Naruto Shippuden / Iridiscencia

Capítulo 103: Discusión

Los Kage, sentados en una mesa, escuchaban con atención la exposición de Hajime, de vez en cuando preguntaban sobre cosas que no quedaban muy claras, en especial sobre los asuntos de repartición de funciones.

—Entonces, quedaría de la siguiente forma —dijo Hajime—. Para el equipo de emboscada, el líder será Kankuro de la Arena. Shizune, mano derecha de la Hokage, será la capitana de logística médica junto a Haruno Sakura. Yamanaka Inoichi será el capitán sensor junto a Ao, mano derecha de la Mizukage. Kasekage-sama será el Comandante general de toda la compañía Shinobi. Los ninjas en general se dividirán en tres grupos: los atacantes de medio rango liderados por Darui, cercano al Raikage; los de combate cercano liderados por Kitsuchi, cercano al Tsuchikage y los especializados en las dos ramas medio y corto, liderados por Hatake Kakashi.

—Muy preciso —dijo el Raikage—. Una vez terminado su entrenamiento, que vengan lo más rápido posible.

—Así es —dijo Hajime—. Los ninjas de largo alcance serán liderados por el Kasekage, que también ocupará este cargo y finalmente, Konan se encargará del grupo de operaciones especiales. Los grupos rodearan la frontera de Sunagakure, es decir: Ichigakure, Tanigakure y Amegakure, en espera de un ataque sorpresa, como apoyo para los ataques que ya se están recibiendo por seres denominados Zetsu. El objetivo es simple, traer la cabeza del autodenominado Uchiha Madara, en ese momento, la guerra puede darse por concluida a menos que ocurra algún imprevisto.

Con sus brazos en alto, todos dijeron: acepto. Discusiones del tipo del gasto de los alimentos y como serían transportados los ninjas no eran de su incumbencia, por lo tanto, se hizo a un lado para que se pusieran de acuerdo. Konan se levantó y acompañó a Hajime por los pasillos.

En su contra, soldados ninja iban y venían por las instalaciones que Hajime había construido sobre los terrenos de Amegakure.

—Tengo una pregunta que hacer —dijo Konan, sin denotar ninguna sutilidad—. ¿Por qué no te encargas tú?

—Hacer ese tipo de preguntas en un lugar atestado de gente, por favor hagamos eso más privado.

—Ahora estamos rodeados por una burbuja que he creado —dijo Konan—. Para ellos, estamos hablando sobre las golosinas que comías de pequeño.

—Muy astuta —dijo Hajime—. Con respecto a tu pregunta, es porque no quiero.

—¿Solo por un capricho?

—Sí, podría solucionar todo ahora por mi cuenta, soy capaz de eso. Sé que no puedo ser demasiado confiado teniendo en cuenta al enemigo, aún así... ¿me entiendes?

—¿Tu arrogancia infinita?

—¿Te parece mal?

—Sí, porque puedes evitar las muertes que ocurren afuera, ninjas están peleando para conseguir tiempo suficiente para planear la estrategia.

—Bajas aceptables —Hajime murmuró—. La gente que tenga que morir, morirá, solo cuidaré de unos tantos.

—¿Incluso pudiendo salvar a varios por tu cuenta?

—Así es —dijo Hajime—. Alguien lo tiene que hacer, es una responsabilidad que no daré a cualquiera.

Salieron de uno de los tantos edificios, cubiertos de madera, un gran pantano y la humedad en el aire, se quedaron de pie observando el sol que se ocultaba.

—Tu fuerza puede salvar vidas...

—Las cosas que hago, no las hago porque quiero, sino porque son necesarias —dijo Hajime—. Además ¿por qué de pronto la obsesión con salvar vidas?

—Porque te estoy cuidando.

—¿De quien?

—De ti.

—... Ese tipo siempre estará acechando —dijo Hajime—. En algún momento te descuidarás...

—Entonces te guiaré de vuelta

—... ¿Te han dicho que eres muy dulce? —dijo Hajime.

—Jamás en mi vida —dijo Konan.

—Pues eres muy dulce.

—No creo que sepa muy bien —Konan sonrió, luego, con curiosidad, observó el rostro de Hajime—. ¿Has dormido bien? Tienes ojeras más grandes de lo usual.

—¡Amo dormir! —Hajme retiró las manos de Konan—. Nunca haría eso, ve de vuelta con los Kage, estaré bien, tengo todavía reuniones.

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Tobi levantó ambos brazos en la sala blanca, sentado y entretenido, su ojo izquierdo brillando de un rojo intenso.

—De pie, miembros de Akatsuki —dijo.

Salieron de sus tumbas Nagato, Kakuzu e Itachi.

—Después los Jinchuriki —dijo Tobi.

Del primer al séptimo contenedor, todos los Junchuriki.

—Que sigan después los anteriores Kage.

Estos se movieron hacia adelante.

—Wow... —dijo Deidara—. Usted si es otro nivel.

—Algo que perdura en el tiempo —dijo Sasori—. El alma.

Kisame observó por un rato el cuerpo revivido de Itachi.

—Es inutil —dijo Tobi—. Por ahora, he suprimido sus personalidades.

—Yo no dije nada —Kisame se dio la vuelta.

—¿Qué hacemos, Tobi? —preguntó Deidara.

—El objetivo es la captura de los dos últimos Jinchuriki —dijo Tobi—. Tenemos las de ganar, por ahora, Zetsu Blanco se encarga de una batalla de resistencia contra ninjas ordinarios, pero, según su última información, esto se va a volver más problemático.

—¿Por qué? —preguntó Sasori.

—Ya se han organizado —dijo Tobi—. Su contraataque puede ser devastador, necesito que ustedes vigilen las fronteras y maten a cualquier ninja que cruce.

—Entiendo —dijo Deidara, luego alzó los brazos—. ¡Por fin! ¡Mi arte será visible por tantas personas! ¡Qué felicidad!

—La batalla épica prometida —dijo Kisame—. Interesante.

—La guerra mundial que perdurará en el tiempo —dijo Sasori.

—He enviado unos cuantos soportes por ahora —dijo Tobi—. Enviaré a estos chicos a su momento.

En su ojo, se mostraba el reflejo de una esfera.

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Dos días después, los ninjas sensores se habían instalado en la habitación de los Kage. Estos eran sobre todo, ninjas del clan Yamanaka, su líder era Inoichi. Este, de pronto, abrió los ojos y pronunció con ansiedad:

—En la frontera de Ichigakure —dijo Inoichi—. Un enemigo poderoso ha aparecido. Es Hanzo de la Salamandra.

—¡¿Qué?! —gritó Tsunade—. Pero él...

—¡En la frontera de Amegakure, a cierta distancia de aquí! —dijo otro sensor—. Ninjas denominados como "Los siete espadachines de la niebla" se han presentado, bajas muy graves.

La Misukage frunció el ceño.

Así, todos los ninjas sensores mostraron su preocupación y la mayoría de los Kage todavía tenían que asimilar la información.

—De ser el caso, tengo que enfrentar a Hanzo... —dijo Tsunade.

—Tsunade, sobre eso —dijo Hajime—. Tengo una sugerencia... por favor, acéptala.