35. Cumpleaños Isaza parte 1

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Estaba atascada en el tráfico mañanero del día sábado, eran las 9 am y desesperadamente avanzaba para llegar a la casa de Isaza, hoy era su cumpleaños y quería que fuera un día especial desde el momento en que abriera sus ojos. Había sido una mala idea quedarme en casa de mi padre la noche anterior, eran casi 40 minutos de camino y apenas iba en la mitad, rogaba que siguiera dormido y aunque usualmente se levantaba tarde no quería arriesgarme. Veinte minutos más tarde llegué hasta su casa, todo se veía muy tranquilo, toqué el timbre y su madre abrió la puerta, me regaló una sonrisa y me dijo que aún seguia dormido, le habían preparado un rico y contundente desayuno, me pidió que lo despertara así que subí silenciosamente hasta su habitación, me acosté encima de él, le dejé pequeños besos por toda la cara hasta que sus dormilones ojos se abrían poco a poco, una sonrisa se asomó en su rostro, le dejé un beso corto en los labios.

- (Julieta): Feliz cumpleaños bonito.

- (Isaza): Amorrr - arrastró sus palabras aún muy dormido y me abrazó - que mejor manera de empezar el día.

- (Julieta): ya eres todo un viejito.

- (Isaza): respeta a tus mayores - dijo riendo bajito -

- (Julieta): no eres tan mayor - acaricié su cara e intente levantarme pero se aferró a mí evitando que me alejara -

- (Isaza): pero sigues siendo mi bebé - unió nuestros labios y luego de un rato nos separamos algo agitados -

- (Julieta): Juan, tu mamá nos está esperando - dije para que me soltara - no la hagamos esperar.

- (Isaza): pero es mi cumpleaños, quiero mi regalo - me miró coqueto -

- (Julieta): más tarde - le sonreí de la misma manera y me levanté - vamos.

- (Isaza): está bien.

Bajamos juntos hasta el comedor, había mucha comida y algunos regalos sobre una silla, Isaza sonreía ampliamente y agradecía a sus padres por la comida, luego de unos minutos Susana bajo en pijama y le dió un abrazo muy apretado a su hermano, sonreí al ver esa escena, eran una familia tan linda y llena de amor. Nos sentamos a desayunar todos juntos, Isa probo de todo lo que había en la mesa, me miraba de reojo para ver si le decía algo por comer tanto, yo solo le sonreía y seguía hablando con su madre. Casi una hora más tarde terminamos de desayunar y abrió los regalos de su familia. La mayoría era ropa, botas, sombreros y su padre le regaló un ukelele, Susana dijo que le debía el regalo pero que se lo daría más tarde, subimos a su habitación con sus cosas nuevas y no se despegaba del ukelele o pequeña guitarrita como le dije yo.

- (Julieta): Isa, mis regalos te los daré más tarde - dejó el instrumento a un lado y me sentó en sus piernas para luego dejar un beso en mi mejilla -

- (Isaza): ¿Por qué no me lo das ahora? - levantó una ceja, lo miré indignada -

- (Julieta): ¿Acaso crees que mi regalo es sexo? - se sonrojo -

- (Isaza): ¿No lo es? - preguntó bajito -

- (Julieta): no, pero puede ser el bonus - nos reímos y unió nuestros labios, me tomó de la cintura e hizo que mis piernas quedarán cada una a un lado, me mordió el labio, sonreí entre besos, sus manos acariciaban mi espalda y anhelaban bajar a mi trasero, sentí como lo apretaba levemente, me sonroje pero no dije nada, la puerta se abrió de golpe y no nos dió tiempo de separarnos, para nuestra suerte y vergüenza solo era Susana.

- (Isaza): ¿No sabes golpear? - dijo acomodándose el cabello, me senté a su lado roja como un tomate -

- (Susana): no esperaba encontrar a mí mejor amiga y a mí hermano intimando - se rió -

Fuiste una bala perdida. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora