Entre lobos...

Capítulo 2

Saga

Lo había esperado por mucho tiempo, pensé que esas dos lunas nunca llegarían, pero aquí están, y ahora, soy padre de 8 cachorros junto con la loba más fuerte, valiente, amable y cariñosa de la manada. Aún así no deja de preocuparme la reacción de los demás, en especial...la de los alfas. Los alfas también tuvieron una camada, y ya pronto serán presentados a la manada.

— Pero ellos no saben que jera y yo procreamos también... o quizás ya lo saben...pero por ahora no pueden separarse de sus crías — una liebre pasó corriendo frente a mi, comencé a perseguirla

Los alfas, el macho se llama Ciro, es un poco mas grande que yo, su pelaje es negro y sus ojos verdes, tiene una mirada fulminante, y se hace respetar con tan solo ponerse de pie. Es mi hermano, fue el primero en nacer, nació en el amanecer, mientras que yo nací unas horas mas tarde; fuimos una camada de dos. Hace un par de primaveras Ciro postulo al título de jefe de la manada, el cual ganó sin problemas. A mí no me interesaba el poder ni tener ningún título, todo lo que quería ya lo estaba teniendo en este mismo momento. Aunque debo decir que él no está muy contento conmigo ya que jera era su primera opción, y ella me eligió a mí. Debo tener cuidado, debo proteger a mi familia.

<<Si Ciro se impone a nuestra familia... nos iremos sin problemas...>>, pensé ya con la liebre entre los colmillos. Estaba tan regordeta que no corría tan rápido. <<lo último que quiero es poner en riesgo la vida de mi pareja y de mis pequeños>>

— Miren quien salió de la madriguera, te habías perdido Saga...

— Rissa...

Rissa es la hembra alfa, la pareja de mi hermano y la madre de su camada, no me sorprendió verla, en el fondo sabía que tarde o temprano la vería, pero lo que si me preocupaba era lo que podía ser capaz de hacer cuando supiera que Jera y yo habíamos tenido una camada. A diferencia de Jera, Rissa es caprichosa, arrogante y altanera con los demás; la considero una loba a la cual no hay que tomar a la ligera, pues meterse con alguien como ella puede hacer que tu vida o tu permanencia en la manada tienda de un hilo.

— ¿Y bien...? — la miré confundido mientras no le quitaba los ojos de encima a la liebre — ¿no dirás nada sobre haber concebido a la camada de tu querido hermano?

— Oh, si... felicidades por la nueva camada... — intenté no parecer falso

— Ciro dice que en una semana se dará la presentación de los lobeznos a la manada. Al fin conocerás a tus pequeños sobrinos. ¡qué emoción!

— Si, si, hurra...ahora si me disculpas llevaré esto a mi guarida — pasé junto a Rissa y sin mirarla le dije — no deberías dejar a tus cachorros solos tanto tiempo ¿sabes en dónde anda mi hermano?

— Supongo que anda rondando el territorio, ya sabes le gusta caer de sorpresa en las demás guaridas. A veces puede ser molesto, pero ya que... después de todo el es el alfa, y no hay que contradecirlo.

— Claro...ya me voy...

— Por cierto... como está Jera... hace tiempo que no la veo, aun esta con vida — <<que irritante>>

— Sabes que si...

— No habrás hecho algo indebido a espaldas de tu hermano... ¿o si? — dijo rondándome — como si haberte quedado con su loba no hubiera sido mucho...

— Ya déjame en paz... — comencé a caminar de vuelta a la guarida, solo quería alejarme de ella.

El que Rissa dijera que a Ciro le gustaba caer de sorpresa en las guaridas de los demás me preocupó un poco. Por un momento me imaginé el lío que se armaría si Ciro descubría a mi camada antes de que tuvieran la edad suficiente como caminar sin mucha dificultad.