Fuiste una bala perdida. TERMINADA

19. Medellín

La semana paso muy rápido y a pesar del mal comienzo el lunes todo había mejorado, Isaza y yo estábamos más juntos que nunca, me contó que se le había escapado con su familia que estábamos empezando algo y aunque el se veía un poco inseguro con eso yo estaba muy feliz, por otro lado Susana estuvo toda la semana reclamando por no haberle contado desde el principio a pesar de que asegura que ella ya sabía, prometió que no diría nada hasta que fuera oficial pero se molestó bastante al saber que Juan Pablo era el que quería mantenerlo en secreto por ahora. Nos encontrábamos en el aeropuerto esperando para abordar y empezar nuestro fin de semana en Medellín, los chicos no sabían que iríamos juntos, a excepción de Susana y Martín, Juan Pablo había inventado que estaría en la finca de su abuelo porque lo estaba ayudando con unas cosas, lo cual obviamente era mentira pero se lo creyeron sin dudar. Unos minutos mas tarde ya estábamos en el avión, el tomó mi mano y me sonrió, era primera vez que viajábamos juntos y mas importante aun, era la primera vez que invitaba a alguien a mi antigua vida. A eso de las 11 am llegamos a destino, estaba un poco nerviosa ya que no había estado en mi casa desde que Mamá murió y volver me traía millones de recuerdos. Sérgio, uno de los mejores amigos de mi madre, nos fue a recojer al aeropuerto para llevarnos hasta la casa, era extraño verlo después de tanto tiempo, prácticamente él vivía en nuestra casa, pasaba cada día haciendo reír y enojar a mi mamá, eran muy inseparables, el estaba cambiado, había cortado su cabello, que antiguamente llevaba hasta los hombros, se había dejado la barba e incluso su mirada era diferente, nos dimos un largo abrazo, le presente a Juan Pablo y nos fuimos muy divertidos hasta mi casa. Al llegar, se adelantó para entrar nuestras cosas, Isaza me miró con el ceño fruncido, estiró su mano y la tomé.

- (Isaza): estoy aquí para ti - me dijo sonriente -

- (Julieta): gracias - le sonreí, entramos a la casa, todo estaba igual que siempre, incluso el olor era el mismo, miré todo con mucha nostalgia y una lágrima se escapó, la extrañaba mucho, Sergio iba bajando las escaleras cuando vio mi reacción.

- (Sérgio): yo también la extraño, como no tienes idea - me abrazó con fuerza, nos separamos y limpio mis lágrimas - dejé todo en tu habitación, pensaba que podíamos ir a comer en la tarde, todos quieren verte y sabes que las viejas, en especial Amanda te ahorcaran si no vas a verlas.

- (Julieta): está bien, ahí estaremos - miré a Juan Pablo, el observaba todo muy silencioso - te extrañé gruñón.

- (Sérgio): yo también enana, bueno los dejo, nos vemos a la noche - se despidió de ambos y se fue -

- (Isaza): es simpático - dijo acercándose por fin -

- (Julieta): lo es, aunque ya me veo venir todas sus bromas.

- (Isaza): me gusta tu casa.

- (Julieta): y eso que no la has visto toda, ven - tomé su mano, le hice un tour por todas las habitaciones de la casa, su favorita fue la "oficina" de mi madre, ella la usaba para escribir, pasaba mucho tiempo encerrada en ese lugar, tenía un par de instrumentos y eso le fascinó aún más, ese era el único lugar de la casa que estaba intacto, todo estaba como ella lo había dejado, las únicas personas que habían entrado después de su muerte fueron Sérgio, Amanda, Juan Pablo y yo. Llegamos a la última habitación, que era la mía - ¿Preparado para conocer mi hermosa habitación?

- (Isaza): muy preparado - entramos, la mayoría de las cosas estaban igual que siempre, excepto por la ropa y las cosas que me había llevado, habían algunos pósters de distintas bandas y cantantes, tenía fotos con mis amigos en el colegio y un par con mi familia. Tenía una guitarra y un teclado junto a mi escritorio, Isaza me quedo mirando.

- (Isaza): me dijiste que no sabías tocar ningún instrumento.

- (Julieta): dije que tocaba mal - dije riendo - y es verdad tocó horrible, los tengo desde los 14 años, cuando pensé que podía dedicarme a la música, claramente ni la voz ni las manos me acompañaron.