Capítulo 30

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Tyler

— ¡Wau! ¡miren eso! – exclamó Lala.

La única vez que Lala se despertaba antes que todos, y en consecuencia nos despertó a todos con sus gritos. <<qué demonios le pasa...>>. Intenté ignorarla y seguir durmiendo un poco más, pero ésta se lanzó sobre mi y comenzó a tirarme de las orejas <<que rápido olvida todo, apenas ayer estaba enfadada conmigo por cómo le hablé, y hoy está como si nada hubiera pasado...>>.

Hice que Lala se quitara de encima, solté un enorme bostezo, y me estiré lo más que pude. Era gracioso hacer eso, porque lo hacía tan lentamente que Lala se exasperaba por hacerla esperar.

— ¡Sura!

— Ya voy... ¿Qué te pasa ahora?

— ¡Mira afuera!

— Que pasa afue... — me quedé paralizado al ver el exterior — ¡wow! ¡mira eso! ¡El bosque era verde apenas ayer...!

— Jajaja – rió Torel – se llama nieve, hijos míos. No es peligrosa, a menos que queden enterados en ella. Eso significa que ya llegó el invierno...

Lala y yo estábamos tan impresionados al ver la "nieve", asique no dudamos en salir corriendo para verla mucho más de cerca.

— ¡Esto es genial! — gritaba Lala riendo y revolcándose en el suelo.

Mientras jugábamos y nos revolcábamos en la nieve, un olor extraño me llegó de repente, lo que me hizo dejar de jugar y ponerme en estado alerta.

— ¡Quién está ahí! — dije dirigiéndome a los arbustos. Lala se quedó mirándome confundida.

En eso apareció un lobo de entre los arboles; era grande y robusto, pero sabia que no pertenecía a la manada del Sur, y tampoco a la del Norte. Lala se situó detrás de mí, mientras yo erizaba el lomo y gruñía.

— ¡Ja! – rió el extraño – te faltan varias lecciones para desafiar a alguien como yo, muchacho...

— Quién eres... — dije sin dejar de gruñir – por qué estas aquí...

— Eso no es de tu incumbencia, muchacho... — dijo mientras caminaba hacia nosotros – esta es la guarida de Torel ¿no? – al estar ya junto a nosotros respiró hondo – ¿son sus hijos? – no le respondí – calma, muchacho... que a ningún lobo en su sano juicio se le ocurriría entrar en disputa en esta época del año... — pasó junto a mí.

— ¡Oye! — quise detenerlo pero este me derribó de un solo movimiento, y me inmovilizó poniendo una pata sobre mi —¡ah!

Lala se quedó quieta al ver el actuar del extraño; la fulminé con la mirada en señal de que no hiciera nada en su contra.

— Como dije... te falta mucho por aprender. Aún eres un cachorro.

— Suficiente... Tommen – dijo Torel saliendo de la guarida junto a Aska – déjalo ir...

El extraño que al parecer se llamaba Tommen, levantó su pata sin dejar de mirar a Torel. Me levanté rápidamente y me pare junto a Lala, y continué gruñendo.

— Sura, ya es suficiente — dijo Torel — Tommen... ellos son mis hijos, Sura y Lala. Pero veo que ya los conociste.

— Me disculpo, es la costumbre... — respondió Tommen — no pude evitar enseñarle una lección al muchacho...pero ya no volverá a ocurrir... prometo controlarme con quien me desafía la próxima vez.

— Espero que así sea... — Torel cambió la expresión de su rostro — que bueno es verte nuevamente, viejo amigo...

— Lo mismo digo — hizo un reverencia con la cabeza – Aska...

Entre lobos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora