Naruto Shippuden / Iridiscencia

Capítulo 15: La cueva

Una vez todos los integrantes estuvieron cerca del cuerpo, sus rostros se tornaron unos curiosos y otros horrorizados.

—¿Quién es él? —preguntó Naruto—. ¿Por qué si acabamos de ganar a Itachi, no está presente?

—No tengo idea —dijo Anko.

En el suelo se encontraba un ninja de rostro desconocido, llevaba un uniforme, sin embargo, había algo que estaba claro, solo por ver su banda en la frente.

—Yo... creo que lo conozco —dijo Temari—. Es alguien que vive en Sunagakure, lamentablemente, no tengo más datos.

—Necesitaras más datos —dijo Kakashi—. Guarda su cuerpo en un pergamino, examina ahí de quien se trata.

—De acuerdo.

Temari sacó de su bolsa, un pergamino, lo lanzó al suelo, dejando ver el papel blanco. Realizó varios sellos sobre el cuerpo del individuo, hasta que desapareció, una marca fue hecha en el lado.

—Lo tengo —dijo Temari, se levantó del suelo, sacudió su ropa.

—¿Karin? —Anko preguntó, su atención enfocada en ella.

—Lo detecto —dijo seria—. Sé donde esta, tenemos que ir al noroeste.

—¿Cuán probable es? —preguntó Kakashi.

—La señal para controlar al individuo proviene de dos lugares —dijo Karin—. Uno que se encuentra muy lejos, como a 7 días de aquí. El otro... pues está a 1 hora. Diría que 80% de probabilidad de acertar.

—Es suficiente entonces —dijo Anko.

Karin fijó la vista en un lugar lejano, donde la presencia de algo la estaba molestando desde hace algún momento.

###

—¿Itachi? —preguntó Kisame, desconcertado

Itachi había abierto los ojos, luego de un largo rato.

—¿Sólo media hora? —dijo Deidara burlón—. ¡Que torpe!

Itachi se mantuvo impasible, como si ese no fuera su problema.

—Lo ha hecho bien —dijo Pain—. Solo faltaría una hora para concluir con la extracción.

—¡Es horrible! —Zetsu apareció entre los miembros, su cuerpo se agitaba.

—¿Qué sucede? —preguntó Pain.

—La niña, la del cabello rojo ¡me ha detectado! Se dirige hacia aquí —dijo Zetsu—. Lo lamento tanto, líder.

Pain suspiró.

—No es necesario la alarma —dijo Pain—. Entonces es así como es, no importa. Konan y Hajime, hagan temblar a los llegados. Muestren el dolor, que teman hasta que vayamos a Konoha.

—Sí —ambos respondieron.

###

Llegaron al lugar indicado por Karin, era un lugar rodeado de montañas. La composición del entorno era parecido a la de un bosque, lleno de vegetación.

—Son unos tontos —Anko observó la puerta Zen.

Karin lo olía, las diferentes emociones que transcurrían en el lugar. Incluso ella tenía frío sobre el cuerpo, esa ansiedad que le impide moverse.

—¿Qué es esto? —preguntó Sakura.

Señaló una marca de papel en la puerta, con un sello específico. Aunque Sakura había lanzado la pregunta al aire, en realidad esperaba que alguien en particular respondiera.

Karin le dio su mochila a Anko, comenzó a observar con detenimiento.

—Es un Fuinjutsu —dijo Karin—. Sobre de que es...

—¿Podríamos romperla simplemente? —preguntó Sasuke.

—¡Si Gaara está ahí, deberíamos de hacerlo! —dijo Naruto.

Temari abrió los ojos, también estaba preparada para esto.

—Necesito... necesito —Karin murmuró ensimismada, agarró su mochila nuevamente, sacó un cuaderno y lápiz.

—¿Sakura-chan puedes romper esta roca? —dijo Naruto, chocando su puño.

—... Eso... —Sakura miro a Karin, en busca de su aprobación.

—Espera un poco, primo —dijo Karin, mientras seguía escribiendo y viendo la hoja—. Lo tendré en cinco minutos, espero.

—¿Cuál es la razón de que no podamos romper la pared? —dijo Temari, impaciente.

—Estos sellos —dijo Karin, marcaba la hoja—. Están hechos con contratos a la "naturaleza", mientras sepas programar y guiar a la naturaleza, puedes hacer infinidad de cosas. Quitar un sello sin siquiera identificar es algo irresponsable, tan solo asumir las consecuencias del Fuinjutsu nos puede quitar más tiempo que evitar su activación.

Karin prosiguió con su trabajo sin quejas, algunos se lo guardaron en su interior.

Cuando terminó, miraban ansiosos sobre lo que hacer a continuación.

—Este es un pentasello —dijo Karin—. Es de muy alto nivel, si lo desmarcamos sin aviso, utilizará nuestro chakra e intentará igualarnos con cinco copias, parecido al Kage Bunshin. No descansarán hasta terminar con nosotros.

—Niña ¿qué hacemos entonces? —dijo Anko.

—Simple, usamos algo similar. Usaré [Kage Bunshin], y las quitaré de encima —dijo Karin—. Cuando se active, haré que desaparezcan, al igual que los enemigos.

—Yo tengo más chakra —dijo Naruto, decidido—. Mejor lo hago yo.

—Diré que no, primo —dijo Karin—. Quien sabe lo que pueda pasar.

Sacó de su mochila unos radios, útiles para comunicarse, los dejó en el suelo.

Karin juntó sus dedos en cruz, hizo cinco clones, ellas asintieron, se colocaron los radios y se alejaron, como sabiendo en que dirección tenía que ir cada una.

Hizo una señal para que se alejaran, una vez que estuvieron una distancia considerable, finalmente comenzó a trabajar.

Sus dedos colocados sobre el papel, a punto de sacarlo.

En un momento, junto todas sus fuerzas, el papel fue despejado de la roca.

El papel despejado comenzó a tomar forma, imitó la figura de Karin.

El clon corrió hacia el grupo, se quitó el radio y lo lanzó a la original, quien lo atrapó en el aire, al final, el clon desapareció en humo blanco, al igual que la otra figura.

Por el lado noreste, norteoeste, volvieron a reaparecer los clones, repitieron la misma escena.

Al final, el camino estaba despejado.

—Buen trabajo, niña —dijo Anko simplemente, tocó su hombro y avanzó.

Ahora estaba al frente, la respuesta a las interrogantes.

Los chakras olían desesperados, ansiosos, con ganas de conocer la respuesta.

—Sakura, haz los honores —dijo Kakashi.

—Sí —dijo.

Sakura avanzó al frente del grupo, saltó hasta llegar al centro de la roca, retrajo su brazo, apretó el puño y golpeó.

Los pedazos de piedra volaron hacia el interior de la cueva, todos se acercaron deprisa.

Era oscuro, la humedad se hacía perceptible en sus narices.

En el centro se encontraban dos personas.

Una era la mujer de cabello azul, el otro... era alguien conocido.