¿Estrellas enamoradas? [TodoBaku] [KiriDeku]

Capítulo especial: Siempre a tu lado.

Era simplemente extraño.

Como estar en una nube aunque sientas el suelo bajo tus pies, aunque puedas escuchar a tu alrededor y lo ignoras porque estás sumergido en tu propia burbuja.

Katsuki aún no caía por completo en la realidad y el tiempo se le estaba llendo de las manos pero no podía pararse de dónde estaba sentado.

Sentía que las piernas las tenía débiles y que podría caerse, si llegaba a arruinar su traje de esa forma no quería ni pensar en los gritos que tendría que soportar de Mina.

El rubio suspiro y miro al cielo mientras con su mano tocaba distraído el anillo que había en su dedo anular derecho.

"¿Es muy pronto si te compro un anillo Bakugou?"

—Tardaste cinco años bastardo, cinco —gruñó al aire mientras miraba su anillo —Pero al fin me pusiste uno.

Katsuki se rió un poco al recordar la cara de Shoto cuando le había propuesto matrimonio.

Estaba nervioso aunque su cuerpo no lo demostrara, sus ojos heterocomatricos estaban asustados pero su voz había salido fuerte y clara.

Sin ninguna duda de lo que estaba por hacer.

Y cuando le dijo que "sí" una lágrima salió de el ojo color azul la cual beso antes de que cayera al piso.

Su futuro esposo era malditamente lindo, dulce y tonto.

El rubio suspiro otra vez, un poco antes de ponerse de rodillas y sentir como un sacudida de el viento movía sus ropas.

Vio las dos tumbas frente a él, sonriendo con un poco de tristeza y alegría.

—Me pregunto si estarán felices de ver esto —dijo a las tumbas —Vieja...mamá, papá me voy a casar con el helado de fresa.

Unas pisadas hizo que parará de hablar y al voltear se encontró con la figura de Kazuma quien traía un ramo de flores que dejo en medio de las tumbas para luego sentarse al lado de su nieto.

—Tus amigos están como locos buscándote Katsuki —fue lo primero que dijo —Todoroki-san también quería salir a buscarte pero ya perdieron a un novio y no querían perder al otro.

El rubio cenizo volvió a reírse imaginado la situación.

— ¿Donde lo pusieron?

—Lo encerraron en una habitación con Midoriya-san y Rei-san para calmarlo —sonrió divertido Kazuma —Deberíamos volver antes de que no puedan controlarlo.

Bakugou asintió, se paró viendo por última vez las tumbas y sonrió a modo de despedida, hasta diciembre.

—Es increíble que aun le digas "Midoriya-san" pese a que se casó —comento de forma burlona mientras caminaba con su abuelo por el cementerio.

—Es increíble que estuvieras tan nervioso como para venir a la tumba de tus padres.

El rubio cenizo le vio con el ceño fruncido y el mayor se rió un poco.

—Quería aire fresco anciano —se defendió Katsuki.

—Lo que tú digas.

Era un día de primavera, los árboles de sakura dejaban sus pétalos rosados volar sobre el cielo azul despejado y quedaba un agradable olor en todo el lugar.

Kazuma caminaba tranquilo con su nieto mirándolo de reojo un par de veces para darse cuenta que parecía perdido entre las nubes.

Katsuki estaba tan feliz que no le importaban los pétalos de sakura que habían sobre su cabeza o como las personas volteaban a verlo al reconocerlo.