Naruto Shippuden / Iridiscencia

Capítulo 22: Retraso

Le habían avisado que tenía que ir a la oficina de Tsunade, fue la misma Shizune quien se acercó a su casa a avisarle, por lo tanto, tenía que empacar.

A lo largo de toda su historia como ninja, Kakashi, a tenido que enfrentar un sinnúmero de acontecimientos similares a este, incluso antes eran mucho más frecuente que antes. Por ello, dijo que iría de inmediato, sin ningún contratiempo.

Se vistió como siempre, no había necesidad de hacer algo distinto, simplemente agrupó un par de cosas más en su mochila, que carga ahora en su espalda. Tenía la espalda un tanto encorvada, su rostro oculto por la mascara y el ojo izquierdo cubierto con la banda de Konoha. Hizo un suspiro al notar que era demasiado oscuro, porque no podía sacar el libro Icha-Icha y leer.

Cuando subía por las escaleras, solo un pensamiento invadió su mente: que era una lástima. Mañana tenía pensado visitar el monumento memorial de sus compañeros. Tenía que pensar en tantas cosas que allí sería el lugar ideal para hacerlo, pero el deber mandaba, no puede simplemente decir que no, además, ellos no se moverían de allí.

Al abrir la puerta, levantó su mano en señal de saludo.

—¿Cómo están? —dijo, sin tratar de sonar demasiado formal.

La Hokage asintió de inmediato y se giró hacia su mano derecha. Shizune, de inmediato, le entregó un pergamino en sus manos.

—Lamento llamarte a estas horas —se disculpó la Hokage.

—No se preocupe —Kakashi sonrió debajo de su máscara—. ¿Tiene algo para mi?

Era solo una cuestión lógica que hiciera caso, de hecho, esta Hokage era demasiado suave, aunque era cierto que le agradaba eso.

Tsunade entregó el pergamino de inmediato, Kakashi desenvolvió el mismo.

—A ver, a ver —comenzó a leer Kakashi—. Misión de reconocimiento, se le ordena al Jounin, Hatake Kakashi, a viajar hacia la aldea de la Bandera, para investigar el paradero... del Equipo Asuma... ¿Qué pasó?

Kakashi se puso serio, dejo de tener la mano en su bolsillo, frunció el ceño.

—Eso me preocupa —dijo Tsunade—. Deberían de haber llegado hace un día, pero hasta ahora no hemos encontrado señales.

—¿Podría ser un simple retraso?

—Podría ser, el problema es algo más serio si se analiza con la información que acabo de recibir de Jiraiya.

—¿Jiraiya-sama también está involucrado?

—Así es, lamentablemente, está ocupado con otros asuntos —la Hokage bajó los ojos—. Según me cuenta, Akatsuki está expandido en todas partes buscando información sobre Bijus y Jinchuriki, a quienes planea capturar.

A juzgar por la mirada acuciosa de la Hokage, no quería que se le preguntará más de ello, Kakashi desistió de la idea.

—Si el caso es que no paso nada y es solo un retraso —dijo Tsunade—. Perderemos solo un poco de tu tiempo, pues ellos estarán en camino, pero si es al contrario, tener tu ayuda les sería muy eficiente.

Kakashi reviso la misión de nuevo.

—El asunto —dijo Tsunade—. Es que hay pocas personas en las que puedo confiar, te he llamado para que cumplas esta misión, pero, no te obligaré, tienes la voluntad de marcharte y aparentar que nada de esto ha pasado. ¿Qué dices? ¿Lo harás o no?

—... No tengo nada que hacer, además es un colega quien puede estar en riesgo, aceptaré.

—Genial, muy genial —dijo Tsunade, satisfecha—. Puedes ir ahora, ¿has preparado todo?

—Claro, muchas gracias por la confianza.

—No es nada.

Kakashi desapareció, ante la mirada atenta de Tsunade. Quien solo pudo mostrar su desconcierto sobre lo que pasaría.

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Después de salir de la aldea, con una multitud viendo su salida, Hajime levantó su mano, con una sonrisa resplandeciente, Konan, por su parte, se mantuvo ajena, a diferencia de ayer. Caminaron lo suficiente por los bosques, donde afortunadamente, un camino los guiaba, no pasó mucho tiempo hasta que llegaron hasta el Puente del Cielo y la Tierra.

Konan avisó que no habían pasado dos horas desde que se marcharon, por lo cual, estaban en un buen momento. Cruzaron el puente sin ningún contratiempo, pero ahora, la pregunta era donde ir, pues demorarían bastante tiempo en investigar todos los alrededores.

—¿Puedes investigar con tus hojas? —preguntó Hajime.

—No, sería muy visible, de ser necesario, quisiera que esa sea la última opción —dijo Konan—. Solo tenemos que ocultar nuestros chakras hasta encontrarlo, no se me ocurre otra alternativa mejor.

Hajime hizo varios sellos con sus manos, haciendo que Konan se pusiera alerta, pues al chocar su mano contra el suelo, apareció un ave, diminuta, la altura de una que verías en cualquier lugar, muy común.

—Tomei ¿Cómo estás? —Hajime se agachó.

—Horrible, hijo —respondió el ave—. Mi esposa me ha botado del nido, dice que debo de trabajar.

Konan retrocedió un poco, confundida.

—Bueno, dile que iré en algún momento.

—¿En serio? Ella se alegraría bastante ¿le puedes decir que me perdone?

—Lo intentaré...

—Bien, bien —el movió su pico arriba y abajo—. ¿Qué deseas entonces? Me has alegrado el día.

—Usa tus poderes y busca por el cielo, si detectas ondas de Chakra, o algo como... una construcción macabra, vienes, me lo dices y misión cumplida, solo eso te pido por hoy.

—¿Tan fácil? —dijo el ave con sorpresa—. Está bien sencillo, ¿no quieres que recoja un pez del río para que comas o algo? Algo que se me complique...

—No, no, solo quiero eso —Hajime rió—. Gracias de todos modos.

—Si tu lo dices —dijo el ave sin convencer totalmente.

Emprendió vuelo, Konan observó como desaparecía poco a poco, eso era muy extraño.

—¿Qué fue eso hace un segundo? —preguntó Konan.

—Es un ave espía, tiene la capacidad de que la luz lo traspase. También, puede detectar fluctuaciones de chakra. Es perfecto para la ocasión, aunque es un poco débil, digo muy débil, si se enfrentará a una pulga, no sobreviviría... no le digas esto por favor.

Hajime frunció el ceño, acercó su rostro al de Konan, esta luego se sorprendió por ese actio y retrocedió, no antes de que Hajime sonriera.

—¿Qué pasó? —preguntó Konan.

—Sonreíste, sonreíste... —celebró Hajime.

Konan abrió los ojos, luego negó con la cabeza.

—¿En serio? —dijo Konan—. Debes de estar alucinando.