Capítulo 48

1.1K 93 9
                                    

Dos en el mismo día porque su chica feliz los quiere😘

—¿Qué diablos te pasó?— preguntó Hurley asombrado cuando llegue al taller empujando la moto y con la ropa rota.

El pantalón se había rasgado por la pantorrilla y podía sentir el ardor. Mi delgada sudadera no resistió tanto como ellos y simplemente le había dejado libre camino al asfalto de hacerme mierda la piel.

—Los frenos reventaron cuando subí la cuesta. Me tiré al suelo antes de que el muro me hiciera papilla— dejé la moto de lado cuando pasé el enrejado del taller y caminé hacia la oficina.

—¿El ruido del que hablabas?

—Supongo que era algo más que un ruido— contesté malhumorado.

Entramos juntos a la oficina y lance el casco al suelo.
Me quité lo que quedaba de la sudadera como si no pudiera respirar.

—¿Por qué carajo no tenías la chaqueta puesta?— Hurley miró asombrado la sangre que salía de mi torso y mis brazos.

—Por idiota— dije. —No es como que sea muy propenso a accidentes últimamente, ¿sabes?

—¡CARAJO, ESTÁS SANGRANDO, ANIMAL! ¡PUEDES CONTRAER UNA INFECCIÓN Y MORIR! ¡TE PUDISTE HABER ROTO UN HUESO!

Le lancé mi sudadera ensangrentada a la cara para callarlo.

—Te pareces a Hope, pero en feo— lo insulté. —Mejor vete a ver qué diablos le pasó.

Me quité también la camiseta y me hice una autovaloración de daños.
No había mucho de que quejarse, pudo haber sido peor. Pero mis brazos estaban cubiertos de rasguños, llenos de tierra y con piedras enterradas haciendo ver la sangre más fea de lo que es por sí sola.
En las costillas estaba igual: mucha sangre y cortes, pero eran poco profundos. Solo fueron raspones.

Pero mi pobre moto... Oh, mi bebé, ¿qué fue lo que le pasó?

Me puse una camiseta limpia de mangas largas para el frío sin esperar a lavarme y salí de la oficina con el ardor muy presente.

Hurley estaba revisando la Yamaha y sostenía un cable en sus manos que iba hacia dentro del manillar.
Me miró enojado.

—Si te da algo por no limpiarte eso, Hope me va a odiar por no decirte que te limpiaras.

—No sé de qué te quejas si a mí me va a matar por no usar la chaqueta. Ya sabes lo loca que está con lo de las protecciones.

—Solo se preocupa...

—Hablo en serio, Hurley. No quiero que se entere de que no usaba la chaqueta, ¿okay? Cuando salí de casa le dije que la usaría.

Me puso mala cara y luego siguió en lo suyo no muy convencido.
Me acerqué más a la moto y yo mismo inspeccione lo que Hurley veía.

—Los frenos— dije. —Eso ya lo sabía.

—Si, pero mira— señaló una parte en específico. Estaba roída y con cables pequeños sueltos por todos lados. —Estaban demasiado gastados y solo de esta parte del cable. Puedo ser un idiota pero esto lo hizo alguien.

No había manera de que se hayan desgastado solos. Yo los había cambiado hace muy poco tiempo como medida de precaución justamente porque si se llegavan a romper seguro iba a terminar muerto.

—No sabía que alguien me odiara tanto.

—Quizá solo te quería asustar, por eso los cortó un poco y comenzaste a escuchar esos ruidos extraños.

¿Soy bueno ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora