Capítulo 56: Seguro

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Como un animal esperando que su presa se descuidara, con el máximo cuidado posible que tuviera, había investigado este territorio, esta casa en particular, para poder matar a Hanzo.

Los seis caminos entraron a su casa, este estaba desarmado. Corrió hasta una esquina para defenderse.

—¡Bastardo! —gritó Hanzo—. ¡Atreverse a atacarme en mi casa! ¡Cobarde!

—Te equivocas —dijo Pain—. Desde mi perspectiva, tú eres el cobarde, yo soy el justiciero.

—Si tuviera mis armas... —dijo Hanzo, rebuscando en la habitación—. ¡Te torturarí...!

Una corte limpio a su pecho, la sangre brotó de ahí hasta caer al suelo.

—Mi justicia prevalecerá sobre la tuya —dijo Pain, agarró el cuello de Hanzo y lo elevó.

—¡Co-Cobarde! —Hanzo apena podía pronunciar palabras—. Eres un cobarde, atacándome en el momento en que estoy desarmado.

Pain lanzó a Hanzo a la esquina nuevamente, este raspó su ropa al caer al suelo.

Hanzo tosió y se derrumbó.

—Veo que eres un hombre al menos —dijo Hanzo—. ¡Tú y yo nos enfrentaremos...!

—Nuevamente, caes en un error —dijo Pain—. Esta va a ser la última vez que tenga miedo, quiero que sea especial. Por ahora y más adelante, te mataré sin tormento, te convertirás en la prueba de que he trascendido, me he sobrepuesto al dolor y soy capaz de guiar a otros.

—¿Qué estás diciendo? —dijo Hanzo.

Pain dejó a los caminos a cargo de Hanzo, se fue y abrió un armario.

—¡Deja de hacer eso! —dijo Hanzo—. Esas son mis...

Pain agarró una guadaña afilada, pulcra y limpia.

—¿Ha cuantos has matado con esto? —dijo Pain, mientras balanceaba la guadaña—. Um... será eficiente.

—¿A qué te refieres con...? —dijo Hanzo—. Tú... ¿qué cosa eres...? No eres un hombre... atacas a traición.

La guadaña bajó, produjo una perforación en el centro de su pecho, Hanzo no luchó. Ese día, falleció.

Pain se detuvo observando el cuerpo de Hanzo por varios minutos.

Konan entró por la ventana, inclinándose ante Pain.

—Ahora, eres el líder de Amegakure, Nagato —dijo—. Por favor, guía a este pueblo hacia la prosperidad.

—... Estoy seguro de que era más fuerte —dijo Pain.

—Lo atacamos en el momento donde era más vulnerable —dijo Konan—. Puede que no sea un victoria limpia, pero es una victoria.

Pain levantó su mano, sus ojos morados observaban con cuidado cada pequeño detalle, como si estuviera buscando algo.

—Me siento un poco más seguro —dijo Pain—. Aunque, todavía sigo temblando.

—¿Qué quieres decir?

—Intente ser una persona decente —dijo Pain—. Pero este mundo, todos desprecian al débil, si eres incapaz de llegar a un acuerdo con el fuerte, mueres, justo como unos salvajes, estamos condenados. Aún con leyes para defender al débil, el fuerte puede seguir imponiéndose sobre ellas, como este sujeto...

Nagato se giró hacia Konan.

—Pero todavía, aún si pudiéramos haber llegado a un acuerdo —dijo Pain—. Me controlaría, se burlaría de mí, de lo que intento lograr.

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora