-Capítulo 2-

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El Omega tenía hambre y eso lo debilitaba, Joon tuvo que tomar su mano para no quedarse atrás pero eso sólo lo atrasaría a él.

— Joon vete, yo me esconderé, los veo en el basurero ¡Denle los supresores a JiMin para que se los de a Jin! —gritó justo antes de soltarse y dar la vuelta, en el semáforo se habían separado y el viejo policía le seguía.

Claro, que vaya por el Omega, el más debilucho del grupo.

Ya era demasiado tarde, HoSeok estaba frustrado con todo el trabajo que se les venía encima, NamJoon despidió a dos personas de su departamento de contabilidad y a tres de calidad que fueron escoltadas por los hombres de TaeHyung, el mencionado se...

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Ya era demasiado tarde, HoSeok estaba frustrado con todo el trabajo que se les venía encima, NamJoon despidió a dos personas de su departamento de contabilidad y a tres de calidad que fueron escoltadas por los hombres de TaeHyung, el mencionado se encargaría de los honores principales y dejarle en claro a las personas tras ellos que no debían meterse con ellos.

Las empresas Jung no caerán mientras el Alfa esté en el mando.

A diario llegan espías estúpidos, que no pueden quitarle el trono que se ganó con esfuerzo, dedicó su vida a la empresa y a su familia, claro que no dejaría que se lo arrebataran de la nada y menos cualquier idiota con aires de grandeza.

— Hoy iré solo. —avisó a JungKook y NamJoon— Díganle a Taehyung que reporte el resultado de nuestro pequeño regalo para Dongwa y Jinjiang.

Ambos estúpidos competían entre ellos por ver quién podría contra Hoseok. Pobres idiotas.

— Cuídate, hermanote. —Pidió JungKook.

HoSeok asintió acariciando el cabello negro de su menor antes de que este saliera tras NamJoon.

Después de media hora se dirigió al portal del edificio, le apetecía caminar a casa hoy, tenía ganas de despejar su mente un rato antes de regresar a su hogar.

Caminaba tranquilamente por las calles de Seúl sin alguna preocupación, cuando sus ojos lograron observar a una pequeña pandilla de jóvenes corriendo a lo lejos.

Delincuentes. -Pensó-

Ignorando la situacion siguío con su camino hasta que su Alfa comenzó a alterarse; un aroma peculiar de manzanilla con vainilla y un toque de. . . ¿madera húmeda? El aroma peculiar se notaba en el aire levemente y debía encontrar el origen, siguió el aroma con cierto deseo hasta que le llevó hasta la cuadra siguiente donde un policía perseguía a un pequeño cuerpo, un Omega tonto, pero aún así su Alfa gruñía, caminó más rápido con la intención de chocar con el policía como distracción, no sabía el porqué pero ahí estaba, ayudando a un omega delincuente y que para colmo, no lo conocía.

— ¡Hay un robo en la zona norte! —gritó señalando el lugar— ¡Tiene que hacer algo!

El policía lo ignoró.

— Oh, no lo hiciste maldito...

Se burla de nosotros. -escuchó la grave voz de su alfa-

|Un amor tan hermoso| •HopeGa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora