Naruto Shippuden / Iridiscencia

Capítulo 97: ¡Equipo 7!

Sentados en una roca al costado del camino, ya un tanto alejados de Konoha, un grupo de ninjas esperaban con paciencia la llegada de esas personas, Naruto en especial pisaba el piso repetidamente, con cierta molestia en su rostro.

—¡Estoy harto! ¡No puedo seguir esperando! —gritó Naruto, alzando ambos brazos en protesta—. ¡Podemos avanzar sin ellos!

—Ordenes de la Hokage —suspiró Kakashi—. Además, no hay razón para apresurarnos.

Sakura cruzó sus piernas y miró con escepticismo a Kakashi.

—¿No hay razón, Kakashi-sensei? —dijo Sakura—. Mañana empieza la guerra, por si se le ha olvidado.

Kakashi zarandeó su mano aburrido, como diciendo: no le des importancia a esos detalles.

Sasuke abrió su mochila que estaba en el suelo, sacó una botella de agua y bebió, limpió su boca con el brazo. La intención es que nadie notara su nerviosismo, al igual que lo hacía Naruto.

Mientras Mitarashi Hajime se acercaba, al lado caminaba Mitarashi Karin. Ambos cargaban con sus mochilas. Karin por su parte, llevaba la típica vestimenta de Jounin de Konoha; Hajime, llevaba un polo de color verde y un pantalon negro simple, a simple vista, parecía un aldeano.

Al ver como Sakura desvió la mirada en cuanto llegaron, entendió más o menos lo que ocurría con la insatisfacción de su grupo y el suyo incluido. Después de tanto tiempo fuera, ninguno le tenía la suficiente confianza para hablarle, este viaje, sería muy incómodo.

Tenía razón la Hokage al mandar al equipo Kakashi en la misión para escoltar a Naruto, pero hacerlo junto a Hajime era un riesgo muy alto.

Solo viendo la espalda de Naruto, Sasuke continuó pensando en lo difícil de su viaje. Karin se apartó de Hajime y se acercó a Sakura, un abrazo y un beso fue su saludo. Como esperando eso, Naruto se puso de pie, sus manos sosteniendo las cuerdas de su mochila.

—¿Está bien ahora? —dijo Naruto.

No le podía ver los ojos, aun así, pensaba Sasuke que había algo importante en esas palabras, que incluso Hajime se mostró desorientado y desvió la mirada.

—Está bien ahora —Hajime dio un masaje a su brazo—. Lo siento.

«Es Naruto, después de todo», Sasuke sonrió un poco.

Naruto y Hajime estrecharon sus manos, al momento de voltear, Naruto había sonreído como nunca antes lo había visto Sasuke.

—Supongo que todo está listo —Kakashi sonrió debajo de su máscara—. Mientras avanzamos, explica los planes.

Sin esperar respuesta por parte de Hajime, Kakashi avanzó, fue seguido por todos de inmediato.

—¿De verdad crees que lo mejor es que yo hable? —dijo Hajime.

—La Hokage tiene buen tacto para escoger en quien poner su confianza —dijo Kakashi—. Sino tiene ninguna queja contra ti, puedo confiar también. He pasado mucho tiempo lleno de resentimiento contra algo que no comprendo, cuando al final solo se trata de esperar. Te conoceré por lo que haces, Hajime.

—¿No es eso un poco irresponsable?

—No lo sé, no me pongo a pensar mucho en eso —dijo Kakashi.

—Gracias... —dijo Hajime—. No era necesario pero... gracias.

—De nada.

Hajime tosió, tenía un poco de rubor en su rostro, miraba a todos con un poco más de esperanza, aunque solo duro por un momento.

—La Hokage necesita llevar al Jinchuriki del Kyubi, o sea Naruto, a Kumogakure —dijo—. Nuestra misión es escoltarlo y que no le pase nada durante el trayecto y en la misma visita, las verdaderas intenciones de Kumogakure no son muy claras. Karin me acompaña debido a que dejarme ir solo haría que Tsunade empeorará su imagen, tengo entendido que la mayoría la conoce como su discípula, así que lo toman como si fuera su representante.

—¿Siempre eres tan sabelotodo? —preguntó Karin.

—Tú eres la que tiene lentes... —dijo Hajime.

—¿Estás? —Karin sonrió, tocó sus lentes—. Son solo para aparentar.

Sakura, quien estaba por completo inmersa en su explicación, miró hacia otro lado.

—¿Solo para eso? —preguntó Sasuke.

—... Que raro —dijo Hajime—. ¿No sonó muy convincente?

—Tú siempre tienes segundas intenciones —dijo Sasuke—. Te conozco algo...

—¡Qué malo! ¿Así es como me ves? —dijo Hajime, con cierto disgusto.

Hajime rascó su cabeza.

—Puede que de esa impresión realmente... —Hajime observó el cielo, las nubes—. Quiero... bueno, ya que Naruto entrenará como nunca en su vida, hasta el punto de desfallecer...

—¿Yo qué? —Naruto se alejó de Hajime, asustado.

—Quisiera que ustedes hagan lo mismo —Hajime sonrió—. Excepto Kakashi, él ya sabe todo lo que tiene que saber.

Kakashi levantó sus dedos, en respeto.

—¿Nosotros qué? —repitió el resto.

—Claro, ¡es momento de los entrenamientos! —dijo Hajime—. Lo haremos en los campamentos que armemos, no se preocupen, tan solo imaginen que van de paseo en un bote mientras reman con palos de madera en un mar de lava ardiente.

—¿Qué clase de analogía es esa? —dijo Karin—. No tenía idea que la vieja quería que entrenara... supongo que ella es así...

—Será como los viejos tiempos, tranquila... —dijo Hajime—. Tus piernas apenas podrán sostenerse, nada malo en ello.

—¿Cómo que nada malo? —dijo Karin—. Era terrible, en serio...

Karin bajó la cabeza, recordaba algo, Sakura no sabía que sería, solo sonrió divertida.

Luego, Karin recordó algo en específico, su rostro empezó a sudar, también estuvo algo acongojada.

—Que calor... —murmuró Karin, viendo de reojo a Hajime.

—Y... ¿en qué nos entrenarás? —preguntó Sakura.

Hajime volteó su cabeza para verla por un rato y le sonrió, pero, cuando iba a hablar, Sakura interrumpió.

—¿Se trata sobre el [Byakugo no in]?

—...¡Qué perspicaz, Sakura! —dijo Hajime—. Al menos para ustedes dos, eso es lo que quiero hacer.

Sakura sonrió, Naruto la vio y comenzó a reír con fuerza.

—Me alegro, tienes razón, Hajime —dijo Naruto—. Estos es como en los viejos tiempos, ¡el equipo 7!

—... Tienes razón... —dijo Hajime, observó a Karin—. Bueno... el equipo 7 y Karin.

—Ah... yo sobro —Karin sonrió.

—Eres la infiltrada.

—Anda a tu esquina oye... —Karin empujó a Hajime, le sacó la lengua en burla.

Sakura intentó sonreír.