Capítulo 116: El poder de todos

662 52 0
                                    

—Gorila, te ves demasiado pálida —Ino sentada en el papel, saludó—. Akatsuki se desvaneció de pronto, pensamos que era un truco, pero luego Konan-chan lo confirmó, fue demasiado extraño.

Al aterrizar, su pie se resintió y su parpado derecho se había cerrado, a pesar de lo confiada que sonaba, estaba bastante demacrada. Esto era igual para el caso de Konan, Sasuke se encontraba en un mejor estado que ellas.

Sasuke se colocó al lado de Naruto y simplemente asintió confiado, levantó su mano en espera del apretón de manos, Naruto se quedo quieto por unos segundos, pero finalmente asintió y estrecharon manos.

Ino no escuchó respuesta por parte de Karin, se acercó a ella y esta vez, con cuidado, le indicó que le explicara lo que pasaba, Naruto supo que entendía lo que ocurría al ver a Hajime luchar solo.

—Sasuke, cuídame.

Mientras todos se estaban poniendo al día, Naruto todavía tenía que resolver el problema que tenía.

Apareció de nuevo en la jaula infinita, con la oscuridad presente en todos lados, ahora, el Kyubi le prestaba total atención, como asombrado, perplejo.

—¿Tu eres... Kurama...?

—No, no soy el Kurama que conociste —dijo—. Se ha marchado, somos parte de un mismo ser, yo soy la parte positiva, el la negativa, aun así, no podemos comunicarnos.

—Ya veo...

Naruto bajó la cabeza, apretó su puño en determinación y miró a Kurama.

—¡Préstame tu poder, Kurama! —dijo Naruto—. ¡Lo necesito para ayudar a Hajime! ¡No puedo dejar que luches solo!

—... Está bien.

—¡Incluso si tengo que...! —Naruto entendió las palabras de Kurama—. ¿Aceptaste?

—Sí.

—...

—...

—¿Tan rápido?

—No sé que decirte —dijo Kurama—. He convivido con tu viejo y poseo todas las emociones positivas de mi antiguo ser.

Kurama se acostó en el suelo húmedo.

—Además, me conoces en mi peor faceta, aun así, te las arreglaste para que te contara mi nombre, eres interesante de algún modo. Sin embargo, podrías serlo todavía más, porque todo depende de ti ahora, la decisión final es tuya.

—¿Por qué?

Kurama levantó su pata y señaló el sello que estaba en la reja, Naruto también la percibió.

—Para compartir todo mi poder, es necesario que no haya barreras entre nosotros ¿ya sabes controlar mi poder?

Naruto asintió.

—Entonces, esto es lo más difícil para ti. Cuando me liberes, estarás a mi merced, puedo usarte y luego marcharme, puedo aniquilar a tus amigos, tus familiares, todo lo que consideres importante sin que puedas hacer nada. Así que, tienes que confiar en mí de que no lo haré, de lo contrario, no podremos convivir. ¿Estás dispuesto a...?

Naruto saltó y despegó el sello de la reja, los ojos de Kurama siguieron el proceso. La reja se abrió al instante, ya no había barrera entre Kurama y Naruto.

Naruto señaló a Kurama y luego levantó su puño en espera.

—¡Desde ahora seremos camaradas! —Naruto sonrió.

—Tal insensatez —Kurama ladeo la cabeza—. Eres demasiado ingenuo... ¿cuál era tu nombre?

—Uzumaki Naruto para servirte.

—... Uzumaki Naruto, tu ingenuidad es adorable.

Ambos chocaron los puños.

Naruto en ese momento abrió los ojos, con una sonrisa boba en su cara, ya podía llevar a cabo su plan.

—¡Necesitamos el poder de todos! —gritó Naruto.

###

Esto era malo, no podría aguantar de este modo mucho más tiempo, mientras que Madara no parecía haber sufrido mucho daño, Hajime sufría las consecuencias de una lucha prolongada, jamás se había visto sujeto a este tipo de situaciones.

Retrocedió varios pasos de Madara, sin embargo, este no le dio ninguna tregua y lo persiguió de un lado a otro, usando sus puños en el mejor de los casos, o usando las esferas negras detrás de ellas en el peor. Cualquier error que cometiera, era asumido de inmediato.

Observó a Shiro, este estaba luchando sin parar contra las hordas de Zetsu que se asomaban hacia él, no podía pedirle ayuda de ningún tipo. Podría invocar más, pero Shiro ocupando toda esa energía Senjutsu, estaba a punto de superar lo máximo permitido para invocaciones, invocar otro, haría que ambos se marcharan y él se quedaría solo.

En este caso, tenía las manos atadas. Luchar en su estado era difícil, Madara era un oponente con muchos años de experiencia, y ahora en el modo Rikodou era aún más terrible, las esferas negras eran capaces de repeler cualquier ninjutsu y sus reflejos y resistencias fueron elevados a la altura de los suyos y un poco más.

«La verdad, no sé como ganar», pensó Hajime.

De pronto, Madara se detuvo al frente de él.

—... ¿Por qué sonríes? —Madara preguntó con cierto orgullo.

—¿Lo hago?

—Ya veo —Madara perforó el suelo con su lanza—. Tienes una mente débil, me hiciste recordar a Hashirama, eso es todo. ¿Sabes que en realidad estás del lado equivocado? Yo estoy tratando de ofrecer un cambio en este tipo de contradicciones, simplemente el sueño infinito deseado.

—Pero... es falso.

—Un sueño cumplido, sin embargo, con tal de que se sienta real, eso es lo que deseo.

—Los seres humanos somos seres hechos de contradicciones, no puedes cambiar ese rasgo y solo intentas mitigarlo.

—¡Ja! ¡Es hipócrita lo que hago, lo sé! Pero mis métodos son necesarios, ahora, con este poder que tengo, es imposible que pierda, me he vuelto un ser perfecto.

—Tan perfecto que intentas convencer a "Hashirama" que tu punto es el correcto.

Madara rió.

—Tienes razón.

Una persona se colocó detrás de Hajime, tocó su hombro con confianza y este no se negó.

—La ayuda llegó —dijo Karin.

—Un poquito de criterio, Karin —dijo Hajime—. Este tipo podría destruirte en dos segundos.

—Para ti podría ser lo mismo, no hay tanta diferencia —dijo Karin—. ¡Oye ave! ¡Te concedo la sustitución! ¡Ayuda a Hajime! ¡Me encargo de los Zetsu!

De la espalda de Karin salieron cadenas de diamantina, el rombo en su frente se expandió por todo su cuerpo.

—La ayuda está en camino, Hajime, resiste —dijo Karin.

Después de decir esas palabras, sus cadenas repelieron a los Zetsu. Shiro abrió sus alas cerca a Hajime.

—Que agradable mujer —dijo Aoi.

Hajime frunció el ceño, sintió la presencia de una gran cantidad de individuos cerca de la aldea. Esta cantidad fue aumentando hasta que rodearon en su totalidad la aldea.

—Tal parece... que la humanidad ha llegado —dijo Madara.

Y, por alguna razón, este se había emocionado.

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora