Capitulo 27

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Liv

Había sido una situación incómodo. Ambos lobos habían comenzado a discutir sobre lo que había ocurrido seis lunas atrás.

Coddy era reservado, por lo que me llamó la atención el que llamara a Sura mientras se marchaba, y mas, luego de haber tenido una discusión como esa. Coddy parecía distraído, sumergido en sus pensamientos.

— ¿Qué querías decirle a Sura antes de que se fuera? — le pregunté mientras caminábamos de vuelta, pero pareció no escucharme; asique volví a hablarle con un tono mas fuerte.

— Te oí la primera vez...

— Entonces por qué no respondes...

— Qué es lo que quieres... — respondió irritado

— Que me respondas...

— Olvídalo...no era nada importante... — de pronto se detuvo y me miró seriamente — no le digas a papá lo que pasó ahora.

Me sorprendió que Coddy me pudiera eso, pero por alguna razón, accedí a no decir lo que había pasado.

— Está bien... — respondí dudosamente.

— Nos vemos... — comenzó a caminar rápido

— ¿A dónde vas? —le pregunté rápidamente.

— Por ahí... no te preocupes, volveré al anochecer...

Coddy se marchó a trote rápido en dirección al oeste, lugar en donde se encontraba el río que cruzaba nuestro territorio, el de la manada del sur y el de la manada del este. Y como aquel río se hallaba cerca a nuestra guarida, no tenía de qué preocuparme.

Al entrar a la guarida, Hanna y Henno jugaban como todas las noches a perseguirse y a ver quién era más fuerte, claro que Hanna siempre ganaba, y Henno se rendía porque no aguantaba que Hanna le tirara las orejas. A un lado, se encontraba papá, recostado con la cabeza pegada al suelo. Y como cada noche, me recosté junto a él para dormir.

— Lamento meterte en problemas hoy – dije

— Descuida – dijo levantando la cabeza para mirarme – yo también tuve culpa en ello, no te preocupes – me lamió la frente – aún les queda mucho por aprender antes de que escojan su camino.

— Y que pasará cuando eso pase...

— Es posible que nos separemos... o que vivamos en la misma manada pero en guaridas diferentes. Probablemente escojan a sus parejas, o quieran formar su propia manada junto con otros lobos que tomen la misma decisión, aunque eso nunca sucede.

— Y que pasará contigo... — pregunté

— Yo seguiré aquí... satisfecho por haber podido criarlo como a mamá le hubiera gustado.

— Entonces yo me quedaré aquí contigo... y por qué no, nos quedaremos todos para siempre... — papá rió ligeramente.

— No es una decisión que ustedes tomen... — de inmediato comprendí a lo que refería.

— ¿Nos echarías de nuestro hogar?

— Ciro y Rissa deberán hacer lo mismo con los suyos. Algún día simplemente ya no podrán entrar más a su hogar, y deberán buscar otro por sus propios medios.

— ¿Nos echarás de nuestro hogar un día de estos y sin previo aviso? – dije pareciendo molesta y confundida por el tono de mi voz.

— Las madres pájaro lanzan a sus pequeños del nido cuando saben que ya están listos para volar.

— Si pero...

— Aún no es el momento para eso, pero cuando lo estén yo lo sabré, y créeme...será más difícil para mí que para ustedes. ¿comprendes cómo es esto?

— Si... comprendo — dije en un suspiro

De pronto, un trueno hizo retumbar el interior de la guarida, un relámpago iluminó el exterior, y comenzó a llover.

— El invierno comenzó – dijo papá – ¿en dónde está Coddy...? – preguntó.

— Ya debe estar por volver, dijo que volvería al anochecer...

— Eso espero... — dijo.

Tiempo después llegó Coddy, pero estaba cubierto de lodo y mojado hasta las orejas

— ¿Y a ti qué te pasó? — dijo Hanna riendo.

— Maldito Zyner, Unan... — dijo refunfuñando – ya verán...

— ¿Qué pasó?, Coddy – preguntó papá.

— Esos malditos de Zyner y Unan se aprovecharon de que estaba distraído en el río y se lanzaron asiendo que callera... Lena me ayudo a salir, pero luego ellos me empujaron al lodo.

— Quédate fuera un momento, la lluvia te ayudará a quitarte el lodo de encima... — le dijo.

— Está helando afuera...

— Pero te enfermarás si te quedas con el lodo sobre ti, si te lo quitas podrás secarte más rápido...

Coddy resopló y salió de la guarida para hacer lo que papá le había dicho. Mientras, papá volvió la mirada hacia un rincón. Luego de un momento Coddy volvió a entrar, ahora estaba mas limpio; se sacudió otro rato, y se recostó alejado de todos. Papá volvió la mirada hacia él con una expresión dubitativa.

— Por cierto... ¿Qué hacías en el río? Y ¿cómo es que no lograste sentir la llegada de los chicos de Ciro? Por lo general son muy ruidosos para todo lo que hacen, si no fuera por Lena no serían capaces de cazar ni siquiera un conejo.

— Tiene razón – dije

— Solo estaba distraído... ¿sí? Déjenme en paz...

— Haz estado irritable toda tarde... — dije.

— Así que...Lena... ¿eh? – dijo Henno.

Coddy levantó rápidamente la cabeza y fulminó con la mirada a Henno, pero este no se vio intimidado. Ya era bien sabido por nosotros que Lena mostraba un cierto interés por Coddy, aunque no sabíamos por qué. Y Coddy no se quedaba atrás, siempre que Lena aparecía él se quedaba sin habla.

— Cierra la boca, Henno. O Hanna te tirará las orejas hasta hacerte chillar como un ratón... pero supongo que eso hasta un cachorro lo puede hacer – se burló.

— Y eso qué... al menos no soy un fenómeno multicolor...

Ambos comenzaron a gruñirse.

Entre lobos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora