Capítulo 98: En esta noche

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Los dos brazos detrás de su espalda, a medida que pasaba el tiempo en la aldea, un grupo de seres humanoides de color blanco y cabello verde, se formaban en filas, como si estuvieran esperando una orden.

El edificio Kasekage era el único iluminado en toda la aldea, no sabían cuanto duraría esta luz, pero no era necesario el averiguarlo. Contempló su mano y percibiendo sus guantes con su único ojo, se quedo callado y quieto por varios momentos. No había nadie en la oficina excepto por él, eso fue hasta que alguien tocó la puerta, Tobi ordenó a que ingresara y así lo hizo.

Con una sonrisa en su rostro, Zetsu negro y blanco aparecieron.

—Las preparaciones están hechas —dijo—. Me refiero a la base subterránea.

Tobi siguió a Zetsu por las escaleras, llegaron fuera del edificio Kasekage, la oscuridad envolvía sus cuerpos, fue cerca de las escaleras subterráneas donde sus cuerpos fueron iluminados por las antorchas colgadas a los costados.

La puerta metálica se abrió frente a ellos, un lugar enorme, de blanco puro que asemejaba el mármol.

—Bastante bonito —dijo Tobi, con voz grave—. Puedo trabajar tranquilamente en este lugar.

—Le agradezco mucho su cumplido —Zetsu se inclinó levemente, sin variar su sonrisa.

Este espacio era el adecuado, podría cumplir con sus objetivos en este lugar.

—Respecto a Uchiha... —dijo Zetsu.

—Será después, quiero entregarle el mundo cuando sea mío.

No estaba dispuesto a tener a Madara frente suyo, ese tipo era impredecible, en su lugar, utilizaría todo el arsenal posible para acabar con la resistencia de las demás aldeas. Era un plan perfecto, ganar-ganar.

Tobi conocía el poder total de las demás aldeas, juntas serían demasiado para él, si se dijera a sí mismo hace solo unos meses que comenzaría una guerra total, probablemente se diría que estaba delirando, que como había llegado a esos extremos. Sin embargo, ahora, todo era distinto, ahora sí tenía el poder para combatir contra todos esos ninja, todo gracias a él...

—Por cierto —dijo Tobi—. ¿Cómo va él?

—Nos ha traicionado —dijo Zetsu.

—Lo sospechaba —dijo Tobi—. Mantente alerta, Nagato tuvo sabiduría al no contarle demasiado.

Tobi siempre iba un paso adelante de todos. En esta noche, quedaba demostrado, que solo él era el candidato perfecto para llevar a cabo tal misión, el sueño perfecto, la ilusión perfecta.

Pero antes, tenía que enfrentarse a algo, a alguien, eso algo que le causa particular miedo, después de esto, se sentirá mucho más seguro.

—Su frasco y un cuerpo —dijo Tobi.

El cuerpo de un ninja apareció debajo del suelo, conservado en perfecto estado. Agarró un cabello del frasco. Realizó sellos con ambas manos, el cabello se consumió dentro del cuerpo del ninja y los pisos blancos se lo tragaron, solo para que otro cuerpo apareciera de nuevo.

El sujeto abrió sus ojos, desorientado, ese era el tipo de rostro que hacía. Solo con eso, le había alegrado el día a Tobi. Cuando se incorporó, este expresó su asombro de encontrarse frente a Tobi.

—Uchiha Itachi —dijo Tobi—. Lamento haberte despertado de tu letargo, ¿cómo fue la vida en el más allá? ¿Se siente bien? No me respondas, en realidad no quiero una respuesta. En realidad, solo quiero tu ayuda ¿te parece bien?

Itachi no respondió, sus ojos divagaban en este nuevo entorno.

—Jum... —Tobi sonrió—. Tampoco es que me importe lo que pienses.

Pasaron varios segundos y después de comprobar que nada había ocurrido, le ordeno realizar unos cuantos pasos a la derecha y a la izquierda, estos eran hechos en contra de su voluntad y él mismo lo notó.

«Gané, Uchiha Itachi».

Ese primer miedo se había ido para siempre, ahora, Tobi podría proseguir con los otros.

—Tomaremos dos días —dijo—. Me desvelaré con los siguientes esta noche, mañana nos tomaremos el día libre, luego... manda un mensaje a las aldeas, que la guerra oficialmente habrá empezado.

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Sakura tenía las pestañas cerradas y sentada en el suelo en posición de meditación, sus dedos índice y pulgar cerrados, ella intentaba mantener la calma, lidiando con el ruido molesto.

—¡Vamos! ¡Mi abuela puede hacerlo mejor que tú! —gritó Hajime.

—¡Cállate! ¡Cállate! —dijo Karin.

Sakura había estado bastante tiempo de este modo, concentrada, así que se permitió mirar de reojo lo que ocurría. Karin, con sus dos brazos sobre el suelo, se encontraba haciendo planchas a una velocidad mucho mayor que cualquier ninja promedio, esto había ocurrido desde la tarde y su rostro rojo botaba sudor que dejaron la tierra debajo de ella humedecida, se pregunto como esa chica podía tener ese tipo de resistencia.

Sasuke, Naruto y Kakashi tenían cartas en sus manos, todos parecían muy concentrados en su labor, Naruto botó una carta en el suelo y esta se juntó con otra, Kakashi suspiró y Sasuke rechinó los dientes.

—¡¿Por qué yo soy la única que está haciendo esto?! —gritó Karin.

—¡Si tienes tiempo para quejarte, tienes tiempo para seguir! ¡Rápido! ¡Te queda poco tiempo para el descanso! —ordenó Hajime.

—¡Maldición...! —Karin siguió haciendo plancha—. ¡Seguro te diviertes con esto!

—No hay nada de divertido —murmuró Hajime—. No es que tengas algo que aportar...

—¡Escuché eso! —dijo Karin—. ¡No son más pequeñas que las de una niña!

—Nunca dije eso... —Hajime giró su cabeza y observó directamente a Sakura—. ¡No pierdas la concentración!

Sakura se apresuró a cerrar los ojos.

La explicación que había dado Hajime era simple, desde que Sakura tiene pocas reservas de chakra, su prioridad era refinar el chakra, de esa forma la activación del [Byakugo no In] sería mucho más eficiente; Karin, por su parte, debido a que tenía demasiadas reservas de chakra, tenía que gastar su energía y luego descansar, en ese constante ciclo, ella podría rellenar sus reservas mucho más fácilmente.

Esto no sería posible si Karin no tuviera una condición especial, aunque Sakura no entendió del todo porque eso era cierto.

—¡Ah...! —Karin pronunció, cansada.

Podía escucharla jadear y jadear.

—Lo hiciste bien —dijo Hajime—. Puedes descansar por hoy.

—Haré... que... —dijo Karin—. Pagues... por las cosas que has hecho.

Sakura abrió los ojos, su boca titubeando, observó a Karin y luego a Hajime, estos dos mantuvieron el silencio.

Kakashi, Sasuke y Naruto también miraron de reojo.

—¡Ok! —dijo Hajime—. Será mejor que te laves.

Hajime desvió la mirada, como si estuviera apenado y arrepentido. Karin también hizo lo mismo, sin decir nada, fue hasta el río cercano.

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora