Capítulo 119: El poder de todos (4)

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Recibió el impacto de lleno, dolía demasiado, era un ataque concentrado que dañaba todos sus puntos de chakra, además de que provocaba un calor intenso, era aterradora esta técnica, eso si fuera un sujeto común.

Así que sostuvo su cuerpo en el suelo, el inconmensurable dolor no se detenía, su cuerpo seguía sangrando, sin detenerse.

—... Tenía razón —Madara sonrió.

Aquello solo lo hacían hombres que habían estado en ese tipo de situación crítica tanta veces, que ya no producía temor, sino éxtasis. Madara estaba contra las cuerdas, sin entender en realidad lo que pasaba.

Este cuerpo, había aguantado el golpe, si fuera el cuerpo vivo normal ya no lo hubiera contado, a pesar de que está débil, todavía es un experto peleador, el dolor que sentía no era nada.

Hajime se levantó, al igual que Madara, ambos agitados.

—Quité la energía del Jubi que puedes usar, así como la mía propia —dijo Hajime—. Yo pierdo chakra con cada segundo que transcurre, sostener mi cuerpo es cada vez más pesado, compensar la energía natural es demasiado complicado, aún así, por verte en ese estado, estoy complacido.

—¿Estás complacido? —preguntó Madara—. No sabes nada, estoy tratando de iniciar un cambio, los sueños perfectos para todos, en cuanto esa flor esté por fin, podré cumplir mi ansiado sueño.

Sus ojos no lo podían engañar, miró la flor gigante detrás de él... faltaba muy poco...

—¿Hace cuanto tiempo que esperas? —Sasuke sonrió, soberbio.

—¿Qué quieres...? —Madara abrió los ojos—. ¡Kai!

La flor... estaba destruida, se había caido... ¿cómo era posible qué...?

—El último Uchiha uso el [Mangekyou Sharingan] —dijo Sasuke—. Supuse que era importante para ti... los Kage también pensaron lo mismo, por eso en lo que pensabas que no estaba disponible, ellos la destruyeron...

—...

Madara comenzó a reír.

—¿Creen que será suficiente? La flor, volverá a nacer, acabaré con los cinco Kage y los entrometidos Senju.

Un grupo de armas fueron lanzadas hacia Madara, este esquivó en su mayoría todos, excepto un kunai, que perforó su brazo derecho.

Miró hacia un lado, era una mujer, no recordaba el nombre, solo que era experta en armas, era extraño, pensaba que había acabado con ella.

«Claro... el manto del Kyubi», pensó Madara.

Sacó el Kunai de su cuerpo, dejando un rastro de sangre.

—¿Estás tan seguro de poder derrotar a los viejos? —Naruto señaló a Madara—. ¡No pasarás de aquí!

Sasuke y Naruto corrieron hacia Madara, a diferencia de antes, la balanza estaba a favor de ellos.

Madara, sin embargo, experto en la batalla, se las arregló para repelerlos de todas formas, fue en eso, que alguien más se unió.

«Una Hyuga...», pensó Madara, «Maldición».

Luego un chico del clan Inuzuka lo había atacado, junto a su mascota. Harto de esto, golpeó el suelo ocasionando un terremoto, estos se alejaron de inmediato, varios cayeron al suelo sin fuerzas después de saltar.

—Ahora...

Un [Rasenshuriken] se dirigió a su posición, dando perfectamente a su cuerpo.

Otra vez, el dolor inconmensurable.

Naruto Shippuden / IridiscenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora