Capítulo 14: Espectadores

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[Antes de que inicie la obra]

Aizawa conocía muy bien la preparatoria Yuei, había estudiado ahí junto Hizashi y se podría decir que tuvo una vida escolar entretenida.

El festival siempre era lo que su esposo más esperaba, se ofrecía para ser el sonidista de todas las obras y cantaba con todos en las fogatas al final.

Mientras que al Aizawa de ese tiempo prefería ayudar a sus compañeros con su actuación o modificando el guión de la obra para que quedará mejor.

Una sonrisa se formó en sus labios al recordar esos tiempos.

— ¿Papi? —Eri le toma de la mano y le sonreía con suma dulzura, sus ojos rojos resplandecían con emoción — ¿Que es esto?

La pequeña albina tenía sólo cuatro años, era de esperarse que todavía no supiera sobre festivales escolares y que estuviera totalmente intrigada con todo lo que veía.

El pelinegro sonrió hacia la pequeña.

—Un festival Eri, ¿te gusta?

La niña con emoción asintió con su cabecita que estaba adornada con dos coletas blancas.

Padre e hija conversaron en la entrada de la preparatoria, la pequeña albina preguntaba un montón de cosas y el pelinegro se las contestaba.

Hasta que ambos escucharon un grito.

— ¡Aizawa-kun! Lo lamento, ¿esperaron mucho?

Toshinori Yagi vestía como siempre que lo veía en las reuniones, de forma simple con un traje azul marino. Para tener tanto dinero el rubio no solía gastarlo en su ropa.

Sin embargo eso no era lo que llamaba la atención del pelinegro sino la mujer que venía con él.

Bastante pequeña y delgada, pelo verde largo y ojos del mismo tono, apariencia frágil y podía notar marcas en sus antebrazos.

Reconocía de que podían ser había trabajado en un documental sobre doctores y pacientes, eran marcas de intravenosas. Si se usaban por un período largo de tiempo la aguja de la intravenosa dejaba una marca permanente en la piel de el paciente.

La mujer le sonrió con ternura y inclinó su cabeza de forma respetuosa haciendo que Aizawa dejara de ver sus antebrazos.

—Encantada de conocerlo, mi nombre es Inko Midoriya —levantó su cabeza y el pelinegro pudo ver como le dirigía una mirada molesta a Yagi quien parecía asustado —Muchas gracias por cuidar de mis hijos.

¿Hijos? Aizawa estaba seguro que nadie bajo el apellido Midoriya trabajaba para él.

Inko al ver su confusión, suspiro realmente molesta y fulminó con la mirada a Toshinori.

El pobre rubio quería salir corriendo de ahí.

Además de solo imaginar lo que haría Bakugou cuando se enterará de su presencia en la Yuei le causaba escalofríos.

Tal vez el pecoso lo salvaría pero no estaba realmente seguro de eso, incluso pudría ser que Izuku ayudará al rubio en su venganza.

—Asi que realmente no lo sabe —suspiro Inko y llevo una mano a su pecho —Entonces lo mejor será que lo vea y compruebe usted mismo.

La femenina se adentro a la academia siendo seguida por los hombres y la pequeña albina.

Aizawa quería preguntar a donde se dirigían pero Yagi solo le dijo que haga silencio y que pronto sabría la respuesta.

Odiaba los misterios. Prefería saber todo de ante mano.

Entraron a el gimnasio que el pelinegro sabía se usaba para las obras de teatro durante el festival.

¿Estrellas enamoradas? [TodoBaku] [KiriDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora