[Yuuri]
Ese Víktor... es un sinvergüenza, se atreve a reírse de mí en mi cara.
Y lo rojo que me puse, contrastado con mi piel bastante blanca, no creo poder volver a verlo sin sonrojarme o enfadarme.
Bueno, al menos ya está mejor con Melanie, me alegro por ellos, pero aún así me duele un poquito, y me siento sumamente egoísta por eso.
Estoy por entrar al baño para poder darme una ducha que me quite mi indignación, cuando comienzo a escuchar gritos en la lejanía, y por alguna razón, sé de quiénes proviene.
Es decir, ningún japonés se pondría a gritar así.
Abro la puerta de mi cuarto y me dirijo al comedor, donde gente se encuentra sorprendida ante el "espectáculo" que la novia de Víktor daba al gritarle muchas cosas que, aunque no entendía porque hablaba en supongo que ruso, sonaban muy feas.
—Por favor, cálmense— les pidió mi madre acercándose a ellos.
Víktor, quien todo el tiempo estuvo calmado y mirando a los costados con bochorno por estar llamando tanto la atención, pareció pedirle algo a Melanie, pero ella simplemente le gritó más fuerte. Hasta a mí me asustó.
Teniendo en cuenta que los japoneses siquiera hablamos demasiado alto en lugares públicos -de hecho no lo habría notado de no ser por todo el tiempo que estuve en Detroit, allí era todo más alegre y ruidoso-, Melanie estaba realmente causando un disturbio.
No fue hasta que sus ojos se posaron en mí, notándome, que Víktor le gritó por primera vez
—Заткнись сейчас же— tan pronto su voz severa salieron de la boca del albino, Melanie se calló, así, abruptamente, así como mis padres se asombraron y yo... yo hasta me asusté.
Nunca pensé que la amable, dulce y siempre divertida voz de Víktor pudiese sonar tan... seria, y paralizante.
Melanie tenía la cara roja y no sé si de vergüenza o de furia, pero no importó cuando claramente se enfureció al seguir la mirada de su novio hasta mí, momento en el que me congelé en mi lugar y en el que ella se acercó a mí tan temiblemente que parecía un toro.
Me alegro que no me haya golpeado, bueno, no sé si es del tipo de persona que llegaría hasta esos extremos, pero me alegro de que lo único que hizo al llegar a mí fue pasar a mi lado con prepotencia y asestarme un empujón en mi hombro con el suyo.
Me siento como en esas películas colegiales americanas.
¿Significa eso que yo soy el protagonista y ella... la antagonista?
Eso me pasa por ver demasiado cine americano.
—Yuuri...— escucho que dice Víktor llegando rápidamente a mí, bajo la mirada de todos los presentes — ¿Cuánto me tengo que inclinar al disculparme? — pregunta, y realmente mi mente no coordina los pensamientos, así que simplemente digo lo primero que se me viene a la cabeza.
—No-Noventa grados...— claro, si estás muy, muy apenado.
No alcanzo a comprender por qué pregunta eso hasta que se acerca a mis padres y... se inclina, en un casi perfecto noventa grados, con las manos a los costados e inclinando la cabeza.
—Realmente lamente haber hecho esa escena, por favor perdónenme— les ruega.
Tal parece algunos "espectadores" pierden interés, pues comienzan a irse; me acerco hasta Víktor, quien sigue inclinado, y poso una mano en su espalda, que se nota muy tensa.
Pobre, espero que ese comportamiento de Melanie no sea algo común, no quiero ni imaginar el estrés que Víktor pasaría de ser así.
—Víktor... está bien, no fue tu culpa— me abstengo de murmurar un "creo", pues realmente no sé cómo comenzó todo esto.
—Yuuri-chan tiene razón, Nikiforov-san— concuerda mi padre, dándome alivio de no estar equivocado.
Eso sería vergonzoso.
—Aún así...— quiere decir Víktor, sin embargo mi madre le toma por los hombros y le obliga a enderezarse, regalándole una sonrisa maternal que siempre logra tranquilizarme a mí y a Mari, desde que éramos niños.
—Tú te mantuviste calmado todo el tiempo, es admirable que no hayas sucumbido ante la ira, bueno... no entendí nada de lo que dijo, pero sonaba muy ofensivo— dijo mi madre haciéndonos reír a todos.
—Yo... hablaré con ella, se disculpará— afirmó el ruso haciendo amago de irse tras su novia.
—Espera, cuando una mujer se enfada, lo mejor es dejar que se calme por sí misma, a menos que quieras ser castrado— bromeó mi padre. Al menos está riendo, el cansancio que se mostraba en el rostro de Víktor ya no era tan notable al reír.
—Cre-Creo que... debes relajarte, Víktor— opiné cuando mis padres se tuvieron que marchar para atender al llamado de un par de huéspedes.
—Supongo que tienes razón, Yuuri—.
Wow, no pensé que estaría tan mal como para no ponerme un apodo tonto.
Como si él supiera exactamente de qué estábamos hablando y qué era lo que Víktor necesitaba, Vichan se acerca a nosotros con su hociquito completamente mojado -pues siempre hace un desastre cuando bebe de su platito de agua-, moviendo su colita, y con su correa en la boca.
Vichan, eres un genio.
—Víktor... Vichan quiere salir a pasear...— le digo lentamente, queriendo introducir el tema con cuidado para que no se sienta presionado.
—Qué adorable— dice sonriendo ya casi como siempre, pero para mí, es obvio que finge, y a la vez que me asombro por lo bueno que es fingiendo, me pregunto cuántas de sus sonrisas son verdaderas y cuántas falsas.
— ¿Quieres acompañarnos? — decido ser más directo.
Él parece pensárselo mientras acaricia a Vichan, quien graciosamente le escupe su collar para que se lo ponga, y estoy por decirle que si está cansado simplemente podríamos ir al parque y quedarnos sentados mientras Vichan juega, cuando él responde:
—Está bien, precioso—.
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Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)
FanfictionYuuri es el mejor patinador de todo Japón, su ídolo es el patinador estrella Víktor Nikiforov, a quien, un día y de por "casualidad", se lo encuentra en la pista de patinaje donde trabaja Yuko, una de sus amigas. Yuuri le cae bien desde un comienzo...