La noche que besé por primera vez a la mujer que besaría por el resto de mi vida, es una de las más memorables.
¿Cómo puedo olvidarla si casi me llevo un buen golpe en el rostro por habérselo robado?Todos festejaban, unos momentos antes habíamos estado a punto de ser arrestados y por la rapidez de las motos y la destreza en los atajos, todo el club había conseguido llegar como siempre al autoservicio donde nos reuníamos junto a la carretera luego de una huída.
Era la primera vez que Hope subía a la moto conmigo y no tuve miedo ni por un momento de que le pasara algo. Antes cuando iba con Hurley y yo no podía estar completamente seguro de que estuviera a salvo, casi vomito la bilis.
Una de las razones y la más grande también para no querer a Hope en el club era el constante miedo de que le pasará algo sabiendo que caería sobre mí la culpa, por lo menos la que yo mismo me otorgaría.Pero estando con ella en la Yamaha, con sus piernas apretando mis caderas y sus gritos de euforia sobre mi hombro, no tuve miedo. Sonreí dentro del casco y aceleré aún más porque el sentimiento de juntarla a ella con la adrenalina de la moto era simplemente adictivo.
Tenía que admitir, después de tanto tiempo negandomelo a mi mismo, que me encantaba.
La niña de cabello rizado y zapatos de campanita que entró al bar sin pedir permiso ni invitación, me encantaba de una forma incomprensible. En ese mismo momento quería tomarla del rostro y besarla frente a todos. No me importaba no siquiera Hurley.Pero cuando me concentré en su rostro luego de un momento de risas y bromas, noté que estaba ensimismada. Miraba hacia los muchachos divirtiendose y jugaba con sus dedos mientras sonreía levemente. Era increíblemente tierna.
—¿Qué ocurre, bombón?— le pregunté.
—Nada malo. Acabo de tener una kairosclerosis.
Me reí porque claro, no entendía lo que quería decir.
—¿Una qué?
—Me acabo de dar cuenta de que soy tremendamente feliz.
Asentí.
No quería arruinar su momento de felicidad con mis impulsos, sólo la pondría incómoda.ejor señalé a las mochilas.—¿Por qué no te les unes? Creía que no eran hostiles contigo.
—No lo son. Simplemente me parece más grata la compañía que disfruto estando con ustedes. Ellas tienen cosas distintas de las que hablar.
Cosas distintas. Esta chica era increíble.
¿En qué mundo una persona como ella se sentiría mucho más cómoda entre motociclistas ebrios y drogados con adrenalina que entre más mujeres?—Si me la prestas y no es una intromisión me encantaría encargarme de lavarla— dijo mirando mi chaqueta. —Y de curarte las manos...
No entendí lo que dijo hasta que yo mismo me observé.
Por supuesto, tenía la chaqueta llena de sangre novata y las manos con los nudillos reventados por culpa de la cabeza dura de un patán que había intentado obligar a Hope a seguirlo.Poco a poco la euforia me dejó y recordé que antes de la emoción, ella y yo habíamos discutido, luego la había dejado sola y a causa de mi insensatez había dado entrada a que los Novatos quisieran raptarla para jugarnos una broma a los River's.
Fingí reírme para que se le quitara la expresión de pena de su fino rostro.
—Hurley está acostumbrado a lavar la sangre de mi ropa, le encantará— dije. —Y me curo rápido, bombón.
—No debiste hacerlo— me tomó por sorpresa, simplemente agarró mi puño con ambas manos y lo examinó. —Después del primer empujón ya me había soltado.
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¿Soy bueno ahora?
Teen FictionUn niño rebelde que perdió a su madre en una moto, un adolescente descarriados que una hermosa chica metió en cintura, un joven asustado que perdió también a su padre y por pensar que era mejor estar solo, casi pierde al amor de su vida. Fui todos y...