Capítulo 105

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Tyler

El día había llegado. Ya era el día en el que los jóvenes de las cuatro manadas tomarían su camino, y decidirían si quedarse en su manada natal, o irse a otra. Aunque también estaba la opción de no escoger ninguna.

Estaba un poco preocupado. Luego de decirle a Kaila todo lo que me pasaba, pareció molestarse más, y no la he visto desde ese día.

— Miren al pobre lobo... — apareció Tommen hablando con sarcasmo — tan preocupado por no ver a su queridísima loba que no sabe que hacer...

— ja ja ja... — dije en tono serio — no te había visto en días ¿Qué haces aquí?

— Encontré esto por ahí. Creo que es tuyo. — miré a su alrededor. No había nada.

— ¿Y eso es...? — pensé que estaba jodiéndome como casi siempre.

— ¡He, mocoso! — me sorprendió que dijera eso. — ¡No estoy de humor para cachorros!

— ¿Cachorros? — entonces lo entendí — no puede ser...

— Hola...

— Por qué demonios estás fuera otra vez... — lo reprendí. — el que mamá ya no esté no significa que puedas salir a donde se te de la gana.

— Pero tenía hambre. Y papá se tardó mucho. Quería cazar algo.

— Papá hace lo que puede para criarte. Además, aún eres muy pequeño para hacer estas cosas. — no dejaba de mirarme con rebeldía. Era algo gracioso, pero debía ser duro con él si no quería que tuviera esa actitud mas adelante.

— Papá solo me cuida porque se lo prometió a mamá.

— Escúchame bien, Shaya. — me incliné un poco — el que mamá haya muerto, no significa que puedas ir de un lugar a otro por tu cuenta. Y tampoco significa que puedes valerte por tu propia cuenta. ¿Te quedó claro?

— Pero...

—¿Te quedó claro? — miré por el rabillo del ojo a Tommen. Parecía divertido con todo eso. Volví a mirar a Shaya — andando, papá debe estar preocupado porque no estás.

Bien...

Llevé a Shaya de vuelta a la guarida de Torel. Shaya caminaba con la cabeza gacha en frente mío, y Tommen caminaba a mi lado.

— Ha sido duro para el pequeño.

— Lo sé. Pero si nadie le dice nada, será rebelde, y se meterá en problemas.

— Temes que no pueda convivir con la manada.

— Si.

Tommen se atravesó en mi camino, y me hizo para. Su mirada era seria, y un poco molesta.

— Eso solo dice que ya sabes lo que harás — desvié la mirada — cuándo planeabas decírselo a alguien.

— ¿Y a quién se lo debería haber dicho...?

— A mi quizás. A torel... O a Kaila. — no respondí, e intenté seguir caminando — está enojada porque no quisiste decírselo.

— Ya basta ¿si? No seguiré tocando el tema. Ahora solo llevaré a Shaya con Torel.

Tommen no continuó caminando con nosotros. Solo me dedicó una mirada de decepción, y se marchó sin decir nada.

Seguí caminando con Shaya en completo silencio hasta llegar a la guarida, en donde Torel estaba, al parecer buscando por los alrededores.

— Espero que tengas una buena explicación. — le murmuré. Shaya pareció ponerse nervioso. — Adelante. Hola, papá — dije para llamar su atención.

— En dónde demonios estabas... — dijo molesto.

— Yo... Ah... Estaba... — sentí pena por mi pobre hermanito. Y las reprimendas de Torel eran mucho más severas que las que yo podía hacer. Así que...

— Estaba de paso y... Lo llevé conmigo a dar una vuelta — le dije — lo siento, pensé que estaba solo. — Torel resopló resignado.

— Está bien. — miró a Shaya — ve adentro. — Shaya obedeció.

— ¿Estás bien?

— ¿Listo para esta noche? — desvió mi pregunta.

— Sí... Lo estoy...

— ¿Pasa algo? — negué con la cabeza.

— Solo estoy nervioso...

— No lo estés. Recuerda que sea lo que sea que hagas, estará bien para mí.

— Bien... — Torel volvió hacia la guarida.

— Volvió a salir solo ¿verdad?

— No seas tan duro con él — le dije — aún no supera bien la muerte de mamá...

— Tampoco yo... — se sonrió.

— Bueno... Nos vemos en la noche...

— Nos vemos...

Entre lobos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora