Capítulo 26: Sueño

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[Yuuri]

La magia del beso que me otorgó Víktor fue rejuvenecedora, como si todas las células de mi cuerpo se renovasen.

Pero él se separó, dejándome insatisfecho, haciéndole sonreír con ternura, y acariciarme con... amor.

Amaba esa palabra, y amaba que Víktor me amara, pues yo también le amaba.

Iba a abrazarlo, pues necesitaba sentirlo, pero algo frío y metálico me detuvo, extrañándome. Miré a mi brazos y ví unas esposas conectadas a unas cadenas que colgaban del techo enredaban mis muñecas, ¿De dónde es que salieron estas cadenas?

No entendía nada, y más me desconcerté cuando mi albino me desnudó de una manera un poco bruta, haciendo que me ardiesen un poco esas zonas donde poseía la ropa.

—Ví-Víktor... eso dolió— me quejé cuando retiró con la misma brusquedad mi braga, lastimando mi miembro y mi trasero, además de mis piernas, a las que unas cadenas salidas de no sé dónde se prendieron tras las rodillas, igual que en mis tobillos, separándolas lo suficiente como para que Víktor se posicionara entre ellas.

Sin embargo, él no se disculpó con palabras, sino con besos en todo mi cuerpo, produciéndome escalofríos el contacto con sus suaves y finos labios.

Abrazó mi torso con su brazo izquierdo, y dirigió el derecho, pasando por debajo del mío propio, y trató de entrometer su dedo en mi boca, pero me negué, pues estaba demasiado confundido por todas estas cadenas, y bajé la cabeza, pero la volví a elevar cuando otra cadena atrapó mi cuello, obligándome a levantar mi mirada, frente a la que estaba la mano del ruso.

—Abre esa boquita, mi cerdito hermoso— lo escuché ordenar, a lo que obedecí, sintiendo sus falanges juguetear con mi lengua, humedeciéndolos —Eso es... mójalos— incitó en mi oído, para luego morder mi oreja.

Se sentía tan extraño el frío contacto de las cadenas contrastando con la calidez del ambiente y la piel de Víktor

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Se sentía tan extraño el frío contacto de las cadenas contrastando con la calidez del ambiente y la piel de Víktor. Pero he de admitir que me maravillaba y excitaba mucho, el hecho de que mi miembro esté tan duro como el de Víktor, al cual sentía humedecer mi espalda baja, era prueba suficiente de ello.

—Precioso... me encantas, ¿Lo sabías?— habló mordisqueando mi cuello, dejando varias marcas en él.

—Víktor...— lloriqueé mientras seguía sintiendo sus dientes, lengua y belfos en mi espalda, que hacían un camino hasta mis glúteos.

Sus manos acariciaron, o mejor dicho, manosearon mis nalgas, abriéndolas lo suficiente como para entrometer su rostro entre ellas, incomodándome bastante, a lo cual respondí removiéndome.

—Quieto...Yuuri— cascó Víktor, pero, por alguna razón, su voz se oía extraña.

— ¿Víktor?— quise hablar, pero mi voz no se escuchó, como si se hubiese borrado tan pronto como salió de mi garganta.

—Yuuri... ¿Estás bien?... Yuuri, ¡Yuuri!—.

Me sobresalté increíblemente cuando Víktor me sacudió, haciendo que finalmente... despertara.

¡¿Despertara?!

¡¿Todo fue un sueño?!

Eso explicaría muchas cosas, como la misteriosa aparición de las cadenas, o el mal trato de Víktor hacia mí, pero, por alguna razón, fue realmente... excitante.

—Mi amor, Yuuri, ¿Qué sucedió?— musitó el ojiceleste sentándose junto a mí en la cama, acariciando mi mejilla con cariño.

—U-Un sueño...— susurré avergonzado comenzando a recordar con más detalle aquel sueño.

— ¿Qué tipo de sueño, precioso?— quiso saber abrazando mi cintura y haciendo leve presión para que yo volviese a acostarme, cosa que hice y me abrasé al torso de Víktor.

—N-N-No recuerdo...— mentí ocultando mi rostro en su pecho para que de ese modo él no pudiese ver mi sonrojo, pues recordaba, perfectamente, lo que soñé.

—No te preocupes— tranquilizó besando mi sien y acariciando mi espalda, calmándome —No hace falta que me digas...—.

Fue gracias al comentario y a su risa que noté que, por desgracia, estaba duro. Mi miembro, aunque pequeño en comparación al de Víktor, estaba erecto, y cuando el albino lo acarició, me crispó la piel y dolió allí abajo, ya que la presión contra la tela del bóxer era demasiada.

Solté una exclamación de vergüenza y me separé de Víktor con rapidez, para velozmente dirigirme al baño, en donde me ocuparía de calmarme y tratar de no morir por un ataque cardíaco gracias al bochorno.

— ¡Bonito!— llamó el albino al ver mis intenciones de encerrarme en el baño, en donde, cuando ya estuve dentro y traté de cerrar la puerta, me detuvo mi novio —Mi amor, no te avergüences, es algo normal, lindo— quiso consolarme acariciando mi cabello con ternura, ante la cual me rendí y me abracé a su fornido cuerpo, ocultándome de él en él mismo.

—A-Ayúdame...— supliqué, a lo que él asintió y me tomó en brazos al estilo de un princesa.

Mi primer impulso al ver sus acciones fue abrazarme de su cuello, pero me arrepentí al ver que dejé mi miembro descubierto ante su mirada y rápidamente lo tapé, ocasionando una risilla por su parte.

—Eres una ternura, mi amor— habló dejando un sonoro beso en mi mejilla, la cual sentí húmeda por el acto.

Sus pasos nos dirigieron hacia la cama, donde me depositó con suavidad, para luego colocarse encima de mí con cuidado de no aplastarme.

Sus labios se transformaron en una linda sonrisa llena de ternura hacia mí, aunque yo no entendiese muy bien tal sentimiento; me plantó un beso tierno en mi frente, luego en mi sien, y posteriormente en mi mejilla, haciéndome enrojecer.

Armó un camino de besos hasta mis labios, para después dirigirse a mi cuello, al cual besó, mordió y chupó varias veces con ímpetu, dándome a entender que deseaba dejarme chupetones y marcas.

—Mi cerdito hermoso— llamó desde mi cuello, recibiendo un leve murmullo de mí parte, haciéndole entender que le estaba prestando atención, recibiendo varios besos más —Déjame hacerte el amor, mi vida—.

Si esto era un sueño, por favor, no me despierten, es decir, ¿quién querría? La persona a la que amas te dice que también te ama, y que quiere demostrarte dicho amor, sinceramente, no creo que exista alguien que quisiera despertar.

Sintiendo las lágrimas de felicidad empañar mis ojos, y es esbozando un sonrisa de amor, le dí el permiso.

Era de esperarse que le dijera que sí, pues no estaba loco, aunque... supongo que sí lo estoy.

Locode amor por este hombre que, ahora, me hará el amor, sin ser un engaño, sin serun sueño.

Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora