21. Cumpleaños mami

1.1K 59 3
                                    

Era nuestro último día en Medellín, tomariamos un avión a las 9pm ya que queríamos aprovechar el día, hoy era el cumpleaños número 42 de mi mamá, iríamos al cementerio a verla un rato para luego ir a almorzar con Sérgio y Amanda, quienes insistieron en que los acompañara, Isaza ya se encontraba en la ducha mientras yo me vestía, luego de un rato salió con la toalla envuelta en su cintura y sonreí, era perfecto. 30 minutos mas tarde estábamos entrando al cementerio, odiaba ese lugar pero tenía que ir a verla, íbamos tomados de la mano, me agradaba la sensación de tenerlo junto a mí y poder quererlo sin tener que escondernos. Cuando llegamos a su tumba estaba muy linda, llena de flores y otras cosas pequeñas, me alegraba de que sus amigos no la habían olvidado, me senté y le dejé las rosas blancas que le habíamos comprado, sus favoritas.

- (Isaza): si quieres te puedo dejar un momento a solas - me dijo soltando mi mano -

- (Julieta): gracias - le di un corto beso y se fue, hable por un rato con ella, más bien solo me escuchaba y yo hablaba  - es un lindo ¿No crees?, Estoy segura que te hubiese gustado, no sabes cuánto te extraño viejita, ¿Sabes? Hay algo que no le he dicho a nadie porque quería que tú fueras la primera en saber, nisiquiera el lo sabe pero estoy enamorada de ese hombre, desde el primer día que lo conocí se robó mi corazón y tengo miedo de perderlo. Me gustaría que estuvieras aquí para que me ayudes con tus sabios consejos y que me digas que todo va a estar bien - me quedé unos minutos en silencio - Te amo mami, feliz cumpleaños.

Luego de un rato me paré a buscar a Isaza, sabía que me estaba dando mi espacio pero ya se había ido hace mucho, camine entre las tumbas y lo encontré hablando con un pequeño niño, me acerque sonriente, se despidió del niño y camino hacia mi.

- (Julieta): ¿Que hacías? - decidí molestarlo un poco - ¿Acaso hablabas solo?

- (Isaza): no, ese niño se me acercó a hablarme, no encontraba a sus padres.

- (Julieta): ¿Cuál niño?

- (Isaza): el pequeño que estaba aquí recién, ¿No lo viste? - me miró confundido -

- (Julieta): Juan, no había nadie aquí, te ví a lo lejos hablando solo y me acerqué - su cara de espanto me hizo reír y se dió cuenta de que lo estaba molestando -

- (Isaza): eres una idiota - dijo cruzándose de brazos - por un segundo pensé que había hablado con un espíritu.

- (Julieta): me sorprende lo fácil que eres de asustar - me seguía riendo - 

- (Isaza): no es verdad pero cualquiera se asusta si haces esas bromas en un cementerio - le tomé la mano -

- (Julieta): si claro, creo que es culpa de tu altura - me miró confundido - digo que eres tan alto que todos deben crees que eres súper rudo y masculino pero no es así, eres como un osito cariñosito.

- (Isaza): soy un macho rudo - no pude contener la risa y me miró mal - te odio.

- (Julieta): ya vamos, este lugar me desagrada.

Nos fuimos caminando hasta el restaurant que me había indicado Sérgio, llegamos y ambos estaban ahí muy puntuales, los acompañaba sus respectivas parejas y Elías, por extraño que pareciera me ponía incómoda su presencia, después de todo había sido mi novio por casi tres años y no terminamos de la mejor manera. Nos acercamos a la mesa en la que estaban todos muy animados conversando y los saludamos, me senté junto a Amanda y al otro lado Juan Pablo, Elías quedó frente a mí y no paraba de mirarme, desconocía sus intenciones ya que hace mucho que no hablábamos pero su mirada me incomodaba sobretodo porque Isaza se dió cuenta y se veía un tanto molesto. El almuerzo fue bastante extraño, me preguntaron cosas de la universidad y de cómo era vivir en Bogotá a lo que conteste que todo estaba muy bien, tenía unos amigos maravillosos, veía a mi padre ocasionalmente y había entrado en mi vida Juan Pablo que me hacía muy feliz.

Fuiste una bala perdida. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora