Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)

Capítulo 62: Negativo Para Negativo

[Yuuri]

— ¡¿Yo?! — me asombré con su pregunta, riendo nerviosamente de sólo imaginarlo —Claro que no, ja, ja, ja... ¡Siempre nos protegimos! Es imposible, claro que no— me empeñé en negar, procediendo a limpiarme los dientes, como me habían dicho que hiciera, para quitarme el asqueroso sabor al vómito.

—Okey... iré a comprarte alguna pastilla para el dolor de cabeza, vi una farmacia en el camino, vuelvo pronto— avisó y se despidió rápidamente, para huir por la puerta y luego por el pasillo.

Terminé de cepillarme, me humedecí el rostro, tirando mi fleco hacia atrás, y tras secármelo, retorné al dormitorio, encontrándome a Víktoru arreglando con ahínco y dedicación las sábanas y las almohadas, haciendo, con estas, una especie de barrera a los bordes, asemejándose a un nido que se miraba muy cómodo.

—Mi amor... ¿cómo te sientes? — quiso saber, parándose velozmente y aproximándose hasta quedar frente a mí, tomándome por los hombros y viéndome con una tierna preocupación. Sin responderle, le miré fijamente con el propósito de ponerlo nervioso, cosa que logré fácilmente, tras lo cual planté un besito en sus labios con una sonrisita que le hizo suspirar de alivio.

—Estoy bien, Víktoru— aseguré tomándolo de la mano y guiándolo hasta estar ambos acostados en el "nidito", donde nos acomodamos, mi espalda contra su pecho, y nos relajamos, mas cuando él quiso apagar las luces, lo detuve, ganándome una mirada extrañada de su parte —Pichit sólo fue a la farmacia, volverá— informé.

—Pero me dijiste que estabas bien, cerdito, si te duele algo me hubieses dicho, yo...— comenzó, pero le corté empujándolo hasta que quedó recostado en la cama, y me posicioné sobre él, acurrucándome sobre su torso y colocando mi rostro en su cuello.

—Estás muy mimoso, mi amor— rió paseando su mano por mi espalda, y otra por mi muslo.

Reí yo también, y nos mantuvimos en silencio durante varios minutos, luego de los cuales la puerta fue llamada con unos toques leves pero que siguieron un gracioso ritmo que nos hizo reír levemente a Víktor y a mí.

— ¡Ya voy! — anuncié levantándome en contra de las intenciones de mi novio, quien quería ir él, pero como yo estaba arriba pues... ya.

—Ven— dijo Pichit nada más me vio abrir la puerta, la cual fue cerrada de una patada de su parte para, posteriormente, empujarme dentro del baño, encerrándonos en él.

— ¿Yuuri? ¿Están bien? — se preocupó Víktor.

— ¡Claro! —lo tranquilizó el tailandés, abriendo la bolsita de plástico de la que sacó una botella de agua gasificada y una pastillita. Me tendió ambas y me las tomé sin despegar mis ojos, escrutadores, de su sospechoso rostro.

— ¿Qué tramas? — quise saber una vez ingerí la píldora, esperando a que el dolor de cabeza se fuera dentro de poco.

—Yo voy a salir...— comenzó lenta, pausada y cautelosamente —tú vas a usar lo que está aquí...— señaló una cajita mediana que no había notado que seguía en la bolsa — y me vas a llamar, luego... hablamos con Víktor— finalizó, lanzando la bolsa a mis manos y apresurándose a salir, antes de que pudiera contradecirlo.

— ¿Qué es...?— cuestioné a la vez que desenvolvía la cajita que resultó ser rosa y blanca con algunos adornitos azules y verdes que, aunque no parecía, combinaban tiernamente, pero me callé tan pronto leí lo que era:

"Test de Embarazo"

Pichit te mataré.

—Ya te dije lo que vas a hacer, ¡hazlo! — demandó a través de la puerta.