Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)

Capítulo 14: Latidos 2/2

[Víktor]

—Supongo… que lo es…—.

Su vocecita se fue apagando hasta que de ella no se escuchó nada, avisándome que ya había caído en un profundo sueño, instándome a que yo también durmiera.

Tras darle un pequeño beso en su frentecita, mis ojos se cerraron para parpadear, pero al volver a abrirse descubrí que ya era de día, y que me había dormido.

La luz del sol impregnó mis ojos y mi rostro, pero, más precioso que la luz matutina, fue el ver a mi hermoso cerdito.

Sus mejillitas sonrojadas, su boquita sonriendo, sus bracitos abrazando una almohada, y sus lindos ojitos mirándome.

—Qué hermoso despertar— dije acariciándole, corriendo de su frente algo de cabello que caía.

—Buenos días, Víktoruuu~~— espetó bostezando.

— ¿Víktoru? — Inquirí divertido.

—Fue culpa del bostezo— se excusó avergonzado.

—Ya, de igual modo me encanta cualquier apodo que quisieras ponerme— tranquilicé estirando mi brazo para acercar su cuerpecillo al mío hasta poder ponerlo sobre mí, descansando en mi pecho.

— ¿Ví-Víktoru? — Duda avergonzado tanto por sus palabras como por mis acciones.

Estaba por responderle, pero la abrupta irrupción de una chica de cabello marrón, con una mecha teñido de rubio, me lo impide.

—Lamento interrumpirlos, pero papá quiere que vayamos a desayunar— anuncia la hermana de Yuuri, dirigiéndose a él pero mirándome de reojo, con curiosidad.

— ¡Mari! — Protestó mi cerdito, levantándose de encima de mí y dirigiéndose a su hermana.

—Tu amante puede desayunar con nosostros también, si quiere— musita tranquilamente en lo que se marcha.

—Siento si fue incómodo— se disculpa observándome con timidez y vergüenza.

—No importa, lindo— río poniéndome de pie y acercándome a él —. Ahora, tengo una invitación para desayunar, ¿vamos? — Propongo felizmente, tomando su mano para posteriormente salir juntos de su cuarto.

No mediamos palabra alguna, pero de igual modo el hacerlo no fue necesario debido al agradable silencio que nos rodeaba.

Puedo ser muy activo y energético, pero eso no significa que no ame la tranquilidad.

Pocos lugares conozco yo del hotel, por lo que Yuuri se ve en la situación de guiarme hacia el comedor familiar.

—Buenos días, mamá, papá— saludó cuando entramos en un pequeño comedor más personal y apartado del ajetreo público —. Él es Víktor, ya lo conocen pero, bueno, es un… amigo mío— incluso yo puedo notar cómo Yuuri se queda paralizado unos segundos pensando en cómo referirse a mí, trabándose al continuar.

Claro… amigos…

Bajo la mirada entre divertida y curiosa de su familia, él me observa con confusión.

—Me avergüenza un poco que me conozcan por los problemas que he causado, pero es un gusto— les sonrío algo apenado, recibiendo cálidas sonrisas de parte de ellos.

—No te preocupes, cariño, no fue tu culpa— tranquiliza la madre de Yuuri, haciéndonos una seña para que tomemos asiento.

Una vez ubicados a la mesa, nos ofrecieron cosas que no estoy muy acostumbrado a comer como desayuno, como arroz y pescado, o una sopa a la que llamaron miso. Creo que lo más normal eran las frutas, así que me decidí por coger una, siendo al mismo tiempo testigo de un tierno Yuuri tomando la sopa de un cuenco con la ayuda de una cuchara para las verduras, entrometiendo la comida en su boquita, la cual, en sus comisuras, tenía rastros de líquido, por lo que aproximé uno de mis dedos y lo limpié, dejándolo muy avergonzado.

El desayuno fue animado pero corto, ya que los dueños de estas aguas termales tenían mucho trabajo por hacer, por lo que quedamos sólo la hermana de Yuuri, Yuuri y yo, mas pronto quedó sólo la hermana, pues nosotros dos nos retiramos a la habitación del azabache.

Al entrar y cerrar la puerta tras mi espalda, fui atacado por un laico, sorpresivo y casi desesperado besito del nipón, que me deja atontado, sintiendo aún sus labios sobre los míos. Toqué mis belfos con mis dedos, sintiéndolos palpitar, y luego relamí la zona, saboreando indirectamente aquella sopa.

No está tan mal.

Noto que está por excusarse o disculparse, sin embargo lo interrumpo diciendo:

—Así que… amigos—.

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En mi defensa... me tardé más que nada en buscar por cielo y tierra la imagen de Yuuri al despertar, como nunca la encontraba, me terminé colgando, y asuntos personales (cofcofescuelademierdacofcof) se interpusieron también.

Pero ¡hey! Las risas no faltaron, ¿eh? Jeje

Jeje...

Jeje...

*sale corriendo*