—Es aquí— jadeo el tipo a mi lado.
—Mas te vale que si.
Abrí la puerta y bajé de la camioneta.
Estaba haciendo mucho frío. Los huesos de mi Hope debían estar tiritando, no creo que algún tipo aquí haya tenido la amabilidad de darle algo caliente, no se me ocurría siquiera que hayan tenido cuidado con ella.Era una casa en un barrio bajo simplemente, no había nada afuera o al rededor que fuera distinto a las demás casas y te diera pistas de que pasaba algo dentro, pero en el aire lo sentía. Habían pasado cosas malas en este lugar.
Mi golpeado y molesto guía caminó frente a mi arrastrando una pierna, quizá le habíamos roto algo en medio de nuestra búsqueda de información, pero como sea estaba feliz porque al final yo decidiera pagarles para recuperar a mi novia embarazada.
Abrió la puerta sin llamar antes y vi a varios tipos comiendo papas fritas en un sofá. Miraron a su compañero como si su estado fuera algo ya planeado.
—¿Viniste a pagar la deuda de tu suegra?
Dijo uno de ellos en tono de burla.
—Vine por la chica.
Saqué de mi chaqueta un grueso fajo de billetes verdes, posiblemente eran nuestra luna de miel en un lugar soleado con las niñas o una boda, los arreglos a la casa River o al bar. Daba igual ahora, eso era lo de menos cuando estaba a nada de tener en mis brazos de nuevo a Hope y asegurarme de que nada malo le había pasado.
Agitaron los billetes varias veces como si eso les diera la cantidad exacta que tenían entre las manos y luego a sintieron.
—Bueno, puedes pasar a buscarla.
No me quede mucho tiempo más ahí parado.
Comencé a abrir puertas, revisar habitaciones, subir escaleras mientras gritaba su nombre, pero no la encontré hasta lo que me pareció una eternidad.No me había escuchado gritar su nombre porque estaba inconsciente, tendida sobre un diván viejo intentando cubrirse del frío con un brazo y con el otro abrazando a las bebes.
Se me salieron las lágrimas cuando me acerqué a tocarla y estaba helada. Tenía miedo de que la fuera a lastimar si la levantaba, pero quería sacarla de ahí lo antes posible para llevarla a un doctor.
—Bombón— la llamé moviendo de lugar sus bazos, estos cayeron con facilidad a sus lados. —Bombón, despierta, tienes que estar bien. Tienes que decirme si te duele algo para poder sacrte de aquí.
Me quité la chaqueta y la cubrí con ella, cuando la sintió arrugó la nariz.
—No quiero nada de ustedes, déjenme tranquila— murmuró con la poca energía que tenía.
—Soy Kas— tomé su rostro entre mis manos. —Abre los ojos, nena, ¿qué tienes?
Se esforzó y logró abrirlos un poco para después soltar el aire que contenía.
—Kas— dijo aliviada. —Sácame de aquí. Las bebés...
—¿Qué sientes?
—Me caí de las escaleras cuando intentaba escapar de ellos, me golpee mucho— se quejó. —Llévame al doctor, rápido.
La tomé en brazos y la cargué.
Pasé junto a los malditos que le habían provocado esto y salí de la casa, ya alguien más se encargaría de ellos.—Me duele mucho— murmuró cuando la dejé sobre el asiento del copiloto. —Jennel y Maggy...
—Ellas estarán bien, bombón. Igual que tú— le puse el cinturón de seguridad.
—¿Alice...?
—En casa con los chicos— besé su frente. —No te alteres más, yo me encargo de todo.
—Pero ellos no se quedarán tranquilos solo con el dinero.
—Bueno, de ellos si se encargará alguien más. Por favor no hables más, solo tienes que recuperar fuerzas.
En dos pasos ya estaba de vuelta en mi lugar y encendí lo más rápido que pude la camioneta.
Cuando salía de la calle pude escuchar las sirenas.
El padre de Hope estaba llegando con sus oficiales.Pensé que lo mejor era pedirle apoyo, así me mantenía alejado de la posibilidad de que mis impulsos violentos se adueñaran de mí. Con la policía discretamente detrás de nosotros tenía que comportarme.
El enfermero estaba en turno, cuando vio el nombre de Hope en la tabla de la sala de urgencias corrió a ver qué pasaba. El obstetra llegaría en un momento pero por ahora solo me habían dicho que tenía una neumonía causada por el frío y su poca tolerancia a él debido a que había bajado de peso en los últimos meses.
No me despuegue de su lado ni siquiera cuando los paramédicos quisieron que esperara afuera en el pasillo.
Todo el tiempo estuve sosteniendo su mano, en parte porque no me saltaba y en parte porque ya habían pasado demasiadas cosas por separarme de ella.Le pusieron un nebulizador y se aseguraron que sus huesos estuvieran bien. No parecía haberse roto nada, pero cuando revisaron mejor sus golpes encontraron algunos moretones y signos de lastimaduras.
Marcus estaba hablando con los doctores mientras yo solo esperaba a que Hope se recuperara.
Se veía tan frágil en esa camilla de hospital, su piel pálida y su cuerpo lastimado.
Su cabello estaba revuelto y el humo del nebulizador me ponía nervioso, no sabía si estaba bien que hiciera esos sonidos extraños.Pasé una mano delicadamente por su abdomen, donde los dos frijolitos habían crecido rápidamente.
Oh, Jenell, Maggy, espero con mi vida que estén bien.
Marcus entro a la habitación y se quedó cayado mirándonos. Solo estaba ahí recargado contra la pared.
—¿Qué te dijeron?
Negó.
—No mucho más que a ti, pero sé que ya vienen con el equipo para hacer una ecografía. Veremos si todo está bien en la incubadora— sonrió levemente. Tan levemente que me puso nervioso. —Vamos a hacerle muchas pruebas. No te espantes, es rutina.
—¿Cómo me pides que no me espante?— susurré para no molestar a Hope. —Estamos hablando de que podría perder a mis hijas.
—Aun no lo sabes, puede que todo esté bien.
Suspiró profundamente y tomó la otra mano de mi novia para darle un delicado beso en el dorso. La dejo en su lugar y luego me dio una palmada en la espalda.
—Seamos optimistas. Son las hijas de Hope Julian y Kasaquir River, deben ser fuertes.
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¿Soy bueno ahora?
Teen FictionUn niño rebelde que perdió a su madre en una moto, un adolescente descarriados que una hermosa chica metió en cintura, un joven asustado que perdió también a su padre y por pensar que era mejor estar solo, casi pierde al amor de su vida. Fui todos y...