Fuiste una bala perdida. TERMINADA

38. Incertidumbre

5 meses después

Estos últimos meses han sido maravillosos, Juan Pablo y yo cada vez estamos más felices, prácticamente vivíamos juntos ya que pasaba todo el día en mi casa, Villa se había negado a darle su llave pero Isa se las había ingeniado para sacarle una copia. Todos estábamos seguros de que Villa andaba con alguien, siempre desaparecía misteriosamente y había algo distinto en su sonrisa, estaba feliz por el pero me indignaba que no quisiera contarme. Lamentablemente no todo era color rosa, Martín tuvo muchos problemas, sus padres se enteraron de lo que había pasado en el cumpleaños de Isaza y se habían molestado demaciado, además su relación con Lauri pasó por una terrible crisis de la que les costó mucho salir pero ya todo estaba mejor, Simón se había cambiado de carrera y su relación con Natalia estaba estupenda. Susana estaba más enamorada nunca y fuera de la universidad la veía muy poco pero nos arreglamos para hablar por teléfono casi todos los días, mi amistad con los chicos era perfecta y aunque cada uno tenía sus cosas seguíamos tan unidos como siempre. Iba de camino a ver Villa, me había pedido que le llevará comida a su casa, cuando llegué parecía un mamarracho, estaba despeinado y con ropa holgada.

- (Julieta): ¿Y a ti que te pasó?

- (Villamil): ¿Trajiste comida? - dijo ignorandome -

- (Julieta): si señor - le mostré la bolsa - ¿Todo bien?

- (Villamil): si, gracias - tomó la bolsa y entró a la cocina, lo seguí en silencio sin entender que le pasaba.

- (Julieta): ¿Me vas a decir que te pasa o voy a tener que obligarte? - bromeé -

- (Villamil): no me pasa nada, solo tengo hambre - empezó a comer lo que le había llevado - ¿Quieres?

- (Julieta): obvio.

Comimos mientras hablábamos de cosas sin sentido, había algo extraño en el, podía notar que estaba triste y un poco cabreado, una vez en su habitación, volví a insistir.

- (Julieta): ¿Me vas a contar? - me miró mal -

- (Villamil): tú no te cansas - resopló -

- (Julieta): dime! Quizás te puedo ayudar.

- (Villamil): ¿Recuerdas a Javiera, la chica que conocí en nuestras vacaciones?

- (Julieta): ¿La hermana de Samuel? - entrecerró los ojos - si, la recuerdo.

- (Villamil): bueno la cosa es que hemos estado hablando por un tiempo, es muy agradable y me gusta un poco.

- (Julieta): ¿Pero?

- (Villamil): pensé que ella sentía lo mismo o eso me dió a entender las veces que salimos pero al parecer no - se veía triste -

- (Julieta): ¿Te dijo algo?

- (Villamil): no hizo falta, la ví con mis propios ojos.

- (Julieta): ¿Que viste? - pregunté impaciente -

- (Villamil): ayer por la tarde fui a comprar cuerdas para mi banjo, me dio hambre y pase a comprar algo, entonces cuando iba cruzando por la plaza la ví, iba a acercarme pero me di cuenta que estaba con un chico, me quedé viéndolos un segundo, debatiendo si saludar o no, entonces cuando me iba a acercar, se besaron y me fui corriendo para que no me viera.