45. L.A

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Los días habían pasado muy rápido, iba camino al aeropuerto junto a Laura y Susana, apesar de estar feliz por esta oportunidad, no podía evitar sentirme triste, no había logrado hablar con Isaza y los chicos apenas me hablaban. Estos últimos tres días fueron un caos, tuve que arreglar todo el papeleo que conlleva mudarse a otro país aunque sea por unos meses, comprar cosas, hacer maletas y sumado a que pasé un día entero en casa de mi padre teniendo una charla que no necesitaba, no había tenido oportunidad de hablar con mi novio, le dejé mil mensajes pero no respondió a ninguno, traté de ir a su casa pero no me dió tiempo y al parecer el tampoco intentó hablar conmigo, supongo estaba enojado. Susana me contó que estaba muy triste pero que estaban peleados entonces no sé hablaban y no le iba a preguntar, con respecto a Martín, Simón y Villamil, los tres tuvieron la misma reacción, por un lado estaban felices por mí pero un poco distantes por el echo de que Isaza estaba mal, sentían que era un poco injusto que no lo dijera antes y lo dejara sin más.

Las chicas iban hablando animadamente, que les mandará muchas fotos y que por favor habláramos todos los días, yo solo asentía, quería estar con mis amigos y en el fondo esperaba que Isaza llegara al aeropuerto a pedirme que no me fuera o por último a despedirse, era la única esperanza que me quedaba para no echar todo lo que teníamos a la basura.

Llegamos casi una hora antes al vuelo, registre mis maletas y fuimos hasta una cafetería para pasar el rato. Cuando fue momento de abordar, las chicas me acompañaron y con lágrimas en los ojos, nos despedimos, miré por última vez a la puerta pero no había rastros de el.

- (Susana): no va a venir - dijo apenada -

- (Laura): el orgullo es una mierda - dijo limpiando mis lágrimas -

- (Julieta): las adoro, ya verán que el tiempo pasará volando y estaremos juntas de nuevo.

- (Susana): buen viaje.

- (Laura): hablamos apenas llegues.

- (Susana): no nos olvides!

- (Julieta): eso nunca.

Aborde al avión, ví como mis amigas se iban abrazadas, sonreí con amargura, mi corazón y mi mente repetían solo una cosa...NO VINO.  

Muchas horas más tarde, llegué a destino. Una señora alta me esperaba con un cartel que decía mi nombre. Me acerqué y luego de coger mis maletas, fuimos hasta el lugar donde me hospedaria, me explicó que compartiría con dos personas. Me dijo todo lo que tenía que hacer, me dió un pequeño tour por el lugar y me dejó sola, mis compañeros de casa llegarían durante el día. Cómo era la primera elegí una de las habitaciones que tenía un ventanal gigante con vista al patio trasero, acomodé toda mi ropa y mis cosas, estaba muy cansada por el viaje, cómo era temprano tomé una siesta de unas horas.

Desperté a la hora de almorzar, escuché voces provenientes de mi nueva cosina, habían dos personas sentadas, hablando animadamente, se percataron de que había entrado y me sonrieron.

- (Julieta): hola - dije tímidamente -

X: Hola - dijeron ambos -

- (Julieta): soy Julieta - me acerqué -

X: me llamo Omar.

X: yo Valeria.

- (Julieta): un gusto.

Nos sentamos a comer los tres, eran unos chicos encantadores, Valeria era de México, tenía una gran melena y unos ojos azules como el mar, era muy espontánea y tiraba chistes con doble sentido todo el tiempo. Omar era de Uruguay, parecía un poco tímido pero solo a ratos, tenía una risa muy particular que me recordaba a Isaza, tenía el pelo un poco largo y un aro en la oreja izquierda y en su labio inferior. Tuvimos buena onda desde el principio y eso me ponía feliz, se nos ocurrió salir a conocer la ciudad por la tarde. Una vez que salí de la ducha, me dispuse a vestirme con algo más veraniego y recordé que iba a hablar con mis amigas apenas llegara. Les mandé una solicitud para vídeo llamada y a los segundos contestaron.

- (Laura): yo pensé que ya nos habías olvidado.

- (Susana): llegaste hace horas y recién te dignas a llamar - bromeó -

- (Julieta): lo siento, estaba muy cansada y estaba conociendo a mis compañeros de casa.

- (Laura): perdonada, y ¿Qué tal? Cómo son?

- (Julieta): son muy simpáticos, Valeria es de México y Omar de Uruguay.

- (Susana): Omar? Pensé que estarías solo con chicas, ¿Cómo es? Es lindo?

- (Laura): ¿Es alto o bajo? Es rubio? Tiene ojos claros? Está bueno?

- (Julieta): les recuerdo que ustedes tienen novios - dije riendo - pero si es guapo y simpatico.

- (Laura): te recuerdo que tú también - mi sonrisa desapareció un poco al recordarlo - perdón.

- (Julieta): no pasa nada, estoy bien, sería genial que estuvieran aquí conmigo, el día está hermoso.

- (Susana): me muero por un poco de calor.

- (Julieta): ¿Les puedo hacer una pregunta?

- (Laura): no para de preguntar por ti.

- (Julieta): cómo sabías que iba a preguntar eso?

- (Laura): te conozco.

- (Susana): te extraña mucho, no quiere admitirlo pero sabe que la cago.

- (Julieta): ojalá me lo dijera el y no ustedes - sonreí apenas -

- (Laura): basta de lamentarse, ahora estás allá, tienes que disfrutar y pasarla bien, así que olvídate un poco de Bogotá y sale con ese Omar y la chica Valeria.

- (Susana): si, olvídate pero no tanto - reímos - recuerda que somos tus mejores amigas.

- (Julieta): lo sé, bueno hablamos después, me están esperando.

- (Laura): pásala bien, te adoramos.

- (Julieta): yo también.

Corté la llamas y suspire sentada en mi cama, la puerta se abrió lentamente, era Valeria.

- (Valeria): ¿estás lista? - asentí -

Nos fuimos a pasear por la ciudad, ambos eran muy geniales y no tardamos en tener confianza, pensé un poco en Isaza, ya lo extrañaba pero no iba a volver a insistir, si el quería hablar conmigo, que me buscara, lo mismo con los chicos, entendía que se pusieran del lado de su mejor amigo pero nisiquiera sé despidieron, eso no lo esperaba, no iba a rogarles por amistad.   


Fuiste una bala perdida. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora