Capítulo 6: ¿Por Qué Siempre Se Enoja?

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[Víktor]

Agradezco a mi ser y alma madrugadores por permitirme despertar antes que el lindo cerdito que me salvó de dormir en el pasillo y al que ahora estoy viendo dormir plácidamente, con sus dulces y suaves labiecitos entreabiertos, una de sus mejillas, ligeramente sonrojadas, estaba abultada por el peso de su cabecita, cuyo cabello marrón oscuro se encontraba tan despeinado como si un tornado hubiese pasado por él, y, de hecho, el de Yochan estaba igual.

Todo el pelaje del lindo perrito igual a Makkachin se veía muy desordenado, cada pelito iba en la dirección que quería, pero no había más que mirar la forma en la que estaba su cuerpo para entender porqué estaba así, no sé si estaba o no despierto, pero cualquiera sea su estado, se había movido tanto durante la noche que su pancita estaba hacia arriba, y sus cuatro patitas, flexionadas y colgando, básicamente: está totalmente despatarrado.

Escucho algunos movimientos en la cama de Yuuri, por lo que giro la cabeza y me lo encuentro sentado en medio del colchón, tallándose su ojo con una manita hecha puño.

Tan adorable.

—Buenos días cerdito dormilón— le digo sentándome yo también en el sorprendentemente cómodo futón, pero tal parece Yuuri, al acabar de despertarse, no recordaba muy bien mi presencia, ya que soltó un gritito algo ronco pero aún así suave y de voz pequeña.

—Víktor...— suspira con alivio, tal vez esperaba encontrarse con un ladrón o algo.

— ¿Te olvidaste de mí, hermoso Yuuri? Eso es cruel— bromeo poniéndome de pie y desperezándome.

Incluso puedo sentirme estremecer tras estirar mis brazos hacia el techo y suspirar a la vez que bostezo, eso es muestra del buen descanso que he tenido.

Por alguna razón duermo más en paz con Yuuri que con Melanie.

—N-No me olvidé... es sólo que, bueno...— intenta excusarse, pero suspira con alivio cuando Yochan lo salva, pues con el gritito del cerdito se había despertado; el lindo perrito se pone de pie, se estira hacia atrás y luego hacia delante, para posteriormente caminar hasta la puerta y rasgarla con su patita varias veces.

—Me parece que Yochan quiere ir a desayunar— opino arrimándome para poder finalmente dejar salir a Yochan, quien corre por los pasillos hasta perderse de nuestra vista.

Escucho que Yuuri ríe a mis espaldas, y cuando me giro, él se está inclinando para recoger el futón que en la noche me ofreció.

— ¡No! Yuuri, déjame yo lo hago— le digo apresurándome a llegar hasta él, tomarlo por los hombros, y obligarlo a sentarse en la cama, aún si él se niega, pero su cuerpo, mucho más pequeñito que el mío, no presenta demasiada resistencia.

—Víktoruuuuu...— intenta decir mas un bostezo le interrumpe y acaba por apodarme como en aquél mensaje suyo.

Lo miro de reojo, intentando contener la carcajada, y veo que él rápidamente se tapa su boquita, y, con la misma velocidad, sus mejillas se sonrojan.

No te rías.

No te rías.

Por lo que más quieras no te rías.

Yuuri...

Lo siento.

Sin poder evitarlo más, la carcajada por lo adorable que es Yuuri se me escapa, y bien grande, pues me carcajeo por casi medio minuto antes de sentir que sus manitas se posan en mi espalda y soy empujado hasta estar fuera de su cuarto, cuya entrada cierra de un portazo. Aún así sigo riendo.

Pobre Yuuri, no es su culpa ser tan tierno.

¿Cuántas veces me he repetido en lo que va del día lo tierno que es?

No importa, es la cosita más adorable del mundo y debe de recibir toda la reafirmación mental que merece.

Estoy por golpear la puerta cuando escucho ser llamado, pienso que simplemente me pareció, sin embargo vuelvo a escucharlo:

— ¡Vitya! — esa voz...

Al menos ya no suena tan enfadada como en la noche, pero yo sí sigo enfadado, no me gustó para nada la manera en la que actuó con Yuuri, no conocía ese lado de ella, y a decir verdad eso me desilusionó un poquito; es decir, no es como si de la nada ella tuviera esa parte... mezquina, en su personalidad, eso ha estado desde hace tiempo, y no sé si sentirme mal conmigo mismo por no haberlo notado antes, o con ella, por ser tan buena actuando, mintiéndome.

No debo pensar así.

Ella es la misma chica que me viene gustando varios meses.

Espero.

— ¡Vitya! Te he estado buscando, lamento haberte echado anoche, no sabes lo preocupada que he estado, ¿dónde dormiste? Por favor dime que no en el pasillo— suplica tras abrazarme, guiándome por el corredor hasta el comedor para poder tomar nuestro desayuno.

—No, yo...— digo aún algo resentido, pero conmovido por el hecho de que se haya preocupado por mí.

—Tengo ganas de comer fuera— explica cuando le doy una mirada extrañada por el hecho de que no nos detenemos en el comedor.

Bueno, yo no me puse ropa de dormir anoche, y ella ya está vestida, así que supongo que no hay problema. Incluso espero que sirva para calmar lo que queda de tensión entre nosotros.

—Pues no, no dormí en el pasillo— la tranquilizo finalmente, comenzando a caminar por las calles de Japón, rogando que no nos perdamos, pero agradezco el hecho de que ella use el GPS, porque así no nos extraviaremos.

Si me pusiera a mí al mando, ya estaríamos en América.

— ¿Conseguiste que te dieran otra habitación? — cuestionó con la mirada fija en su móvil, abrazando mi brazo con su mano libre.

—No... de hecho, Yuuri...—.

Nada más mencionar su nombre, puedo sentir cómo ella se tensa notablemente.

Muy, muy, notablemente.

— ¿Él... qué? — pregunta sin separar sus dientes, y el tono de su voz me lo indica:

Otra vez se ha enfadado.

Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora