Capítulo 3

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Liv

Creí que se trataba de mamá, pero no; la preocupación en su actuar, y el miedo reflejado en los ojos de papá me pusieron nerviosa. "vete con tus hermanos, y no hagan ruido" fue lo que dijo antes de salir de la guarida.

— ¡Chicos, chicos! — les grité en voz baja — guarden silencio, alguien vino, y por la reacción de papá...es alguien peligroso...

— ¿Quién será? — preguntó Coddy

— ¿En dónde está mamá? — preguntó Tyler

— No lo sé, papá estaba preocupado porque aún no vuelve.

— Qué tal si...

— ...Le pasó algo...

— No sean tontos, Hanna, Henno. A mamá no le ocurrió nada malo, ya volverá, ya lo verán — aseguró Tyler para calmarlos a todos

Quise asomarme para ver qué era lo que ocurría afuera. Me escabullí de la vista de mis hermanos, en especial de Tyler, quien se había vuelto autoritario con el paso de los días. Al llegar a la entrada, me era difícil ver a papá en medio de la noche, su pelaje se mimetizaba con la oscuridad; pero esperen, hay dos iguales. A la luz de la luna podía ver solo dos colores de ojos, ya sabía que los ojos azules pertenecían a papá, pero... ¿de quién son esos ojos verdes? ¿No puedo oír nada? lo único que logré ver fue a papá retroceder hacia la guarida; su lomo estaba erizado y estaba gruñéndole al otro lobo que era idéntico a él. Cuando papá no pudo seguir retrocediendo, pude ser capaz de oír al otro lobo.

— Asique así va a ser — dijo mientras adquiría un postura aterradora — será mejor que hables, Saga, si no quieres que acabe con esas ratas esta misma noche.

— ¿Qué es lo que quiere ese lobo...? — Murmuré para mí — tengo miedo... papá...mamá ¿en dónde estás?

— No te preocupes mi pequeña estrella... — dijo volteando la cara pero sin quitar los ojos del otro lobo — los protegeré, así sea lo último que haga...

— Eso ya lo veremos... — dijo el otro lobo justo antes de saltar sobre papá, quien dio un salto hacia atrás adentrándose a la guarida.

— No creas que soy tonto hermano... — << ¿hermano?>> — ¿acaso creías que me movería a un lado dejándote la entrada libre? No me hagas reír

— Eres un...cómo te atreviste a procrear ratas, ¡¡los únicos que merecen un puesto en mi manada son mis hijos!! — Su gruñido hizo retumbar la guarida por dentro — en la manada no hay espacio para los tuyos, solo nos harán pasar hambre a los demás...

— Es cierto que somos la manada mas numerosa de todo el bosque, y que hay muchos lobos que alimentar; pero no sufrimos de escasez, y los cachorros aun no probarán la carne hasta un par de lunas más. Ellos no representan una amenaza para nadie. Por favor hermano, déjalos vivir, y Jera y yo nos los llevaremos cuando estén listos para soportar un viaje largo.

— Eres tan patético, hermano. Primero muestras los dientes, y luego intentas apelar a la razón cuando te vez acorralado. Si que das pena. — el lobo aplanó el lomo y se dio media vuelta, pero antes de marcharse volteó a vernos — que no se te ocurra llevar a tus ratas a la presentación de mañana, porque si lo haces...los mataré en ese mismo lugar — comenzó a marcharse, pero su detuvo nuevamente — casi lo olvido... deberías sentirte afortunado... hay un par de camadas que no corrieron con la misma suerte...tal vez así aprendan a respetarme... y a seguir mis reglas — papá volvió a gruñir con fuerza.

— Cuándo fue que te convertiste en una bestia despiadada... ¡¿qué le hiciste a Jera...?!

— Tranquilo...ya debe de estar por llegar... le cuesta un poco caminar...- se marchó perdiéndose en la oscuridad — casi lo olvido, te espero para le presentación de mis cachorros, más te vale ir...si no quieres que envié a lobos para que vengan a buscarte

— Ciro...cuándo y por qué te has vuelto un monstruo — papá se puso de pie, y mirando en dirección por donde se había ido el otro lobo dijo — desde esta noche tú y yo dejamos de ser hermanos...

Desde el fondo del bosque oscuro pareció haber algo que se acercaba lentamente, se movía de un lado a otro, y cada vez que avanzaba hacia movimientos bruscos de arriba hacia abajo, solo lograba distinguir un par de luces brillantes.

— Papá... — dije asustada mientras me apegaba a él. Papá erizó el lomo y volvió a gruñir con fuerza.

— Ciro...maldito desgraciado... —  de golpe paró de gruñir, la expresión de su rostro cambio a sorprendido, y comenzó a correr — Jera... ¡Jera!

Era mamá, al parecer estaba herida y le costaba caminar. Papá había corrido hacia ella, se puso junto a ella para ayudarla, hizo que cargara su peso en él; al llegar a la guarida hizo que entrar con mucho cuidado diciéndonos que nos apartáramos para que pudiera recostarse.

Todos corrimos hacia ella para lamer sus heridas, papá se recostó junto a ella y puso su cabeza sobre la tierra para que ella pudiera apoyar su cabeza sobre la de él. Mamá parecía herida en varios aspectos, siempre había demostrado fuerza y rudeza ante todo, y verla en ese estado la hacia parecer...vulnerable.

— Saga...yo... — dijo con dificultad

— Shhh... descansa querida... ya habrá tiempo para hablar sobre esto, ahora descansa, debemos estar bien para ellos.

— Mh... ese es mi alfa... — apoyó su cabeza sobre la de él y cerró los ojos.

Esa noche nadie tuvo apetito, los juegos habían acabado, y lo único que queríamos era dormir; pero en vez de acurrucarnos en el vientre de mamá, decidimos dormir junto a papá. Todo estaba en silencio, fue la noche mas callada que había presenciado en lo que llevaba de vida.

Entre lobos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora