Capítulo 79: Quinta Hokage

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El viento soplaba sus cabellos, Hajime había levantado su kunai, el filo brilló por la luz del sol, Karin se preparaba también para deternerlo, pero al final no pudo.

No por falta de valor ni mucho menos, era que un evento inesperado había ocurrido.

«¿Anko...?», pensó Karin.

Ella corría apresurada por el gran puente, Hajime también volteó a verla de inmediato, aturdido por esa aparición.

«¿Habría estado esperando por esto?», pensó Karin, «Puede que ahora...».

Anko sacó un kunai de su bolsillo, jugando con él por los aires, lamió sus labios.

Hajime no hizo ningún ademán de alejarla, incluso cuando se acercó lo suficiente como para acertar un golpe crítico hacia él.

En poco tiempo, Anko movió con intención asesina el kunai hacia el frente, la punta afilada atravesar con fuerza el cuello de Danzo, dejando una grave herida y haciendo que este se retorciera en el suelo hasta que sus latidos se detuvieron, Hajime soltó el kunai al instante.

—¡Anko! —Tsunade gritó—. ¡¿Por qué has hecho esto...?!

La mente de Karin era un lío, había muchas cosas que no entendía en estos momentos, se mantuvo al margen, para poder pensar un poco.

Anko no le prestó atención en lo más mínimo.

—Yo lo podía hacer —dijo Hajime—. No había necesidad de que...

—Lo sé, solo que no quería que te mancharas de sangre —dijo Anko.

—Ya lo he hecho —dijo Hajime—. Debo de curar este brazo...

—No es... gracioso —dijo Anko—. Notó tu incomodidad, no quiero que te conviertas en uno más del montón...

Blandiendo el kunai en el aire, la mayoría de sangre salió del kunai.

—Lamento que hayas tenido que ver a tu hermana hacer esto —dijo Anko.

—Para los demás, yo soy el peor ser que existe —dijo Hajime.

—¡Basta! —gritó Tsunade, apretó su puño, las heridas todavía no sanaron e hizo un quejido de dolor—. ¡Mitarashi Anko! ¡Explícate de una vez!

Paciente, como si no le importara en lo más mínimo la condición de Tsunade, se sentó en el suelo, alejada unos cuantos pasos del cuerpo de Danzo.

—¿No es bastante obvio? —dijo Anko—. Toda mi vida, mi lealtad ha estado al lado de Hajime, Konoha nunca fue la prioridad. Esa aldea y su gente, la detesto con todo mi ser, tanto tiempo aguantando sus insultos y prejuicios, no era feliz.

—¿Entonces estar al lado de un criminal te hace feliz? —preguntó Anko.

—Sí.

«Mentiras... solo está mintiendo», pensó Karin.

Su chakra, su flujo varía, es inestable. Esto solo podía pasar por una razón, que alguien como Anko tenga que mentir, es porque ha sido influenciada por un Genjutsu. Si ese es el caso, puede deberse a que Hajime descubrió donde estaba y la controló.

Ella misma no cree en esas palabras, era eso...

«¿Qué hago?», pensó Karin.

Había visto la batalla de principio a fin. Pensar que podría ganarle es solo una tontería, por la expresión de Tsunade, sus dudas están saliendo a flote, lo más probable es que Hajime lo haya hecho para desestabilizar de forma emocional.

Siendo ese el caso, ellas no podrían huir, sin importar lo que hicieran.

—Ahora, Tsunade-sama —dijo Hajime—. Siento haberte dado solo 4 minutos, pero, la situación es meritoria, mi brazo duele como no lo puedes imaginar, en estos momentos, pelear contigo será una satisfacción que no puedes imaginar.

—Hajime... las cosas que decían de ti... —dijo Tsunade—. En verdad cambiaste...

—La gente cambia —dijo Hajime—. Todos lo hacemos.

—...Tienes razón, a veces pienso que yo soy la única que sigue igual —dijo Tsunade.

—¿Esto tiene algún significado? —dijo Hajime.

Tsunade bajó la cabeza, pensando en algo.

—Yo... soy Senju Tsunade —dijo—. Todavía me faltó agradecerte por ese día en que me hiciste tomar una buena decisión.

Tsunade levantó la cabeza.

—Sin embargo, también... ¡soy la Quinta Hokage! —dijo Tsunade—. ¡No volverás a hacerle daño a nadie! ¡Te mataré incluso si tengo que sacrificarme en el intento!

Karin tragó saliva.

Hajime caminó a paso lento hacia ella, Tsunade tomó una posición defensiva.

Lo había decidido, no podía hacer otra cosa.

Karin realizó un sello con sus manos, un clon apareció a su costado, se asintieron.

El clon lanzó un shuriken hacia la cabeza de Hajime, este detuvo el ataque con sus dedos.

—Yo me encargo —Anko salió a un costado del puente.

En este lugar, no había nadie más que ellos, Karin salió del otro lado del puente, las [cadenas de diamantina] salieron de su espalda, con el objetivo de perforar a Hajime.

—¿Karin? —Tsunade dijo con confusión.

Hajime hizo varios sellos con sus manos.

—[Elemento hielo: Muro de hielo].

Los sonidos de los cristales hicieron eco por todo el ambiente, ocultando el cuerpo de Hajime.

Pero eso era inútil en contra de ella, las cadenas tomaron un rumbo distinto, no tenía idea de su posición original, solo que estaba detrás de ese muro.

Al ver la cara de sorpresa de Tsunade, quien miraba detrás, supo que había acertado.

Karin se acercó a la pared y de un puñetazo rompió el cristal, que hizo un sonido caótico al romperse en mil pedazos.

Hajime estaba ahí, su cuerpo atravesado por varias cadenas.

¿Lo había logrado? La respuesta era no, el cuerpo de Hajime se derritió, como si fuera lodo desplazado por la lluvia, era solo un clon.

Luego su cuerpo fue envuelto por un cúmulo de serpientes, Anko estaba detrás de ella, de su manga provenía el jutsu, que desprendía un olor nauseabundo.

—Anko... ¡esta no eres tú! ¡por favor ayúdame a...! ¡ack!

Le había roto el brazo izquierdo, sin vacilación tiró su cuerpo hacia donde estaba Tsunade, quien dejo de tratar su brazo para cuidar de ella.

Hajime saltó desde el mismo lugar que Anko, todavía sangraba.

—Todo fue un truco... —dijo Karin.

Teniendo en cuenta sus probabilidades de victoria, este era el resultado más esperado.

—¿Por qué viniste, Karin? —dijo Tsunade, tratando el brazo de Karin—. Fue por esto que no te traje... no tenías que dañarte.

Karin estaba en el suelo, echada, Tsunade curaba su brazo y poco a poco se sentía mejor.

—¿Así es como me agradeces? —dijo Karin.

Gotas de agua cayeron sobre su frente, Karin abrió los ojos, su maestra estaba llorando.

—No tenías que venir... —dijo Tsunade—. ¿Por qué lo hiciste?

Karin se quedó callada, un rostro complicado, no sabía que decir ahora.

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora