Capítulo 33: Nos salvaré a todos

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Sus manos ejercían presión sobre la [Cuchilla de Chakra], Hidan hizo lo propio con la [Guadaña de tres puntas]. Sin dejar espacio para respirar, corrieron por el campo, saltaron, el sonido del metal con metal.

Shikamaru enfocado, la sombra persiguiendo a Hidan. Los dos se alejaron entre sí, tomar una distancia considerable. Asuma aterrizó lo más rápido posible, el otro no pudo hacerlo, esa sombra molesta. Por eso se quedó en el aire, su cabeza apuntaba al piso, su capa cayéndose, movió su mano y lanzó un kunai hacia el frente.

Asuma bloqueó el ataque con su arma, su mano desviada, la parte derecha vulnerable. Hidan había previsto eso, su arma se dirigió en esa dirección, la punta superior rozó el rostro, la sangre ahora impregnada en su arma.

Shikamaru hizo un ademán, Ino y Choji contuvieron sus cuerpos.

Era mucho más fácil ahora, concentró su atención en la sombra, se alejó lo suficiente de eso, frente a Asuma, para que lo tenga más difícil. El mango chocó con su brazo, tenía su arma devuelta.

Asuma aprovechó la oportunidad, realizó sellos con sus manos, inhaló aire, los cachetes inflados. Hidan corrió, sin embargo, no escapó, pisó el círculo, sus pies posados en las líneas del triángulo, luego abrió la boca, sacó su lengua y probó la sangre.

Sus manos adquirían un tono extraño, el gris primero, luego líneas blancas y negras.

—¡[Elemento fuego: Nube de ceniza]!

Su boca como si tuviera un encendedor, la combustión, una nube de humo caliente, había impactado de lleno.

Se propago por el campo, Ino cubrió su rostro, pisó más fuerte la tierra, Choji protegió a Shikamaru, quien seguía concentrado.

Ino observó al compañero de Hidan, imperturbable, no se había movido ni un centímetro. El humo se disipaba, una figura borrosa, no estaba segura de querer ver a continuación, ese cuerpo chamuscado.

Sin embargo, se había equivocado, porque estaba sentado, su pie derecho que lo mantenía apoyado, el otro en el suelo, parecía un tipo diferente.

Tenía la piel negra, marcas blancas que se asemejaban al esqueleto humano, se levantó, una sonrisa.

—Duele... ¿Verdad? —dijo Hidan.

—¡Asuma-sensei! —gritó Ino.

Estaba con el brazo levantado, de su cuerpo salía humo, su cuerpo ennegrecido, su ojos derecho entrecerrado.

—¡El juicio de Jashin-sama ha comenzado! —dijo Hidan—. ¡¿Ves esto, chica?! ¡Es maravilloso!

—¡Tú... maldito! —Ino corrió hacia Hidan.

Pero no fue detenida, el brazo de Choji le impedía el paso, como una montaña imponente. Luego, Asuma negó también, como diciendo que todavía no era el momento.

—Shikamaru, ¿q-qué pasó? —dijo Choji.

Aún tembloroso, a pesar de que intentaba cubrir a todos.

—Debe ser algún tipo de técnica... —dijo Shikamaru, sudando frío—. ¿Pero que puede ser...?

Intentaba ocultar se exasperación, pero para estos momentos, era cada vez más difícil.

Hidan cubrió su rostro, abrió los dedos, un único ojo visible.

—Pecador —dijo Hidan—. Ofrecerás tu vida como sacrificio, es la única manera de encontrar salvación, pero no te preocupes...

Los ojos abiertos, lineas rojas, extasiado.

—¡Compartiré tu sufrimiento! —dijo.

Su ropa ya había sido despedazada, desde el inferior derecho hasta la parte de su hombro izquierdo, introdujo su mano dentro de su cuerpo, un pequeño brillo, parecido a un cuchillo, del tamaño de un brazo.

Asuma con el brazo derecho caído, la parte izquierda todavía en condiciones, giró su [Cuchilla de Chakra] sobre sus dedos, lo sostuvo con firmeza y lo alzó, apuntó hacia Hidan, avanzó de nuevo.

Hidan percibió eso, apretó el filo, Asuma tomó precauciones, sin embargo, no lo apuntaba a él. Atravesó la capa, atravesó su pantalón, la carne, el filo pasó por completo por todo su cuerpo. No parecía sentir dolor, solo lo observaba, esperando algo.

Al hacer eso, la pierna izquierda de Asuma sintió el impacto, sucedió al pisar el suelo, por lo tanto, gritó de dolor, cayó hacia un costado, donde acababa de sufrir daño.

Gritó otra vez.

—¡¿Cómo tanto te duele?! —dijo Hidan—. Este placer, esta dicha, mi dolor se ha convertido en placer, espero que lo estés disfrutando.

—Está tocando su pierna izquierda... —dijo Choji—. Asuma-sensei también...

«Alguna especie de conexión...», pensó Asuma, «Todo lo que le pase me ocurrirá a mi también, viendo que es inmortal... esto es terrible... este tipo... es peligroso, si al menos ellos pueden huír...».

—¡Vamos, vamos! —dijo Hidan—. ¿Me perforo el pie, las manos...? ¿¡O quieres que acabe de una vez!?

Hidan colocó el filo al centro de su pecho, mientras reía.

—¡Shikamaru! —dijo Ino—. ¡Que no se mueva!

—¡Lo sé! —dijo Shikamaru.

La sombra se movió por el suelo, más rápida que antes, Hidan movió el arma, a poco tiempo de perforar, sin embargo, no pudo moverse.

Respiraba con agitación, Shikamaru centrado, sudaba.

Ino apretó su puño, si no fuera por esa extraña condición, ahora le partiría la cara al tipo, pero ahora se encontraba con una indecisión, buscó a Shikamaru, pero este apretó los dientes.

«Tranquilízate», pensó Shikamaru, «Debe de tener un punto flaco, cualquier técnica debe de tenerla».

A diferencia de la primera vez, Hidan pudo mover un poco sus músculos, signo de que Shikamaru perdía el control, el no poseía grandes reservas de chakra.

—Esto es muy tedioso, Hidan —dijo Kakuzu—. Los mataré a todos ahora mismo... además, Asuma Sarutobi me hará rico.

Choji se interpuso al escuchar eso, Ino también se precipitó.

—¡Soy bastante grandecito! —dijo Hidan—. ¡Estoy cerca de matarlo!

En eso, Hidan miró de reojo a Ino.

—Falta poco... —Hidan movió el filo unos pocos milímetros.

«Tengo que entender a este sujeto», pensó Shikamaru, «Voy a sacarnos de esta, si logro formar una buena hipótesis, el éxito será mayor.

Se le ocurrieron las frases que dice, "Jashin-sama y juicio", "ritual y maldición", "los preparativos", la sangre, la había probado, se apresuró al círculo, el cambio de color de su cuerpo.

Ya estaba, lo tenía.

Ese entendimiento de las cosas se desbordó incluso desde el exterior, más sereno, confiado, preparado. Ino se sorprendió por ese cambio, pero, luego lo recordó, ese era su amigo Shikamaru, después de todo.

—... Nos salvaré a todos —dijo Shikamaru.

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