿Quieres acompañarme?
Inmediatamente sentí el peso de la abstinencia sobre mis hombros.
—¿Tus hormonas se pusieron a mi favor? Vamos antes de que cambies de opinión...— la traté de llevar conmigo pero me golpeó en el brazo.
—No es por eso. Muero por un masaje en los pies, los tacones están matándome, Kas— cambió de expresión y parecía estar a punto de llorar cuando me abrazó de nuevo. —Es horrible, quiero irme a casa, cielo.
Díganme cruel, pero era cómico ver los cambios de ánimo de Hope.
Sobre todo cuando no estaba enojada o nerviosa.—Ay, bombón— la consolé sin dejar de sonreír. —Te llevaré a casa luego de que des las sorpresas, ¿de acuerdo? Te prepararé un baño caliente con tus velas favoritas.
—Eso suena...— se puso tensa. —Carajo, no es broma lo de tener que ir al baño.
Salió corriendo prácticamente disparada hacia el baño y yo me quedé solo en medio de la pista de baile donde se contoneaban otras parejas más.
Decidí unirme a la mesa donde estaba Marcus, un chico del club y algunas personas que no conocía. La silla vacía debía ser de su pareja, quién reía con Tanner y Joe lejos de las mesas con una copa en la mano.
—Deberíamos terminar esto pronto antes de que le explote algo— bromeé.
—Concuerdo. Esta cena los vuelve locos a todos.
Miramos juntos a dos mujeres a lo lejos que estaba muy metidas en una charla basada en las críticas a Dorian.
—Date cuenta como lo ven— Marcus dijo molesto. —Si fuera una mujer, cualquier mujer, no nos criticarían de esa forma.
Nunca conviví con un homosexual cercanamente y no tuve la oportunidad de charlar con ninguno sobre la forma en la que los trataban.
Ahora me parecía demasiado grosero como observaban a Dorian y de vez en cuando también a Marcus. Parecía como si les hubieran dado la noticia de que un integrante de su familia había decidido cortarse un brazo por mero gusto.—Por lo menos los River lo hicieron sentir bienvenido.
Sonreí.
—En el club hemos hecho cosas muy malas e irresponsables. No somos nada para juzgar y tampoco hay motivos— le di una palmada en el hombro. —Lo único que cambia entre nosotros es que quizá quiera golpearte un poco menos.
Soltó una carcajada y asintió.
—Te confieso que Hope fue mi último intento— sus palabras me hicieron fruncir el entrecejo. —Habia fallado en las relaciones con chicas pero pensé que con una especial quizá funcionaría. Pero cuando no sentí nada al dejarla irse contiguo y luego cuando nos hicimos mejores amigos tan fácilmente me di cuenta de que en realidad nunca me gustaron las mujeres para algo romántico.
Era extraño.
En mi larga vida machista no pensé tener este tipo de conversaciones con un amigo.—Hacen... Hacen linda pareja— fue lo único que se me ocurrió decir.
—Si, bueno. Hablando de parejas, ¿ya le preguntaste?
Me sudaron las manos y tuve que secarlas con mi pantalón.
—Claro que no. Quiero que todos estén atentos— miré a la familia.
—Haberme dicho antes.
Se levantó con la copa en la mano y una cuchara de la cena.
Ví sus intensiones antes incluso de que hiciera nada.—¡Espera, no! Está en el baño...
—Ya volverá. Tranquilizate— hizo lo propio con la copa y la cuchara para llamar la atención de todos y de inmediato el restaurante entero guardó silencio. —Atención, por favor.
—Te juro que voy a matarte, enfermero— de fondo vi a Hope saliendo del baño con expresión confundida. —Si le rezas a alguien comienza ahora porque lo necesitarás.
Era muy tarde para frenar o para retroceder. Todos estaban viéndonos fijamente y no me quedó más que ponerme de pie junto con Marcus.
—Después me agradeces, amigo— me susurró.
—Voy a matarte— me giré hacia Hope. —Ven conmigo, bombón.
No tenía la menor idea hace un momento, pero ahora estaba casi seguro de que ya sabía hacia dónde nos dirigíamos.
Caminó hacia la mesa y me tomó de la mano al mismo tiempo que el enfermero se sentaba de nuevo en su lugar y Dorian regresaba a su lado.—No estoy lista aún, me estaba mentalizando en el baño...
—Quiero preguntarte antes algo— apreté fuerte su mano y volví la vista al resto de la gente en el lugar. —Pues... no soy muy bueno hablando y la verdad la mayoría de las veces que lo hago terminó haciendo enfadar a la gente refinada como lo es la familia de mi novia, pero trataré de decir algo lindo esta vez.
Tragué saliva e intenté pensar en algo que pudiera decir ahora. Algo que se le quedará marcado a Hope en la memoria para que le contara a nuestros gemelos cuando fueran más grandes, algo que hiciera que su familia pensara que era un buen partido para ella.
Quería decirle tantas cosas en ese momento, pero ninguna parecía merecedora de exponerse en este momento.Cuando amas a una persona demasiado, las palabras se vuelven lo más inútil y lo más difícil.
—Amor— Hope tocó mi hombro y al verla me di cuenta de que nunca había visto tanto amor en sus ojos. —No tienes que decir nada.
—Quiero hacerlo, solo estoy nervioso— le acaricié el cabello y volví a tomar valor. —Lo que quiero decir es que para mí Hope Julian es...
No tuve oportunidad de comenzar mi perorata (aprendí esa palabra de ella) sobre Hope pues una mujer abrió la puerta del restaurante y todos nos volvimos hacia ella.
Permanecimos callado viéndola. Era una mujer diminuta de piernas anchas y cabello intensamente negro.
Se veía extraña en ese fondo elegante del lugar por su ropa mojada debido a la lluvia y sus botas llenas de lodo.
Sus jeans estaban mojados hasta las rodillas con salpicaduras y llevaba una chaqueta negra de cuero demasiado grande para su cuerpo.—Perdonen, me dijeron que aquí podría encontrar a mi familia hoy. Espero no estar interrumpiendo nada.
En la m...
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¿Soy bueno ahora?
Teen FictionUn niño rebelde que perdió a su madre en una moto, un adolescente descarriados que una hermosa chica metió en cintura, un joven asustado que perdió también a su padre y por pensar que era mejor estar solo, casi pierde al amor de su vida. Fui todos y...