Capítulo 56: El Gran Día 1/2

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[Yuuri]

— ¡Se ve precioso! ¡Tan perfecto! — vociferaba con emoción Blaz, el tío político de Víktoru, terminando de ajustar una de las tres tiras doradas que fueron trenzadas y que con botones también dorados, unían un extremo y otro de la ropa por la vertical zona negra del borde de la chaqueta que se pintaba de distintos tonos de rosa en cada centímetro de la suave tela que, tanto él como yo, nos arremangamos en los brazos hasta los codos, permitiendo ver el interior de la vestimenta, que era igual de negra que los pantalones ajustados que me permitían ver con perfección las largas y musculosas piernas junto con su sexy trasero.

—Cerdito, termina de ponerte esos adornos en los hombros y ya luego sigues viéndome el trasero; te daré ese privilegio después, mi amor— rió con picardía al ver cómo, gracias al espejo, quedé a medio camino de prender una especie de hombreras, o como se llamen, mientras la albina tía de Víktor planchaba con sus manos la bífida cola de la chaqueta, del mismo diseño de la de mi novio pero de otro color, que ya me había puesto.

—Será también el privilegio de todos los que nos vean patinar— refunfuñé con un mohín que su tía Kerstin tocó juguetonamente haciéndome sonrojar y terminar de ajustar los ornamentos sin dejar de ver el trasero de Víktoru y, cuando se giró, también su enorme miembro que tantas ganas de tener dentro sentía...

Okey, tal vez, como dijo Víktoru cuando veníamos hacia aquí, estoy tratando de calmar mi ansiedad con un poco de picardía y perversión.

Sólo tal vez.

—Déjame ponerte algo de maquillaje, precioso sobrino— propuso Kerstin tomando un estuche violeta que, al abrirlo, enseñó cientos de elementos de maquillajes: Distintos polvos, diversos pinceles, lápices, delineadores, brillos y pinturas labiales y muchas más cosas que no llegué a reconocer.

—No, no, Yuuri se maquilla, yo no— sonrió Víktor hacia sus tíos y luego hacia mí, de modo que le devolví la sonrisa, pero ni Kerstin ni Blaz lo hicieron.

—Guapo, ¿soy la única que percibe algo de machismo? — preguntó la albina con algo de burla hacia su esposo, quien la miró con la misma diversión que ella proyectaba.

—No, guapa— rió tomando él también unas cuantas brochas.

—Tengomiedo...— exclamó Víktor lanzándome una mirada que me hizo reír, provocando queél fingiera un sollozo.

[***]

—Entonces... ¿ellos odian tanto al machismo? — pregunté cuando faltaban unos treinta para que el evento comience, cosa que me daba tanta ansiedad, que no podía mantener mis dedos alejados de mis dientes, con los cuales arrancaba a mordiscos las cortas uñas que había estado tratando de conservar durante un tiempo a pedido de Víktor, quien estaba frente al espejo con un puchero adorable.

—Claro que no, les causa gracia, aunque sí lo aborrecen— contestó negando en lo que pasaba una toallita húmeda sobre sus labios para quitar el color magenta que le habían puesto sus tíos —. Sólo buscan cualquier pretexto para maquillarme, siempre lo hacen, mi madre lo odiaba—.

— ¿A tu madre no le gustaba que te maquilles? — pregunté temiendo ligeramente que diga que sí.

—Decía que me quedaba bonito con el cabello largo, pero ya no tanto cuando lo corté— explicó dándome un besito muy breve que no entendí porqué lo hizo, aunque cuando toqué mis belfos, entendí que fue sólo para mancharme de labial a mí también.

— ¡Víktoru! — me quejé riendo, dando un saltito para bajar del tocador donde me había sentado y comenzar a limpiarme los labios —Oye Víktoru...— hablé con vacilación de si cuestionar o no lo que siempre me dio curiosidad.

— ¿Qué, amor? —.

— ¿Por qué... te cortaste el pelo? Parecía... que te gustaba, mucho— pregunté con delicadeza, aunque al parecer no la suficiente, pues su mirada se volvió repentinamente fría, mas, al dirigir su mirada hacia mí a través del reflejo del espejo, se suavizó otra vez.

—Precioso... Es una historia aburrida y no muy bonita, no es el mejor momento, debemos de mantenernos con los ánimos hasta arriba hoy— dijo dándose la vuelta para tomar mis manos entre las suyas y sonreírme con ternura —. Además— continuó tomando aire y, soltando una de mis manos, su abrigo blanco y rojo junto con la bandera que le correspondía —, es una historia extremadamente larga y ahora no tenemos tiempo, tenemos que ponernos en camino y, con todos los paparazzis que seguramente habrá, tardaremos un poco en llegar a la pista—.

Yotambién tomé mi campera deportiva negra y mi bandera, antes de salir, tomadosde las manos, del camerino con dirección al epicentro del espectáculo de hoy.

[***]

— ¿Dónde estaban? — cuestionó Blaz cuando llegamos hasta la pista en penumbras, diez minutos antes de que el evento comience, tras salir de los cambiadores.

—Muchos fotógrafos, no sé cómo es que no les prohíben ingresa. ¿Tienes los patines? — preguntó Víktor sentándose conmigo en un banquito de madera que estaba contra una pared. Su tía le pasó los suyos y a mí los míos —Gracias— comentó apresurado; nos quitamos las zapatillas y encajamos nuestros pies en los patines de cuchillas doradas, los de Víktor, y plateadas, las mías.

—Bueno, el mejor patinador ruso y el mejor patinador japonés están en una relación, es obvio que todos los periodistas querrán una exclusiva. De hecho, yo también quiero una exclusiva, ¿cómo se conocieron? — cuestionó Kerstin estirándonos de los brazos para que nos paremos.

—No creo que sea el momento, guapa; venga, ya quítense esos abrigos, quiero que todo el mundo vea las preciosuras que he creado— apremió el doncel y, tan pronto como le hicimos caso, los flashes de decenas de cámaras nos enceguecieron, y peor aún, cuando me mareé por las palabras que escuché a continuación:

—Damas, donceles y caballeros, se les da la bienvenida al evento especial de primavera; pónganse cómodos, se les pide no tirar nada a la pista ya que podría lastimar a los patinadores participantes, que estarán entrando en unos minutos—.

Mierda.

Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora