Capítulo 4

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—...y Kas le dijo que había que comprar una nueva pieza que saldría mas cara, pero la verdad era que yo había perdido las tuercas y debíamos comprar mas. El cliente se lo tragó todo.

Todos se rieron a carcajadas en la mesa del comedor con la historia de Hurley sobre las veces que había perdido las piezas de alguna moto y yo tuve que mentir para que no nos quedáramos sin clientes.

Me levanté de mi silla también riendo y llevé mi plato a la cocina donde Marcus estaba secando el suyo.

—Voy a decir que me gustó tu comida solo antes de decirte que mi caldo de pollo es mucho mejor— le dije.

No sabía bien si sus risas eran porque había estado escuchando la historia de Hurley o porque le divertía que no pudiera hacerle un cumplido sin la contra parte en la frase.

—Nunca vas a aceptar que te agrado, ¿verdad?— me preguntó.

—No me agradas— mentí. —Solo te soporto en mi casa por lo mismo que a todos los demás: Hope está feliz rodeada de toda esta gente.

—Es por que la queremos— dejó los platos y me miró. —Yo se que muy en el fondo te agrada que yo vaya y me aparezca en su casa para que su padre te deje tranquilo a ti.

Eso sonaba excepcionalmente mal, pero algo había de verdad.
Los padres necesitaban a un chico al cual criticar e invitar a las cenas familiares, si yo fuera seguramente terminaría arrestado. En cambio, el principito enfermero es todo lo que el padre de Hope podría soñar para su hija y aun que está consiente de que yo soy su novio, se conforma con presentarles a todos a Marcus como el mejor amigo de su pequeña.

—El sueño del señor Julian es que Hope me deje por ti, ¿verdad?— me burlé de mi mismo.

—Por supuesto, pero todos sabemos que eso no va a pasar.

—Y no te interesa, ¿no es así?— entrecerré los ojos.

—No, puedes estar tranquilo. Solo somos amigos— sonrió en dirección a la mesa del comedor donde estaba todo el club escuchando una historia divertida ahora de la boca de Hope. —¿Te invitó a la cena de la otra semana?.

Puse los codos sobre la barra  y escondí el rostro.

—La amo, pero odio el ambiente en el que tengo que moverme con ella— dije. 

—Puedo hacer feliz a su padre, pero no a ella. Tienes que ir, la escuché diciéndole a Sky y Dean que estaba emocionada por presentarte a su tía al fin.

Suspiré.

—Ya lo sé. Además ya la perdí una vez por creer que no podía ser lo que necesita, no me queda de otra, tengo que serlo— él asintió. —Pero seguro que me van a comer vivo en esa cena.

—Te estaba viendo comer hace un momento— hizo un gesto de horror. —Necesitas unas clases de protocolo y etiqueta o yo mismo te voy a sacar de mi restaurante.

Me reí viendo a mi novia en el comedor. 

—No te pases de la raya o saldrás de mi casa con sangre en el rostro. 

—Eso si logras ponerme una mano encima.

Pero solo estábamos jugando. Veíamos como Hope se divertía con los muchachos mientras sonreíamos y charlábamos. 

Ay, bombón. Como te amo, pero como me haces pasar por cosas difíciles.

—Lo bueno cuesta— dijo el enfermero como si estuviera escuchando mis pensamientos. 

—Y ella es lo más bueno del mundo.

—Me alegra que sean felices después de todo pero...

Esperé a que terminara la frase, pero no dijo nada más. Cuando lo miré aun tenía los ojos sobre mi novia y se mordía los labios como si le preocupara algo, como si tuviera algo que decir pero no se atreviera.

—¿Pero qué?— le pregunté.

—No quiero entrometerme pero no es la primera vez en la semana que Hope se marea o tiene nauseas— me miró y por sus ojos entendí que se refería a algo verdaderamente preocupante. —¿Se están cuidando?

—¡Oye...!

—Tengo que preguntarte, Kas. Puede que esté...

Mi cabeza dió vueltas de solo pensar en la posibilidad de que estuviera embarazada. 
No había manera, ella estaba tomando la píldora, yo la vaía hacerlo todos los días a la misma hora. 

—Ayer me dijo que tenía dolor menstrual.

—Eso no significa nada.

El que un enfermero me diga eso no me calma para nada y algo me dice que lo dice justamente para que me preocupe yo también y lo saque de dudas.

—Toma la píldora.

—Hay un porcentaje de que...

­

—¡Kasaquir! Ven aquí y controla a tu novia, tiene planes muy locos.

Marcus y yo nos seguíamos viendo a los ojos preocupados cuando me llamó Tanner.
No había manera, de verdad que no podía ser, pero siempre la paranoia podía surtir efecto en mi, más si se trataba de Hope. 

Pero no, no iba a preocupar para nada a mi novia. Si ella no sentía nada entonces yo tampoco. ¿No se supone que las mujeres comenzaban a sospechar antes que los hombres?
El enfermero es medio gay, debe ser eso.

Nos unimos a los demás en el comedor. Me posicioné detrás de la silla de Hope y le masajee los hombros mientras Tanner hablaba. 

—Tienes cara de susto, ¿pasó algo?— me preguntó ella. —No estarán peleando, ¿verdad?.

—Por supuesto que no, bombón— suspiré. —Somos amigos.

—¿Ahora qué están planeando?— Marcus habló y cambió de tema. Con la mirada le agradecí.

Los chicos hablaban al mismo tiempo y agitados de nuevo. Parecía que Hope les había dicho que iban prohibir las bebidas alcohólicas en el River's.

—¿Qué pasa? ¿Qué les dijiste?

—Nada malo— me dijo mi novia inocentemente. —Solo les pedí que fueran a la cena de la otra semana. 

Solo a Hope le llegaban esas locas ideas. 

—¡Un restaurante formal lleno de personas educadas y comida elegante con diez hombres mal vestidos, una moto y un sentido del humor muy negro! ¿Estas consciente de lo que dices, bombón?.

—¡Por supuesto! Escuchen: Puede que sean las ultimas personas que las amistades de mi padre y mi familia se esperan que lleguen a la reunión, pero a pesar de todo lo que son y como se comportan, son mi familia también. Son una parte importante de mi vida y quiero que estén ahí. Quiero que todo el mundo los conozca.

¿Soy bueno ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora