Liv
Pasaron cinco días desde el ataque del oso a la manada. Unan parecía mejorar un poco cada día. Y yo cada día limpiaba su herida y llevaba presas para que comiera algo.
— No es necesario que hagas esto cada día — dijo apenado.
— No me molesta. Después de todo, esto no es nada comparado con lo que tú hiciste por mí.
— Sientes lástima... — dijo dolido.
— No es...
— ¡¿Unan?! — el llamado de Ciro nos erizó un poco el lomo. — Si estás vivo mas te vale salir. — parecía enojado.
— No salgas... — dijo levantándose con dificultad.
Hice caso a lo que me había dicho. Así que solo me quedé adentro, viendo cómo Unan salía de la guarida casi arrastrando las patas del lado derecho.
— Así que sigues con vida — dijo Ciro al verlo.
— Qué quieres — dijo con altanería.
— Si te diera una lección por tu actitud de seguro terminaría matándote sin gran esfuerzo.
— Seguramente. Qué quieres, padre.
— Por qué no esperaste a la manada.
— Si los hubiera esperado habría matado a Liv.
— Si hubieras tenido un poco de sentido común y hubieras confiado en tu manada no estarías así.
— Si Zyner no se hubiera atravesado, esto no habría pasado.
— ¡Tu hermano murió por culpa de esa rata que en un principio no debía de existir!
— ¡Su nombre es Liv! ¡Y te guste o no, ya es parte de la manada! Recuerda que tú la aceptaste junto con sus hermanos.
— Ten cuidado con lo que dices, Unan. No querrás quedar peor de cómo estás ahora. — amenazó.
Sabía que me metería en problemas si me interponía entre Ciro y Unan, pero no quería que Ciro le hiciera daño. Quería protegerlo, así como él lo hizo conmigo. Salí de la guarida, y ambos se quedaron en silencio.
Como si fuera un nuevo instinto, me posicioné bajo la cabeza de Unan. Protegiendo su cuello. Ciro me fulminó con la mirada un breve segundo, y luego se dirigió a Unan.
— Si vas a ponerte en peligro y desconfiar de tu manada, será mejor que escojas otro lugar para vivir. No aceptaré esta clase de comportamientos en mi manada. — volvió a mirarme — los débiles siempre son los más problemáticos. Si lo atacara, no serías capaz de protegerlo... Y si te atacara justo en este momento — dio un par de pasos hacia nosotros. Unan gruñó ligeramente, pero no en tono amenazante — ni siquiera serías capaz de defenderte a ti misma... — ladró un gruñido y pasó junto a nosotros para marcharse.
No nos movimos de nuestro lugar hasta que Ciro se perdió entre los árboles. Luego de eso, Unan volvió a dentro, y yo no supe si seguirlo o no hasta que este me habló.
— Nuestro alfa es aterrador ¿no? — me mostró una ligera sonrisa — ¿no vienes?
— Claro... — le sonreí de vuelta, entrando a la guarida detrás de él.

ESTÁS LEYENDO
Entre lobos...
Ficção GeralSer lobo puede ser complicado si no sigues las reglas de la manada. Sobre todo, si el haber nacido rompió una de ellas. luego de perder a la mitad de su familia, Saga, el padre los cachorros, dará todo de sí mismo para que los lobeznos sobrevivient...