[Yuuri]
Totalmente eufóricos, patinamos hasta salir de la pista, adentrándonos en un mar de abrazos y felicitaciones de conocidos, otros patinadores, y de representantes de los medios.
— ¡Eso estuvo increíble! —. — ¿Para cuándo la boda? —. — ¡Fue maravilloso! —.
Fueron algunas de las frases con las cuales nos recibieron los tíos de Víktoru, mis padres, a quienes no había visto llegar, Yurio y Otabek, y los fotógrafos, que en ningún momento dejaron de tomarnos fotos; varios de los halagos hicieron que Víktor riera y que yo me sonrojara, cosa que fue capturado en varias fotografías más.
[***]
— ¡Mi bebé! ¡Eso fue magnífico! ¡Te mereces un gran y delicioso tazón de cerdo de regreso a casa! — dijo mi madre abrazándome con fuerza tan pronto salimos del gentío y nos adentramos en la "paz" de los vestidores, donde nos deshicimos de nuestros patines y los cambiamos por zapatillas más cómodas para nuestros adoloridos pies.
— ¡Todos los que quieras, hijo! — agregó mi padre en otro abrazo.
— ¡Pues ya quiero regresar a Hasetsu! — expresé alegremente, tratando de agarrar la mano de mi albino, quien estaba atrás mío hasta hace un minuto, pero no la encontré, y al girarme, no lo encontré allí.
— ¿A quién buscas, cerdo? — preguntó Yurio, que estaba entrando junto a Otabek, al notar que mis ojos iban de un lado a otro del cuarto repleto de conocidos y seres queridos.
— ¿Alguien ha visto a Víktor? — cuestioné hacia mis padres y la tía de mi novio.
—Katsuki... ¿Te casarías conmigo? —.
Al escuchar esas palabras, provenientes de esa voz tan familia, me viré premurosamente hacia la puerta, donde un fornido cuerpo yacía de rodillas bajo el umbral de la puerta, con medio cuerpo en el pasillo y la otra mitad en el interior del cuarto.
No puedo creerlo...
Él...
— ¡Entrenador Celestino! — me asombré de que él haya retornado de sus vacaciones, y más aún de que esté aquí, en Tokio, pues ya había sido un enooorme favor que haya viajado, hace unos meses, desde Detroit hasta Japón — ¡No haga ese tipo de bromas! — le regañé mientras se levantaba, riendo, y abría sus brazos para recibirme entre ellos con un abrazo divertido y nostálgico.
—Ya, ya, apuesto a que esperabas esas palabras de cierto ruso...— se burló al separarnos, poniendo sus brazos en su cintura y sonriendo.
—Bueno... Je, je—.
—Por cierto, ¿dónde está tu hombre? — inquirió revisando la sala con su vista, cosa que yo también hice una vez más.
—Justamente lo estaba buscando, se me perdió— sonreí apenado, estaba tan emocionado por la idea de comer Katsudon que se me escapó mi amado.
¿A dónde habrá ido?
—Katsuki, ¿tan poco tiempo y ya lo espantaste? — sonrió con malicia.
—Cla-Claro que no, entrenador Celestino, no diga cosas así— fingí enfadarme, colocando un mohín en mis labios y cruzando mis brazos, mientras que el entrenador simplemente se carcajeó.
—Cerdo, no veo al calvo— informó el ruso, cuyas manos estaban entrelazados sosteniendo su ya bastante notorio vientre, el cual era el punto de mira de cierto kazajo.
—Yo tampoco— murmuré saliendo al pasillo con intenciones de buscar al desaparecido, pero la voz de mi madre me hizo detenerme.
—Bebé, ¿a dónde vas? — se extrañó, y vi que sacaba una botella de sake para brindar en unos vasos de plásticos que proporcionaban a todos los participantes junto con una botella grande de agua mineral.
—Buscaré a Víktor— anuncié, a lo que Blaz reaccionó y dejó de estarse coqueteando discretamente con su esposa.
—Se fue hace unos segundos cuando su teléfono sonó— hizo saber, y agradecí yendo hacia la mochila de Víktor y la mía, donde habíamos guardado nuestros móviles, pero sólo estaba el suyo y no había rastros del mío.
Qué extraño.
Tomé su celular, ingresé la graciosa y adorable contraseña y llamé a mi teléfono, escuchando cómo el tono de llamada, History Maker -mi canción favorita-, sonaba en el pasillo, confundiéndome más aún; pero todo se aclaró cuando dos cuerpos, uno musculoso y alto y el otro casi de mi estatura, uno de cabello plateado y el otro azabache, uno ruso y el otro tailandés, hicieron acto de presencia en el camerino.
—Está muy mal revisar el teléfono de tu pareja, Yuu-Yuu— exclamó el moreno, cuya ropa estaba manchada de alguna bebida, en un inglés bastante bueno, resultado de haber pasado varios años en Detroit.
— ¡Pichit! —.
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Es algo cortito😮, ya lo sé😦, y además es un día tarde😢 y algo de relleno😥, pero aún así espero que lo disfruten😍 y se diviertan😃 leyéndolo📖, personitas mágicas🌟🌟.
Os amo gentecilla mágica🌟🌟, voten⭐, comenten💬, y pasen un bello😗 momento.
Chau🙌, personitas mágicas💫💫💫💫.
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Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)
FanficYuuri es el mejor patinador de todo Japón, su ídolo es el patinador estrella Víktor Nikiforov, a quien, un día y de por "casualidad", se lo encuentra en la pista de patinaje donde trabaja Yuko, una de sus amigas. Yuuri le cae bien desde un comienzo...