Capítulo 42

1.1K 91 15
                                    

Colgué el teléfono y miré a mi novia furioso.

—Esas personas creen que dejaré que se la lleven los primeros tontos estériles que lleguen por ella.

—Tienes que calmarte, no seas tan negativo— se acercó y me tomó el rostro con ambas manos. —Quizá son buenas personas y le vayan a dar una buena vida.

—Lo sabré cuando los conozca. No puedo imaginar porqué creen que son dignos de...

—Kas, mirame.

—...de llevársela. Si no son los correctos va a sufrir mucho...

—Kas— me tomó más fuerte y me obligó a bajar la mirada hacia sus ojos. Inmediatamente me traspasó su paz.

Lo estaba haciendo de nuevo.
Me acariciaba el rostro, me miraba con esos bonitos ojos tiernos y me sonreía de forma cálida y de pronto yo comenzaba a darme cuenta de que me había alterado.

—Tranquilo, estoy segura de que cuando encuentres a la pareja ideal para cuidarla no vas a dudar— me dio un beso corto en los labios. —Eres mi héroe. Y para esa niña lo eres también.

Ahora fui yo quien la tomó entre sus brazos y la acercó a mí cuerpo. Con una mano empujé su frente a mis labios.

—¿Qué haría sin ti, bombón?

Se rió.

—Serías el mismo simio temperamental que eras cuando te conocí— me miró. —Y no serías padre.

—Quizá si pero no uno feliz. Era muy promiscuo...— fingió darme una bofetada.

—Idiota. ¿Quieres que te acompañe a la entrevista?

—No, si exploto contra uno de esos inútiles no quiero que estés ahí para detenerme. Mejor quédate con los muchachos y cuando llegue Candice de dónde sea que esté... —saqué mi tarjeta bancaria de la billetera, —vayan con el enfermero a comprarle algo lindo a mis niñas.

La tomó emocionada.

—¿¡Puedo!?

—Solo ropa, ya escuchaste que de todo lo demás les corresponde a los muchachos— Demian y Marcus bajaron las escaleras para ver si todo estaba bien. —¿Pueden acompañarla al centro comercial?

La reacción de Demian fue la misma emoción que la de Hope.

—¡Por supuesto! Nos iremos ahora mismo antes de que me pidan que mida paredes aquí o algo...

Me reí y besé de nuevo a mi novia.

—Tengo que irme ya, bombón.

—Dijeron veinte minutos, ¿vas a llegar?— preguntó mientras yo romana el casco de la moto. —Oh, olvídalo.

Salí de la casa y subí a la moto. No importaba cuánta precisión tuviera, de cualquier forma llegué rápidamente.

Fue como tomar agua fresca luego beber solo café. Extrañaba inmensamente la motocicleta.
Últimamente no subía a ella ya que si lo hacía Hope también querría hacerlo y no iba a permitirlo por los bebés. Debería darme un respiro para subirme de vez en cuando.

Dejé la moto en el césped y el casco colgando del manillar.
Cuando entré al lugar, los niños no estaban jugando por todos lados como siempre, en su lugar había sillas al rededor de toda la recepción y varias parejas hablaban entre sí.

La mayoría de ellos me miraron con la misma cara que la familia de Hope puso cuando me conocieron por primera vez. Esa expresión que sin hablar denota la frase: se metió un vago.

¿Soy bueno ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora