Capítulo 110

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Liv

Durante el resto de la tarde, Unan se mantuvo a raya conmigo debido a lo malhumorada que estaba.

Oímos el llamado de Ciro, y fuimos con él.

— Pareces un chacal cuando estás enojada... — no comprendí el por qué había dicho eso, y no pude evitar fulminarlo con la mirada — no es muy frecuente verte así — sonrió — eres más linda cuando estás feliz. — sus palabras eran lindas, pero no conseguía sacarme de mis pensamientos. — ¿Qué fue lo que pasó?

— Aún intento procesar lo que pasó...

— Pues cuando acabes de procesarlo podrías contarme.

— Seguro...

Al llegar, mis hermanos y las de Unan ya estaban en el lugar esperándonos. Henno me miró con culpa, pero yo lo ignoré. Ciro y Rissa esperaron a que todos los aullidos cesaran para ponernos al tanto de lo que se trataría todo.

— Como les dije días atrás. Ya son adultos, y son capaces de sobrevivir por su cuenta. — dijo Rissa — ahora son libres de escoger su camino.

— Este es el momento en el que pueden escoger a dónde quieren vivir. — continuó Ciro — una vez tomada la decisión, no habrá vuelta atrás.

— Andando — finalizó Rissa.

Seguimos a Rissa y a Ciro hasta llegar a un claro, en donde ya estaban presentes un par de manadas. La del Este, y la del Sur.

— Sean bienvenidos, jóvenes de la manada del Norte. — dijo un lobo anciano que se encontraba junto al alfa de la manada del Este. — ahora solo falta la manada del Oeste.

Tuvimos que pasar un rato recostados a la espera de que la manada del Oeste apareciera.

— Lamento la tardanza.

Todos nos sorprendimos al ver el aspecto de quien parecía ser el alfa de la manada. Su pelaje estaba enmarañado y con lo que parecían heridas de pelea.

Noté que los alfas se miraron y murmuraron entre ellos.

— Ray — dijo el lobo anciano — ¿Estás bien?

— Lo estoy — dijo en tono cortante — si nadie se opone, quiero ser el primero en presentar a los jóvenes. — miró al anciano, quien luego de mirar a los alfas, asintió con la cabeza en señal de aprobación. — y comenzaré por esta loba — un par de lobos empujaron a una loba con las mismas heridas que el alfa, pero un poco peor — su nombre es Kaila. Y es el engendro de Mira, una loba de mi manada, y del Lobo solitario, Tommen. — miró con desprecio a la loba que estaba en el suelo — No voy a aceptar a este ser en mi manada. Ni mucho menos después de atreverse a atacar a su alfa.

— Alfas... — dijo el anciano — conocen la regla.

Todos guardaron silencio. Y tanto yo como los demás, desconocíamos a lo que el anciano se refería.

— ¡No pueden hacerlo! — una exclamación se escuchó entre la manada del Sur.

Tyler salió al frente y se puso en frente de la loba a modo de protección.

— ¡Nada de esto es su culpa! — parecía afligido.

— Muchacho no interfieras — dijo el anciano.

— No comprendo... — murmuré a Unan — no pueden hacer qué...

Entre lobos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora