¿Estrellas enamoradas? [TodoBaku] [KiriDeku]

Capítulo 8 : Rumores que se vuelven verdad

—Fue el mismo Toshinori-san el que los llevo a las audiciones —relato su hermana mientras recordaba la situación —Nadie más sabía de está, solo las compañías implicadas y la prensa se enteraría la otra semana.

La albina se llevo un mechón de su pelo detrás de la oreja mientras trataba de recordar la peculiar situación.

Nunca la olvidaría.

Fuyumi Todoroki era maestra de escuela primaria, no tenía nada que ver con el mundo del espectáculo y sin embargo estaba presenciando las actuaciones para un casting.

¿La razón? Su hermano mayor Touya le había pedido que fuera a ver como le iba a su novio Tenko.

Estaba como apoyo moral en lugar de su hermano.

Aunque el mayor no parecía nervioso no paraba de morderse las uñas y recitar sus diálogos.

Fuyumi solo le sonreía de forma maternal y le decía que todo estaría bien, que su actuación sería genial.

Fue en ese momento que las puertas se abrieron dejando a la vista a dos adolescentes y a un hombre alto de pelo rubio.

Los susurros no se hicieron de esperar.

—Whoo son muy creídos, ya vienen vestidos como los protagonistas.

—¿Quiénes se creen? Debieron haber llegado antes.

—Son dos niños, no podrán hacer nada aunque el mismo Toshinori Yagi se interponga.

Más y más susurros alrededor de ambos jóvenes pero ellos parecieron ignorarlos.

—Número 26 -—la voz de Aizawa Shota hizo que todos se callaran —Pase al frente.

El número 26 era pelinegro con matices verdes en las puntas del pelo, con ojos rojos y vestido de traje de gala, Shimura le contó a la albina que ese era uno de los personaje protagónicos Yamikumo, el villano.

A la distancia Fuyumi pudo ver como Yagi le sonreía con cariño al niño y sus labios se movieron pero no podía escucharlo.

Supuso le deseo suerte.

Muchas risitas se podían escuchar por lo bajo cuando el muchacho pelinegro subió al escenario.

Le estaban subestimando.

Las luces se apagaron y el chico en el escenario solo quedo iluminado por un reflector.

El aura que lo rodeaba pareció cambiar, ya no parecía un niño indefenso y se podía ver verdadera maldad rodeándolo.

Una sonrisa macabra se formó en su rostro y su risa era estremecedora.

Fuyumi nunca olvidaría el miedo que sintió en ese momento.

—¿Quién te crees? ¿Un héroe? —maliciosa de ese modo sonaba su voz —No me hagas reír, ¡los héroes no existen! ¡este mundo lo dominan los poderosos!

El pelinegro puso sus manos en su pecho y saco un cuchillo que estaba bajo su saco negro, la albina sabía que debía ser falso pero eso no significaba que no sintiera miedo al verlo.

Sobre el escenario él empezó a jugar con el cuchillo, lo balanceaba de un lado a otro y se reía de forma desquiciada hasta que sus ojos rojos se fijaron en un punto en el suelo.

Como si estuviera visualizando algo en el o a alguien. Eso era lo más escalofríante.

Su sonrisa se expandió y sus ojos rojos parecieron resplandecer, como si realmente disfrutara lo que hacía.