Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)

Capítulo 28: Una Bonita Mañana En Pareja

[Yuuri]

Tras la que fue la mejor noche de mi vida hasta ahora, dormí plácidamente con Víktor, entre sus brazos, un lugar tan cálido que, cuando desperté al otro día, no me quise mover, así que simplemente me quedé allí, sin siquiera abrir mis ojos.

— ¿Despertaste?— preguntó dulcemente el albino sobre mi frente.

—Sí...— murmuré con una sonrisa.

Sentísus labios besar mi frente para luego apoyarse sobre mi cabeza, dejando que meoculte en su cuello; elevó su brazo hasta que su mano me tomó por la nuca ycomenzó a mimar mi oreja con suavidad, por lo que yo también decidí acariciarsu antebrazo.

— ¿Quieres ir a desayunar a algún lado? Yo invito— preguntó Víktor tras unos minutos en los que simplemente nos dimos mimos envueltos en un relajante, cálido, cómodo y hermoso silencio.

—Sí, vamos, pero no te preocupes por pagar lo mío, yo me costeo mi desayuno— rechacé amablemente parte de la invitación a la vez que me levantaba, tras besar la mejilla de mi novio, y buscaba ropa para ponerme.

—Vamos mi amor, déjame consentirte— insistió besando mi frente al levantarse él también; sonriendo se vistió con la ropa de su maleta de viaje, cubriéndose con una camiseta color cían y unos pantalones negros combinando con sus zapatillas de igual color.

A la vez que él se vestía, yo escogía mi ropa propia, decidiéndome finalmente por una camisa blanca fina, un pantalón de mezclilla del mismo tono y un suéter liviano turquesa, los cuales me coloqué y me giré para ver a Víktor, dándome cuenta de que él estaba viéndome sentado en el borde de la cama.

— ¿Qué sucede?— quise saber tomando mi billetera y guardándola en una mochila pequeña, en donde guardé también mi teléfono y su cargador, junto con un cepillo para el cabello, un perfume, que antes de entrarlo al bolso me apliqué, banditas por si alguno de nosotros se lastima.

—Te ves precioso, mi amor— comentó poniéndose de pie y abrazándome con ternura y amor, haciendo que me sonroje y le corresponda al abrazo, sintiendo la paz que el mismo me transmitía.

— ¿Quieres guardar tus cosas aquí?— le ofrecí tendiéndole mi mochila que se pintaba de negro, en la que él aprovechó para guardar su móvil y su cartera junto con mis cosas.

—Gracias hermoso, vámonos—.

Me colgué a la espalda la pequeña mochila sintiendo cómo Víktor pasaba su brazo por mi cintura, abrazándome por ella y guiándome por la habitación y por el hotel hasta llegar a la calle y caminar en dirección al centro de la ciudad, en donde habían varios comercios, restaurantes y bares en los que podríamos tener mucha diversidad de comidas con las cuales deleitarnos en el desayuno por el cual salíamos.

— ¿Algún lugar en especial Víktoru?— pegunté al llegar al centro tras una larga caminata envuelta en nuestro ya característico silencio cómodo.