Capítulo 83

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Tyler

A la mañana siguiente, cuando desperté, noté que Lala no estaba, y que Tommen se había marchado no hace mucho tiempo.

Pasamos la noche entre unos arbustos bastante acogedores, y como estábamos en la época de verano, las noches no eran para nada frías.

Pensé en lo que había ocurrido la noche anterior, y decidí ir a ver a Shaya, ya que le había prometido ir a jugar con él. Además, quería ver el estado de Aska, y posiblemente si Torel estaba dispuesto a hablar sobre la situación.

Mientras caminaba, pensaba en que también iba ver a Kaila, pero no sabía exactamente donde, ni en qué momento del día lo haría.

Al llegar a la guarida, vi a Shaya jugando con un pequeño ratón en frente de Aska. Me daba gusta verlo mejor que anoche.

— Hola... — dije saliendo de entre los arbustos.

— ¡Sura! — exclamó corriendo hacia mí alegremente — ¡Volviste!

— Claro... te lo prometí ¿no?

— ¡Ajá!

— Sura... — dijo Aska poniéndose de pie a duras penas.

— No es necesario que te levantes — me acerqué a ella — ¿estás bien? — ella solo me miró sin decir nada. — comprendo...

— ¡Sura, Sura! — decía Shaya parándose en sus patas traseras mientras se apoyaba en una de las mías — ¡quiero ir al río!

— ¿Al río? Creo que eso sería peligros para ti. Aún eres muy pequeño — él frunció el ceño — vamos amiguito, no te enfades. Ya pronto podrás ir conmigo a esos lugares. — miré a Aska — ¿y papá?

— Salió esta mañana a recorrer los límites... ¿Lala está bien?

— Sí. Un poco desanimada, pero está bien.

— Ya veo.

— ¡Mamá! — dijo Shaya — ¡quiero ir más allá de la guarida...! ¡por favor...! — le rogó.

Aska se echó a reír, y luego me miró con una sonrisa.

— ¿Qué dices? — me preguntó.

Miré a Shaya un momento, y di un suspiro moviendo la cabeza, para luego mirar a Aska con una sonrisa derrotada.

— Está bien... — dije al fin — lo llevaré conmigo — miré a Shaya — pero debes prometer que me obedecerás en todo lo que te diga, y no te alejarás de mí.

— ¡Sí, sí, lo que tú digas! — gritó moviendo su diminuta cola de un lado hacia otro.

— Bien, entonces... supongo que nos vamos... -— miré a Aska — nos vemos mamá. Lo traeré antes del atardecer. — ella sonrió.

— Diviértanse.

Entre lobos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora