Capítulo 101: Entrenamiento y Amegakure

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La olla frente a él botaba humo, Hajime contaba los segundos para finalmente apagar el fuego.

Mientras hacía eso, también se puso a pensar en distintas cosas, por ejemplo, lo que pasaría a continuación. Decir que la corriente se lo llevaba era poco decir, desde que regresó a la aldea, todo se había vuelto impredecible. Incluso con lo de Gaara volviendo como si nada a Konoha.

Hajime apagó el fuego y esperó a que enfriara lo suficiente.

Mejor si empezara a mover los hilos, no es que no quisiera antes, solo que debido a la carga en su trabajo de estratega, además de otros pensamientos a Hajime no le quedaba mucho tiempo. En este viaje, de hecho, había podido estudiar más sobre lo que ocurría que toda la semana en Konoha.

La olla se enfrío lo suficiente, el viento frío movió el pasto donde se encontraba sentado, sus manos fueron hacia la olla con el objetivo de calentarse.

—¡Disculpa! Esa personita que se me vigila.

Como nadie contesto, tuvo que recurrir a su última estrategia.

—¡Diré que nos atacaste mientras entrenábamos! —gritó Hajime.

—¡¿Cómo puedes ser tan descarado?! —una ninja apareció frente a Hajime, una máscara en su rostro—. ¡Ya te conseguí esas hierbas de no se que! ¡No molestes!

Era un AMBU de la aldea de Kumogakure, a diferencia de su ropa que es propia de la región, no hay mucha diferencia con Konoha.

«¿Cómo eres AMBU con esa actitud?».

—Ahora mismo ¿qué estás pensando sobre mi? —el AMBU tronó sus dedos.

—Nada —dijo Hajime—. ¿Podrías traer dos tazas grandes? Ya está listo.

—¡Consigue eso tú! —dijo el AMBU—. Anda, te vigilo y no pasa nada.

—Es que tu conoces el lugar, rápido pues —dijo Hajime.

—¡Ay! —el AMBU levantó sus brazos.

Desapareció por unos instantes y luego volvió a aparecer. En vez de dos, trajo tres tazas.

—A mí también —dijo el AMBU—. Tengo sed, vigilar me produce un estrés increíble, ¡rápido que no tengo todo el día!

Karin quien hasta ese momento hacía abdominales, junto a Sakura quien estaba en posición de meditación, fijaron su atención al AMBU, ambas un poco divertidas.

—Ya, ya —dijo Hajime—. Aunque eso es muy poco profesional de tu parte, los ninjas no son como antes...

Hajime secó una lágrima inexistente, la chica movió su cuerpo histérica.

—¡Tenemos la misma edad! —el AMBU quitó su máscara-. ¡Ves!

«¿Quien lo diría?», pensó Hajime con cierto sarcasmo, «Era Karui».

No sabía la razón, pero verla comportarse de ese modo casi histérica, inspiraba en Hajime el afán de tratarla como a una niña. De todos modos, decírselo en su cara sería demasiado grosero, por lo que conservó esas palabras en su corazón.

—Karin, Sakura, descansen por un rato —Karui dejó las tazas en el pasto y Hajime vertió el líquido en ellas.

Karui observó con detenimiento el contenido de la olla, todas las hierbas que le había conseguido, habían sido algunas cortadas y otras puestas sin ninguna modificación en la olla. Lucía terrible en su estado, era como un organismo vivo.

—Sabes que... mejor no —Karui se alejó un poco.

—Me suena de algo esto —dijo Karin—. ¿No era esa receta...? ¡Ah...! ¿Cómo se llamaba?

—Yo tampoco recuerdo mucho el nombre —dijo Sakura—. Su función... creo que era la de hidratar, la verdad nunca lo había preparado para mí.

—Así es, Sakura, que buena alumna eres —dijo Hajime—. ¡Vamos, prueba! ¡Lo hice para ti!

—Jaja —Sakura sonrió nerviosa—. Ok...

—Sé que parece que es un ser vivo —dijo Hajime—. Pero te aseguro que lo vale, te va a ayudar.

Sakura tomó la taza con un poco de dudas en su rostro, tomó un sorbo y con la taza a la altura del estomago, ella abrió los ojos.

—Es muy fresco... que peculiar —dijo Sakura, tomando otro sorbo—. No sabe tan mal.

—Exacto —dijo Hajime—. Gracias por confiar.

Karin tomó un sorbo y ladeó su cabeza, como aceptando que no estaba tan mal. Karui todavía tenía dudas, su mano se estiró para agarrar la taza, un sorbo. Karui lo miró directamente.

—... ¿Cómo está el chico? —dijo Hajime—. Hiro.

—... Si le hubiera pasado algo, no tendría esta conversación contigo —dijo Karui—. Tenía problemas financieros y le ayudaste un poco con eso, es todo.

—Entiendo —dijo Hajime.

Los días pasaron tranquilamente, sino fuera por las personas yendo de un lado a otro, eso sería. Los Kage llegaron a la aldea, fue una entrada un tanto silenciosa en comparación, en tiempos de guerra, no había lugar a formalismos.

No pasó mucho tiempo hasta que le llamaron, dijo a Karin y Sakura que siguieran mientras él se quedaba. Uso el [Hiraishin no Jutsu] para ir hasta la puerta directamente, tendría que dar explicaciones luego, pero no podía perder más tiempo.

Ya había decidido lo que tenía que hacer.

Al ingresar a la sala, los Kage estaban haciendo un circulo alrededor de la mesa del Raikage, todos los miraron.

—Hajime, es hora —dijo Tsunade.

—Pensar que tenemos que confiar en ti —dijo el Tsuchikage.

—De todos modos, no podemos esperar más tiempo —dijo Mei. Tenemos que empezar ya.

—Por ahora, mi hermano y el Jinchuriki del Kyubi están en una isla —dijo el Raikage—. Solo nosotros conocemos la ubicación, estará bien mientras no seamos capturados.

—¿Cómo será la formación? —dijo Gaaraÿ. Como están las cosas, nos hemos tardado demasiado en generar un contraataque.

—Antes de eso, tenemos que mover todo el equipo —dijo Tsunade—. El enemigo está en la aldea del Kasekage, podría ser beneficiso por un rato, pero el terreno y demás todavía lo hacen de difícil acceso. Es primordial conseguir una base cercana y que no confabule con los intereses de ningún líder.

—¿Qué intentas decir? —preguntó el Raikage.

—Hajime afirma que puede conseguir la autorización de la líder de Amegakure —dijo Tsunade—. Es una posibilidad, pero no podía tomar esa decisión yo sola, ¿podemos autorizar que vaya?

—¿Lo tienes bajo control? —preguntó el Tsuchikage.

—Eso no es del todo cierto, pero...

—A estas alturas... —dijo Mei—. Tener este tipo de discusión es muy tonto, podemos pasar a debatir durante todo el día y llegar a una conclusión pero...

Mei observó a Hajime.

—¿Puedes hacerlo en diez minutos? —dijo Mei—. Ese es el tiempo que te daremos en conseguir la oferta. ¡Ve!

Hajime posó su vista en los demás Kage, pero ellos no pronunciaron nada, en vez de eso, siguieron trabajando.

Hajime afirmó en silenció y se marchó.

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora