60. Dudas

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La música estaba muy alta, no lograba escuchar nada, ví como Isaza movía sus labios para decirme algo, fruncí el ceño porque su voz era inaudible, me acerqué a su oído y le pedí que me lo repitiera ya que no había escuchado, su semblante cambio a uno más relajado y me quedé sin entender. Seguimos bailando por un buen rato, a las tres de la mañana nos fuimos hasta casa, estábamos muy mareados y nos reíamos sin parar, llegamos torpemente al apartamento, la llave por algún motivo no entraba y nos causaba más risa, después de 10 minutos por fin pudimos entrar, choque contra unas cosas, causando un fuerte estruendo en la sala, nos quisimos aguantar la risa pero fue imposible, de la oscuridad apareció Villa con cara de sueño y nos quedó mirando sorprendidos.

(Julieta): ¿Te despertamos? - dije riendo.

(Villamil): ¿Tu qué crees? - dijo irónico - ¿Donde estaban?

(Isaza): fuimos a bailar - villa abrió sus ojos sorprendido.

(Villamil): ¿Lo sabe? - preguntó, no entendía de que hablaban.

(Isaza): no pude - dijo nervioso - te prometo que lo intente pero...

(Villamil): se lo diré yo...Julieta hay algo que debes saber.

(Julieta): ¿Que pasa?

(Isaza): Villamil No!

(Villamil): lo prometiste.

(Isaza): lo sé, te prometo que se lo dije pero no me escuchó y luego no pude hacerlo.

(Villamil): no dejes pasar el tiempo perro.

(Isaza): no te preocupes, se lo diré pero no ahora, mira como está.

(Julieta): ¿De qué diablos están hablando? Pueden dejar de gritar, no me siento bien!

Ambos me miraron en silencio, me dirigí a mi habitación y me recosté en la cama sin cambiarme de ropa ni taparme. El sueño me embargo al instante, cuando aún me quedaba un poco de conciencia, sentí que alguien me acomodaba, supuse que era Isaza, me abrigo y se recostó a mi lado, volví a dejar que el sueño me venciera y a lo lejos escuché como me susurraba al oído que lo perdonara. No tuve suficiente ánimo para preguntarle a qué se refería así que me acomodé más junto a él y me quedé dormida.

Al día siguiente desperté por unos gritos provenientes de la sala, traté de escuchar algo pero de un momento a otro hubo un silencio y se escuchó como se rompía algo. Me levanté asustada y mareada, ví a Isaza y Villamil con sangre en los labios y un vaso quebrado en el suelo.

(Julieta): ¿Por qué estaban peleando?

(Isaza): no es lo que parece.

(Villamil): es exactamente lo que parece.

(Julieta): ¿Me van a explicar?

(Villamil): que te lo diga tu novio! - dijo molesto e intento irse.

(Julieta): ya basta! Los dos se van a sentar aquí.

(Isaza): no somos niños chicos.

(Julieta): no lo parece.

Los obligué a qué se sentarán en el sofá, ambos me miraron en silencio.

(Julieta): ustedes son mejores amigos, ¿Por qué tienen que pelear? ¿Que cosa es tan grave que no pueden hablarlo sin gritarse?

(Villamil): en mi defensa me altero fácil y also la voz, no es nada personal contra Isaza.

(Julieta): Villa hablo enserio...

(Isaza): no es nada, solo nos alteramos un poco ¿Cierto?

(Villamil): si

(Julieta): entonces disculpense. 

(Isaza): no estamos enojados Juli, no te preocupes.

(Villamil): y no somos niños.

(Julieta): entonces un abrazo.

Me miraron con el ceño fruncido, puse mala cara, ambos se rindieron y se dieron un abrazo. Villamil se fue a su habitación sin decir nada y me recosté en el sofá ya cansada de las peleas y discusiones.

(Isaza): ¿Que pasa?

(Julieta): no hagas como si no supieras - dije calmada - hace días que ustedes andan raros peleándose y no me quieren decir, anoche antes de dormir me pediste disculpas pero sigo sin entender.

(Isaza): me sentía culpable por las discusiones que hemos tenido nada más.

(Julieta): ¿Estás seguro? Siento que hay algo más que hace días quieres decir pero no te atreves - me incorporé - Isa este es el momento para que me digas cualquier cosa que esté pasando.

(Isaza): Julieta...

(Julieta): sea lo que sea lo entenderé - dije tomándole las manos - te prometo que nada es tan terrible como para que no me puedas decir.

(Isaza): no sé si puedas entender esto - dijo sin mirarme.

(Julieta): estoy segura que si, dímelo.

(Isaza): la razón por la que Villa y yo estábamos discutiendo es que...

(Julieta): Amor basta con el suspenso, dime ya.

(Isaza): Villa está enamorado de ti - soltó nada más.

(Julieta): ¿Que? - pregunté sorprendida y desconcertada - ¿Estás loco? Villa tiene novia.

(Isaza): ya lo sé pero siempre ha estado enamorado de ti, desde que te conocimos y cuando peleamos me dijo que yo no te merecía y que el hubiese sido mejor novio para ti.

(Julieta): Isa yo creo que mal entendiste las cosas, Villa y yo somos solo amigos.

(Isaza): pero el siempre te quiso de otra manera.

(Julieta): si lo que dices es cierto, no debes preocuparte, yo te amo y se que Villamil jamás nos haría daño, estoy segura que se le va a pasar.

(Isaza): lo sé por eso te digo que no estamos peleados solo me cabreo todo lo que me dijo.

(Julieta): no peleen por este tipo de cosas, no vale la pena, ustedes son amigos.

(Isaza): ya sé, voy a ducharme - me besó la frente y caminó hasta la habitación.

Me quedé sentada en el sofá sin creer una palabra de lo que Isaza me había dicho, lo conocía demasiado para saber que me estaba mintiendo, si antes había sido paranoica, ahora estaba segura de que algo me ocultaba y tenía la certeza de que algo había pasado en esos tres meses que no estuve en Bogotá.

Fuiste una bala perdida. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora