Pero lo nuestro no.
Había desaparecido todo rastro de su existencia, Madara había caído. Naruto anunció con prontitud la gran victoria, el grito de euforia de los ninja presentes hizo eco en todo el ambiente.
Unos se abrazaban entre sí, estrechaban sus manos y sonreían, algunos todavía pensativos bajaron la mirada ya cansados, las parejas se dieron un beso aunque estuvieran sucios, aunque las lágrimas salieran de sus ojos, se acariciaban, se daban palmadas en la espalda.
En todo la celebración, la mayoría parecía haber sido liberado de una gran carga.
Solo este tipo se negaba a hacer lo mismo, Hajime ocultó sus alas y el aspecto de sus ojos volvió a la normalidad.
—¡Niña! ¡Ha sido bastante! —Anko gritó cerca de Karin, abrió sus brazos—. ¡Vamos! ¡Vamos!
Sin esperar que ella diera su consentimiento, Anko abrazó con fuerza a Karin, esta no pudo hacer nada para liberarse de su agarre, por lo que lo dejó ser.
Cuando se separaron, Karin no pudo dejar de mirar de reojo a Hajime, Anko notó este comportamiento e imitó su acción, pero, contrario de lo que esperaba, ella solo sonrió. Acarició el cabello de Karin, luego su gesto se tornó triste, como alguien aceptando algo que le causa dolor, como si no dependiera de ella en absoluto.
—¿Qué está pasando? —preguntó Karin.
Y Anko continuó acariciando su cabello, arreglándolo, intentando no pensar.
—Está pasando... la decisión.
Hajime dio un recorrido rápido a todas las personas presentes, sus ojos se cruzaron y este sonrió levemente, el pecho de Karin le oprimía. Konan se acercó junto a Hajime, discutieron un poco, luego parecieron llegar a un acuerdo.
Anko levantó su mano y Hajime levantó su pulgar, luego despacio, en silencio, se fue alejando de la multitud junto a Konan.
—¿Qué le pasa a ese? —preguntó Karin.
—Que es un desagradecido —dijo Anko.
Anko sacó su lengua.
—Ah... —dijo Anko, sonriendo, pero llorosa—. El fin de la guerra me produce lágrimas.
Y ella se vio solitaria, como si alrededor de todos, fuera la única, un semblante triste, melancólica, insegura.
Los ojos de Karin se achicaron lo más que pudieron, estaba enojada.
Apartó a Anko lo más rápido que pudo y esquivó a las personas, su figura todavía se notaba, pero se hacía tenue, muy tenue.
Salió de la aldea con el amanecer cercano, allí estaban ellos, tanto Konan como Hajime. Ambos se abrazaron y estos se miraron, caminó y estuvo a su costado, dándole la espalda.
—¿Tú eres Karin?
—Sí...
—Te puedes quedar aquí, si deseas —dijo Konan—. Lo que pase a continuación será decisión tuya.
—¿Decisión mía?
—Se va a marchar, tú puedes volver y disfrutar de la gran fiesta de celebración —dijo Konan—. O puedes ir con él y esperar no salir más herida.
Sin decir más, ella se alejó y volvió a adentrarse a la aldea.
Las pisadas de Karin dejaron un hueco, sus pies no estaban en su mejor condición, de todos modos, Hajime tampoco lo estaba.
—¡Mírate! —dijo Karin, acomodó la casaca de Hajime—. ¡Eres un desastre y marchándote sin decir nada!
—En el camino me bañaré —dijo Hajime.
—¡No! —Karin tomó de la mano a Hajime—. Vendrás conmigo.
Cuando intentó arrastrar a Hajime junto a ella, no pudo lograrlo.
—Todavía te quedan fuerzas ¿eh? —dijo Karin—. Vamos de vuelta ¿ok?
—Es complicado.
—¡Vamos! —Karin negó—. Solo tienes que mover tus pies hacia el arenal, ¡habrá fiesta!
Hajime dejó de sostener la mano de Karin, sonrió con pesadez, como si le costara.
—Karin... sabes que podría haberme ido simplemente —dijo Hajime—. La única razón por la que he postergado eso, es porque te noté seguirme.
—¡Pero no te has ido! —dijo Karin—. ¡Eso significa que esperas algo! ¡Además...! ¿Qué es... esto...?
Karin bajó la cabeza y los brazos.
—¿Por qué te quisiste ir sin decir nada?
—Es difícil de explicar —Hajime rascó su cuello.
—Tengo tiempo, explica —Karin cruzó sus brazos.
—... No puedo seguir viviendo con ustedes... todo lo que he hecho ha sido empeorar las cosas —Hajime suspiró—. Mi sola existencia provoca estragos en los procesos... no puedo explicarme mejor, lo siento, solo puedo decir, que tú... no deberías de estar aquí, ni ellos allá, las personas que murieron no debieron morir.
—¿Y todo eso fue tu culpa? Que egocéntrico, dale un poco de crédito al universo por dejar que esas desgracias pasaran. Nada fue tu culpa.
Hajime miró hacia otro lado, no convencido de su respuesta.
—Escucha, Hajime, el hecho de que esté de pie aquí, en este lugar, en este momento, fue por mi decisión, eso es porque me necesitas, por eso he venido, porque somos amigos.
—No deberíamos de ser tan cercanos —dijo Hajime—. Eso también.
—Bueno, eso si fue tu culpa —Karin oculto una risa debajo de su manga—. Me ayudaste en ese momento, por eso somos cercanos.
—¡Por favor Karin! —gritó Hajime, molestó, moviéndose de derecha a izquierda—. Lo he notado, tienes amigos y amigas, una maestra amorosa y probablemente bastante dinero ¡tienes todo! ¿por qué este deseo de no dejarme? He dejado todo bien para ti y lo siento por todo lo anterior, en verdad sé que eres maravillosa, pero ahora, todo está bien, todo lo tienes, por favor, solo... me tengo que ir...
—No creo que quieras irte —dijo Karin—. De lo contrario, simplemente te hubieras ido.
—No quiero dejarte con esta mala sensación, eso es todo. Una vez que me vaya, seré inexistente, nunca más nos veremos, dejaré que fluya el mundo ¿por qué seguir intentándolo?
—Jaja, ¿por qué eres tan difícil, Hajime? Creo... que ya debería de estar muy claro para ti, el porqué lo hago.
—Sí, soy muy consciente de ello —Hajime bajó los ojos—. No soy estúpido.
—Lo dice el mono que se choca con la misma piedra, aunque debo admitir que no eres el único en tu especie.
—Tienes razón, ambos somos idiotas, al parecer.
—Sí.
Se quedaron callados, enfrentado en silencio, no sentían ninguna necesidad de hablarse. Eran como dos extraños que chocaron en la calle, aturdidos, no comprendían nada.
Hajime dio un paso atrás y Karin sintió como si ya estuviera lejos, como si escapara.
No lo iba a permitir.
—Se dice que ninjas de alto nivel son capaces de entenderse el uno al otro con solo pelear —dijo Karin—. ¿Quieres intentarlo? Tú y yo, no llegaremos a ningún acuerdo, esperemos que con esto lleguemos a un trato.
—No me contendré —dijo Hajime—. Detén tus intentos, vencería.
—Bueno, quiero solucionar esto contigo, aquí y ahora, sin importar los métodos.
—¿Por qué?
—Porque quiero que seas feliz, y espero que yo también lo sea.
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Naruto Shippuden / Iridiscencia
FanfictionDespués del abandono, Hajime tiene que lidiar con las consecuencias y sus amigos con el dolor. ¿Qué pasará en la segunda parte? ------------------------------------------------- Los personajes fueron creados por Masashi Kishimoto, a excepción de Ha...